CABA
Monsanto culpable de “ecocidio”: la sentencia de un Tribunal Internacional avala las denuncias e investigaciones argentinas
Expertos de distintos países conformaron un tribunal civil que se encargó de evaluar las denuncias mundiales contra la multinacional transgénica con datos concretos y legislación internacional. El resultado es una sentencia que encuentra a Monsanto – ahora en manos de Bayer- responsable de violar derechos en salud, ambiente y propiedad, y de entorpecer la libre investigación científica de estos temas. “El Tribunal nos da la razón después de años de lucha”, dice Vanesa Sartori, una de las vecinas de Malvinas Argentinas que logró echar a Monsanto. “No cualquiera tiene el privilegio de tener enemigos en todo el mundo”, remata sobre este aval mundial. La sentencia completa y las voces de los protagonistas.
“Las acciones de Monsanto se pueden considerar ecocidio: están causando daño considerable al daño ambiente del que mucha gente vive”. Las palabras finales de Steven Shrybman, uno de los jueces del Tribunal Internacional de La Haya por el caso Monsanto, cerraron las dos horas de lectura de una sentencia que encontró a Monsanto culpable deviolaciones de derechos en salud, ambiente y propiedad, y de entorpecer la libre investigación científica en estos temas.
La sentencia llega tras el juicio que transcurrió en octubre de 2016, cuando el Tribunal Internacional de La Haya Monsanto escuchó las denuncias de 30 testigos de todo el mundo y se comprometió a “evaluar los hechos que se recriminan a la empresa Monsanto y juzgar los daños causados por la multinacional en virtud del derecho internacional vigente”. El Tribunal Monsanto es una iniciativa civil desarrollada por Marie-Monique Robin y Vandana Shiva, entre otras referencias mundiales para evaluar la responsabilidad por las violaciones a los derechos humanos, crímenes contra la humanidad y ecocidio.
La investigación del Tribunal concluyó hoy en que Monsanto incurre en distintas prácticas y maniobras que afectan la salud y el medioambiente, y para probarlo se basó en legislación internacional: “Este Tribunal se apoya en el estatuto de Roma, donde dice que la intención y el conocimiento se han de tomar en cuenta intencionalmente. Este tribunal observa que no hay un obstáculo para que una corporación sea considerada responsable”. Presidido por Francoise Tulkens, de Bélgica, exvicepresidenta del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el tribunal Internacional planteó la necesidad de “introducir la figura de ecocidio” a la jurisprudencia internacional y que las personas legales “puedan ser responsables en este tipo de delitos y hacer responsables a los gerentes de las empresas”.
En ese sentido, la sentencia que se dio a conocer hoy contesta las preguntas formuladas al Tribunal en forma de “opinión legal respecto tanto a la ley ambiental existente como a una ley prospectiva para mejorar la legislación internacional de derechos humanos y ambiental”, según palabras de la propia sentencia. En la misma, el tribunal concluye que:
- “Monsanto se ha involucrado en prácticas que han impactado de forma negativa el derecho a un medioambiente sano”.
- “Monsanto se ha involucrado en prácticas que tienen un impacto negativo en el derecho a la alimentación”
- “La soberanía alimentaria también es afectada y resalta los casos en los cuales la contaminación genética de los campos forzó a agricultores a pagar regalías a Monsanto o hasta abandonar sus cultivos no-OGM debido a esta contaminación”
- “La conducta de Monsanto afecta de forma negativa el derecho a la libertad indispensable para la investigación científica”.
- “Que la legislación internacional debería determinar ahora de forma precisa y clara la protección del medioambiente y el crimen de ecocidio» y que “hay un riesgo importante de una brecha creciente entre legislación internacional de derechos humanos y ambientales y legislación internacional de comercio e inversión».
Durante la jornada de ayer los jueces no sólo leyeron el documento sino que ensayaron discursos contundentes que ampliaron las implicancias de cada conclusión. Entre el juzgado internacional se encontraba también la mendocina Eleonora Lamm, licenciada en Derecho por la Universidad de Cuyo y doctorada en Derecho por la Universidad de Barcelona. Lamm dijo en su alegato que “mucha gente está viviendo con la toxicidad del glifosato” y citó las investigaciones argentinas que lo asocian con cánceres como el linfocitos no Hodkin.
Otro de los jueces, Steven Shrybman, se refirió al punto de la obstaculización de la libre investigación científica: «Necesitamos tener la oportunidad de conseguir y de buscar los datos necesarios para hacer una investigación propicia. No puede ser que las compañías sean las que nos ofrecen la información», dijo. «Muchos científicos que han tenido problemas por haber publicado pruebas contra Monsanto. Los científicos han tenido que tomar medidas de seguridad». De este lado del streamming, alguien en el Congreso recordó el nombre de Andrés Carrasco.
Sobre la figura de ecocidio, el Tribunal planteó que «se debe considerar un crimen atentar contra el medioambiente», que se pueden considerar crímenes contra la humanidad el estar afectando el medioambiente» que «se pueden considerar las corporaciones como responsables perpetradoras de estos crímenes».
La belga Tulkens, jueza del Tribunal, concluyó: «Monsanto está dañando a comunidades agrícolas y también urbanas. Hay que dar prioridad a los derechos de la gente sobre los derechos corporativos».
“Nos da la razón”
El Salón Illia del Senado argentino transmitió en vivo y en directo vía pantalla gigante la lectura de la sentencia del Tribunal Internacional de La Haya por el caso Monsanto. Entre los concurrentes al Congreso se encontraban el doctor Damián Verzeñassi (director del Instituto de Salud Socioambiental y responsable de la Práctica Final de la carrera de Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario) y Myriam Gorban (motor de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UBA y una de las máximas expertas en Nutrición). Verzeñassi fue uno de los 30 testigos que declararon en noviembre de 2016 frente al Tribunal: fue el único médico latinoamericano convocado. Por su parte, Gorban fue una de las especialistas que realizó en paralelo a las audiencias la Asamblea de los Pueblos, un espacio donde referentes del todo el mundo discutirán diferentes estrategias para contrarrestar los problemas causados por el modelo transgénicos.
Gorban dice a lavaca: “Llegar a estas instancias de un tribunal internacional se logra a través de la lucha de los pueblos, de sus organizaciones sociales y del aporte de los científicos que han ido aclarando y mostrando la realidad de la situación”. Y lo vincula con las últimas noticias ambientales: “Solamente al ver las catástrofes climáticas como las inundaciones nos damos cuenta que no es obra de la naturaleza, sino producto de un modelo productivo salvaje que hay detrás”.
Myriam señala los cuatro ejes más importantes que plantea el fallo: la violación del derecho a la alimentación, a salud, medioambiente y a la propiedad, y el derecho a la investigación libre. “Yo creo que nos da la razón después de 20 años de lucha. Avala el seguir profundizando en este camino e ir buscando un camino de transición para encontrar un modelo productivo, de agroecología, que nos beneficie”.
¿Cómo se hace para pasar de esta instancia civil a una que tenga implicancia legal concreta? Gorban: “Los tiempos de la justicia son muy largos, mientras esto se produce habría que aplicar el principio precautorio. Mientras duren los juicios que ya existen sobre los agrotóxicos, hasta que lleguen las sentencias finales, habría que tener medidas a favor del pueblo. Este juicio lo demuestra”.
Sentencia a la vida
Por su parte, el doctor Damián Verzeñassi destaca, en primer lugar, la importancia del Tribunal. “Nació convocado y organizado desde los movimientos sociales, que sigue la misma lógica de organización de los que juzgaron a Estados Unidos por sus crímenes en Vietnam y del Tribunal Permanente de los Pueblos que sigue las violaciones a los derechos humanos a nivel internacional. Además, hay que destacar que siguió todas las normas y procedimientos propios de la Corte Penal de La Haya: permitió construir un corpus jurídico que sienta un precedente importante”.
-¿Por ejemplo?
-Que un Tribunal integrado por jueces expertos digan que se ha producido un proceso sistemático de vulneración científica y que hayan logrado demostrar cómo operaron, es algo nunca visto: es muy fuerte que los jueces digan en voz alta que tanto gobiernos como corporaciones son cómplices del delito de ecocidio. Fueron contundentes no sólo en exigir que esa tipificación sea incorporada al Estatuto de Roma sino en plantear que debería habilitarse el sistema jurídico para juzgar a las corporaciones. El proceso fue ejemplar: los jueces reconocieron la veracidad de las pruebas y de los testimonios aportados en el juicio. Para nosotros, que una semana después de haber testificado en el Tribunal un ministro nos dijo que nuestro trabajo era “endeble” y un decano dijo que no éramos investigadores, es un reconocimiento a nuestro trabajo. Y no sólo al nuestro: que un Tribunal internacional reconozca la veracidad de las denuncias al cierre del dictamen también es un reconocimiento del trabajo de todos los que a nivel internacional estamos generando saberes y construyendo niveles de conocimiento para defender la vida. Estos fallos fortalecen la lucha y, al mismo tiempo, nos demuestran que es necesario que las personas de carne y hueso que están en los Gobiernos empiecen a hacerse cargo de sus responsabilidades.
Sí se puede
Malvinas Argentinas, Córdoba, se convirtió en una suerte de epicentro mundial de la lucha contra la multinacional Monsanto: en agosto del 2016 confirmaron el triunfo de una lucha que soportó represiones, acampes y operaciones al anunciar que la corporación abandonaba la instalación de una planta procesadora de semillas transgénicas. “La sentencia es importante”, dice a lavaca Vanesa Sartori, concejala e integrante de la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida. “No cualquiera tiene el privilegio de tener enemigos en todo el mundo. Eso habla del daño que ha provocado a lo largo y ancho del planeta. Es una cadena de destrucción y muerte con diferentes eslabones en distintos países. Más allá de que no tenga peso jurídico legal, es importante la cuestión simbólica de empezar a hablar de estas cuestiones para dejar en claro que no somos locos como nos quieren hacer creer, sino que somos muchos los que sufrimos las consecuencias de Monsanto”.
Verzeñassi agrega en el mismo sentido: “Lo simbólico es importante. Lo simbólico va construyendo realidad”.
Sartori subraya algo no definido por el Tribunal, referido a que la peor parte de esas consecuencias se las han llevado niños y niñas. “Incluso los que todavía no han nacido. No nos olvidamos que este tipo de agroquímicos se llevan en la sangre, a través de la leche materna. Sabemos que hay futuras generaciones de niños que van a sufrir consecuencias en el futuro: la doctora Delia Aiassa de la Universidad de Río Cuarto habla de la genotoxicidad de los agroquímicos, es decir, que afecta el ADN”, dice avalándose en otra de las investigaciones argentinas.
¿Qué es lo queda? “Ahora hay que pasar al ámbito penal, civil y comercial, y seguir investigando. Esto es escandaloso: todos los pueblos vienen denunciando este modelo para que los científicos se animen de una vez por todas a investigar. Contextualizando con lo que pasó en Malvinas, vamos sumando elementos que avalan que sí se puede, que sí vale la pena y que nunca está dicha la última palabra. Yo creo que si Carrasco estuviera vivo estaría festejando”.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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