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Empresarios sin banderas
El semanario Brecha radiografía al empresario Alejandro Bulgheroni. Heredero de una fortuna billonaria y de los negocios familiares del petróleo, Bulgheroni invierte en Uruguay desde 1999 y ahora fue encomendado por el gobierno del Frente Amplio para atraer inversiones. Qué dice, qué hace y cómo piensa uno de los argentinos más ricos.
Con las banderas de Italia, Argentina y Uruguay flameando tras de sí, Alejandro Bulgheroni inauguró en marzo de 2016 uno de sus emprendimientos más preciados en el sur: la bodega Garzón. Petrolero de nacimiento, el empresario argentino confesó a los presentes que no había sido fácil lanzarse al negocio de la vid, pero –como en todos los emprendimientos de su vida– decidió correr el riesgo.
El viento y la lluvia acompañaron aquella velada; también representantes de toda la clase política uruguaya: los ex mandatarios Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y José Mujica, el vicepresidente, Raúl Sendic, y los ministros Danilo Astori (Economía) y Ernesto Murro (Trabajo). El evento trascendió en medios nacionales e internacionales y fue de las pocas veces en que el empresario decidió mostrarse públicamente con la casta política. Esa tarea había sido históricamente asignada a su hermano, Carlos Bulgheroni, quien falleció en setiembre.
En 1948 su padre, Alejandro Ángel Bulgheroni, dio a luz la empresa petrolera Bridas Corporation y empezó a cosechar una de las fortunas más grandes de Argentina. La división de tareas entre los hermanos era clara: Carlos era el encargado de las fuentes políticas y Alejandro de las decisiones técnicas.
De perfil bajo en lo mediático, pero alto en lo empresarial, Alejandro Bulgheroni fue relacionándose –tras bambalinas– con los políticos uruguayos desde que decidió cruzar el charco y diversificar sus negocios en tierras orientales. Aunque en círculos de negocios suele recalcar que no es un político sino un empresario, en los últimos tiempos se ha dejado ver con el presidente Tabaré Vázquez en sus giras internacionales.
Su Toscana
A fines de los noventa Alejandro Bulgheroni decidió emprender negocios en Uruguay. Su esposa, Bettina Guardia, vio en las tierras de Garzón, en el departamento de Maldonado, el escenario ideal para impulsar proyectos agroindustriales, lejos del ruido bonaerense. El lugar era –para ella– una “pequeña Toscana en Uruguay”. Así que en 1999 compraron un campo de 2 mil hectáreas, fundaron la empresa Agroland y comenzaron a fabricar el aceite de oliva Colinas de Garzón.
Agroland fue el puntapié inicial de todo lo que vino después. A través de la empresa Estancias del Lago, Bulgheroni compró un megatambo en el departamento de Durazno: los establecimientos que lo conforman ocupan más de 37 mil hectáreas y hay quienes aventuran que es el más grande del país. El proyecto apunta a generar más de 20 mil toneladas anuales de leche en polvo y a disponer de 13 mil animales en ordeñe. Además, tiene una planta para la producción de leche en polvo, otra para el acopio y acondicionamiento de granos y una tercera para obtener aceite vegetal.
El principal motivo de las inversiones en Uruguay es la “conveniencia económica”, subrayó el empresario argentino en Galicia, durante la gira de Vázquez por Europa, en noviembre del año pasado. Sin embargo, para uno de los empresarios más ricos de Argentina, que tiene una fortuna estimada en 4.500 millones de dólares según la lista Forbes de 2016, las ganancias en Uruguay son cambio chico. Fuentes oficiales explicaron a Brecha que en la naturaleza de sus inversiones se trasluce “cierta connotación de realización personal” y que hay aspectos “cualitativos”que a la edad de 73 años empiezan a pesar.
El atento trato a las inversiones extranjeras por parte de los gobiernos frenteamplistas también lo sedujo. El noviembre de 2011 se declaró de interés nacional el proyecto de Agroland debido a la “producción de aceite de oliva extra virgen y vinos de alta gama” por un monto de 411.322.881 unidades indexadas (equivalentes a 47.679.842 dólares en esa fecha).
Al año siguiente el gobierno decidió promover el proyecto de otra de sus empresas, Nuevo Manantial, para “la producción de aceite de oliva” por un monto de 328.801.445 unidades indexadas (equivalentes a 39.826.725 dólares al 28 de marzo de 2012). Esta última firma produce el aceite de oliva extra virgen conocido como Olivares de Rocha. La iniciativa cuenta con más de 25 mil hectáreas divididas entre Rocha y Treinta y Tres.
Sabor amargo
Nuevo Manantial fue la empresa que en 2008, durante el primer gobierno de Vázquez, puso el primer parque eólico en Rocha, el primero de Uruguay. Posteriormente, en una segunda licitación, realizó una ampliación, con un total de 16 molinos.
“Fue el primero en poner molinos en el país, con un arduo trabajo, porque para la Ute era todo nuevo, entonces tuvo que superar todos los problemas técnicos que se planteaban por primera vez y también resistir psicológicamente, porque muchos no creían en este proceso”, explicó a Brecha el entonces subsecretario de Industria, Martín Ponce de León.
Bulgheroni fue pionero de una de las políticas que el gobierno frenteamplista se había fijado: diversificar la matriz energética. Ponce de León lo describe de la siguiente manera: “A él le salen las cosas bien. Tiene potencia mundial, es asesorado permanentemente y además es muy cuidadoso, de manera que para nosotros fue muy buen interlocutor y estuvo dispuesto a jugarse por una tecnología en la que en ese momento en el país pocos creían”.
Meticuloso, detallista e innovador, Bulgheroni parece no dar un paso en falso. O al menos eso se propone. Para la inversión del primer parque eólico de Uruguay el empresario fue asesorado por José Luis Pou, primo político de Lacalle Herrera e integrante de la Administración del Mercado Eléctrico (Adme), pero de acuerdo a la información recabada por Brecha el asesoramiento lo llevó a cerrar un mal negocio. Los primeros aerogeneradores traídos del exterior eran de segunda mano y de una tecnología, para ese momento, obsoleta, por lo que nunca llegaron a producir lo esperado. Los números no le cerraban. Ese fue uno de los motivos por los cuales decidió ampliar el parque eólico, pero la nueva inversión le trajo dolores de cabeza.
El 24 de agosto de 2011 Ute inició un expediente, al que accedió Brecha, en el que se “detectan irregularidades” en la medición de la energía eléctrica ingresada al sistema por parte de Nuevo Manantial. La empresa vendió a Ute energía de prueba que, según el ente, no correspondía (según el contrato) pagar. Sin embargo, Nuevo Manantial emitió su factura y la empresa estatal la abonó. Después de la investigación, Ute le reclamó a Bul
gheroni la devolución de 170 mil dólares por facturación indebida. El empresario alegó que no le correspondía pagar ese monto porque Ute había comercializado esa energía. Pero el conflicto no pasó a mayores: el empresario nunca pagó el monto y el ente tampoco ahondó en el reclamo de la deuda.
“A Bulgheroni no le gusta perder”, reflexionaron ex jerarcas frenteamplistas en diálogo con Brecha. En sus círculos de influencia, el empresario suele reiterar que, a diferencia de Argentina, en Uruguay las reglas de juego son claras, y eso le gusta. Las mismas reglas que alaba públicamente para posicionar a nuestro país en las giras presidenciales –y que, por tanto, le dan garantías– son las que lo irritan.
El sabor amargo de los “parates” por parte del gobierno lo llevaron a dejar el negocio del viento en un segundo plano y centrarse en el área agroindustrial. Desde que Bulgheroni decidió diversificar sus inversiones, lo hizo en rubros poco convencionales. Con la empresa Gamorel SA produce, empaca y conserva arándanos para exportación. En una de las pocas entrevistas que brindó (a El Espectador, en 2008) afirmó que esta empresa fue la primera en exportar fruta en fresco al exigente mercado de Estados Unidos. El lugar de cosecha, la granja El Asombro, tiene 500 hectáreas, de las cuales 200 están destinadas a la plantación de arándanos.
Sin embargo, el proyecto que se llevó todas las miradas fue el de la bodega Garzón. Con una inversión de 85 millones de dólares, Bulgheroni construyó una bodega de más de 19 mil metros cuadrados. Los entendidos en el asunto aseguran que el emprendimiento es un hito tecnológico y un sitio de desarrollo turístico. Por estas razones la Intendencia de Maldonado destinó al camino que lleva hasta la bodega estrella todo el dinero que brindó el gobierno nacional, a través de la Opp, para el mantenimiento de su caminería rural en el período 2016-2017. El intendente Enrique Antía dijo a Brecha que “hay que respaldar”la iniciativa ya que 1.400 personas trabajan en el establecimiento, y en la medida que el turismo aumente “va a generar mucho más trabajo”. Pero también le reprochó que no contribuyera con su propio camino: “Nos hubiera encantado que Agroland nos hubiera dado parte de los recursos. Sabemos que se habló en algún momento con el empresario, de que iban a colaborar. Pero yo no he visto nada” (véase Brecha, 3-II-2017).
Sus colegas uruguayos describen a Bulgheroni como un empresario “de verdad”. Todo lo hace “concienzudamente”. Quienes lo conocen lo visualizan como “un tipo muy parco” que “no te envuelve y desenvuelve; habla lo que tiene que hablar”. Quizás ese rasgo de su personalidad sea el que lo llevó a construir en tierras uruguayas verdaderas vanguardias agroindustriales, de manera silenciosa y constante.
Un empresario, un amigo
Desde que pisó suelo uruguayo, Bulgheroni se vinculó discretamente con todos los gobernantes del país. Su vínculo con la política es, llanamente, de costo-beneficio. Así lo expresó en el programa Perfil TV (2013): “Como inversor analizo los riesgos e invierto o no invierto. Siempre digo que el tipo de gobierno es importante, la ideología es importante, pero mucho más importante es lo que hace ese gobierno. Y si ese gobierno fija normas dentro de las cuales, yo no digo estar de acuerdo, pero dentro de las cuales yo puedo hacer un negocio razonable, tomo la decisión de si juego ese partido o no lo juego”.
En el primer gobierno de Vázquez el empresario más rico de Argentina mantuvo el bajo perfil que lo caracteriza, y si bien creó un vínculo con el presidente, lo hizo alejado de la mirilla mediática. Fue en el gobierno de José Mujica que su nombre empezó a sonar con mayor asiduidad. En febrero de 2010, previo a la asunción, Bulgheroni participó en el evento del hotel Conrad en donde Mujica aseguró a más de 400 empresarios: “no les voy a doblar el lomo con impuestos”. Operadores políticos del ex presidente manifestaron a Brecha que los encuentros entre ambos fueron un continuum. Cada vez que Bulgheroni pisaba Uruguay iba a visitar al entonces presidente. En 2013 el semanario Búsqueda relató que, en un almuerzo empresarial de fin de año, Mujica y Bulgheroni compartieron la misma mesa. Allí el presidente manifestó que para que la “economía funcione” se debían respetar las “leyes esenciales del modelo capitalista”. Y luego blanqueó la amistad: “Por eso soy amigo de Bulgheroni. No va a ser votante socialista. No lo puede ser, no lo debe ser”.
Como amigo, y también como presidente, el Pepe acudió a la inauguración de la Planta Boutique Bulgheroni en 2011, acompañado por el entonces vicepresidente Astori, el intendente de Maldonado, Óscar de los Santos, y el ex presidente Lacalle.
Dos años después, Vázquez (entonces candidato) y Sendic (entonces presidente de Ancap) viajaron a Agroland para tener con él un mano a mano y conversar –de acuerdo a FM Gente– sobre la producción de energía. Cuando esta fórmula presidencial ganó las elecciones, los
vínculos se hicieron más estrechos, o por lo menos más visibles. Según fuentes del actual gobierno, la conducción económica de Astori durante los tres últimos gobiernos es vista con buenos ojos por el empresario.
“Quizás es la persona, fuera del gobierno, que ha estado más cerca del presidente en sus últimos viajes a Nueva York, a China y a España”, reflexionaron fuentes oficialistas. A pesar de sus intentos por pasar de-sapercibido, durante esta administración el empresario adquirió una visibilidad notoria. Las fuentes consultadas arriesgan la siguiente explicación: “El acompañamiento de Alejandro a Tabaré es una expresión de cercanía, de lobby en el sentido positivo del término, de un empresario que cree en el proyecto uruguayo por la firmeza, el rumbo económico y la certeza jurídica”.
Lo cierto es que la visibilidad de Bulgheroni en los últimos viajes del gobierno no es casual, y desempeña un papel claro. Tanto fuentes del gobierno como del entorno del empresario confirmaron a Brecha que el argentino se ha mostrado cerca del presidente para “atraer inversiones al país”. En noviembre, durante una charla que Vázquez brindó ante un centenar de empresarios españoles, Bulgheroni, al tomar la palabra, hizo énfasis en la “estabilidad” de Uruguay: “Es un país abierto al mundo y respetuoso de los tratados internacionales”. Tener a Alejandro Bulgheroni, codo a codo, forma parte de una de las principales estrategias de este gobierno.
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La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
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Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre

