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Por qué un Paro: la trama económica de la violencia machista

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El Paro de Mujeres no es simbólico: es político. Y también es económico: «Parar la violencia machista significa parar el sistema que la produce». La discusión coloca en la agenda de los gremios le emergencia por los femicidios, marca las diferencias en el mundo laboral, el debate por los derechos, la autonomía y la violencia de la pobreza. Tres referentes explican cuál es la trama económica del Miércoles Negro que nos afecta a todos.

Este Miércoles Negro es un día histórico: por primera vez se producirá un Paro Nacional de Mujeres, convocado luego del brutal femicidio de Lucía Pérez, siniestro corolario de la represión al Encuentro Nacional en Rosario. El paro también pone sobre la escena política lo ineludible: la trama económica que fomenta la violencia machista.

Parar la violencia machista, parar el sistema que la produce implicó, además, colocar en la agenda de los gremios la emergencia por los femicidios. Tres centrales de trabajadores y varias organizaciones gremiales y sociales ya adelantaron su apoyo.  
La CGT se comprometió a expresar, a través de un comunicado, su adhesión y, especialmente, a proteger a las personas que adhieran al paro para que no sean perseguidas, ni amedrentadas ni sufran descuentos salariales por realizar esta medida.
El Paro Nacional de Mujeres consiste en dos acciones:

  • Paro de 13 a 14 horas: en los lugares deproducción, la propuesta es parar, salir a la calle y manifestarse con ruidos, aplausos , cantos, etc. durante una hora. Hay gredmios que sumaron a estas medidas llevar un brazalete negro como manifestación de luto.
  • A las 17, movilización desde el Obelisco a Plaza de Mayo: la propuesta es vestirse negro en señal de luto.

Herramientas contra el machismo

“Tenemos una expectativa muy grande que se va cumpliendo”, dice a lavaca Marta Dillon, periodista e integrante del colectivo Ni Una Menos. “Estuvimos reunidas en la CTA nacional y hay un compromiso explícito de que van a apoyar el paro para que las compañeras puedan tener cese de actividades a la hora que propusimos. Es un triunfo del movimiento de mujeres y la disidencia sexual porque afecta al mundo laboral, dentro y fuera de los sindicatos. No solamente somos mujeres: somos trabajadoras, en ámbitos domésticos, en cooperativas, y necesitamos hacernos visibles también como sujetas que participan de la economía del país, con derechos que se ven afectados y que sin esos derechos nos quedamos sin autonomía”.
Dillon cuenta que también mantuvieron reuniones con el triunvirato de la CGT. “Más allá de la respuesta, lo cierto es que esto está desbordando por las bases. La expectativa es grande”.
También se comprometieron a movilizarse los sindicatos docentes nucleados en UTE, CTERA y SUTEBA. “Allí donde no se pueda garantizar el paro, por ejemplo en jardines de infantes, los gremios van a proponer en esa hora hacer clases de educación sexual integral. Y es justamente un punto nodal donde se cruzan derechos, educación pública y recorte de presupuesto, porque denunciamos el vaciamiento de la educación sexual integral, ya que la proponemos como un herramienta fundamental para combatir la violencia machista”.

El momento creíble

Dice Dillon: “El paro es la herramienta que tenemos las trabajadoras de restarle nuestro tiempo al sistema de producción. Las tareas de cuidado, que implican, entre otras, tareas de limpieza y de cuidado de niños y niñas, no están valorizadas en términos monetarios cuando lo cierto es que tienen un valor y afectan al PBI. Esas tareas aportan a la economía, y nuestra jornada tiene 2 horas más que la de los varones”.
El texto de convocatoria al paro suma, además, las siguientes cifras:

  • “Si el desempleo promedio en Argentina es del 9,3 por ciento, para las mujeres es del 10,5”
  • “Porque el 76% del trabajo doméstico no remunerado lo hacen las mujeres”.
  • “Porque cuando tenemos hijos o hijas tenemos que cuidarlos nosotras y la tasa de actividad baja del 54 al 39%».

¿Cómo podría describirse entonces el estadio actual del movimiento de mujeres de cara al paro? Dillon: “No diría que estamos en un momento increíble, sino creíble: es un movimiento que en verdad tiene muchos años y, en Argentina, una vitalidad y una potencia clave que se traducen en los Encuentros, con toda su heterogeneidad y los problemas con los que funcionan, pero la cuestión es que ponemos en común la agenda y en el tope está el derecho al aborto. Si tenemos en cuenta las dos marchas Ni Una Menos, todo hace pensar que es un movimiento al que yo no le veo techo, cruza las cuestiones políticas, puede lograr márgenes de unidad en momentos difíciles y es opositor al neoliberalismo salvaje, porque estamos denunciando las políticas de ajuste. Y eso no es cosa de declamar la igualdad, sino puntualizar que la inequidad tiene una base profunda en cuestiones económicas: les estamos haciendo favores a las empresas de todo el mundo y, encima, nos pagan con violencia”.

Lo político

“La decisión de hacer esta convocatoria fue velocísima”, destaca Alejandra Angriman, secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género de la CTA nacional, que apunta que todos los gremios de la central sindical están adheridos al paro y movilización. “El paro quiere decir que durante una hora vamos a estar en las calles o las oficinas y no vamos a trabajar, sino que vamos a estar repudiando y exigiendo. Y queremos visibilizar que no sólo exigimos, sino también trabajamos. Y, además, hacemos: cuando paramos queremos decir un montón de cosas, porque también hacemos un debate dentro del movimiento sindical. Necesitamos discutir el tema de la paridad. Y paramos en todas las organizaciones, trabajos, escuelas frente a la dificultad que tenemos de conseguir trabajo, porque somos las más precarizadas, y en momentos de crisis todas las tareas de cuidado vuelven a recaer sobre nosotras”.
Angriman explica por qué el paro no es simbólico, sino político: “El capitalismo sólo se sostiene a partir relaciones desiguales, que cada vez son más desiguales, y en todos los aspectos. Pero además el patriarcado, en esa lógica de desigualdad, donde un grupo somete a otro, es previo: por eso decimos muchas veces, y se enojan los compañeros, que el cambio económico no solamente va a resolver los temas de desigualdad. Podría modificarse el modo de producción y quienes sean los propietarios de los medios de producción, pero eso no modificaría las relaciones sociales, ya que esto tiene que ver con que hay un modelo que se sostiene porque la mitad de la población trabaja gratuitamente para que se sostenga. Y tiene que ver con el tema del cuidado, mujeres sometidas que laburan para que todo siga funcionando”.
¿Cómo que se discute esto en las organizaciones sindicales?
-En realidad a muchos compañeros les asombra este planteo. Y acompañan, aunque no es el cien por cien de los varones. Les asombra, y digamos la verdad: no están de acuerdo en la construcción de la paridad tal como la entendemos. Eso es parte del debate y por eso apoyamos las reformas legislastivas: es la única herramienta que tenemos, lamentablemente. Y esto también es discutir democracia. Hay algún grupo de varones que lo debatió más profundamente y hay otros que resisten, en silencio. Quedó demostrado cuando se discutió en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires: algunos sectores de la izquierda se abstuvieron.
¿El Paro busca visibilizar entonces esa trama económica?
Visibiliza que esta sociedad se mantiene, en principio, con el trabajo gratuito que hacemos todas las mujeres en situaciones de profunda desigualdad. Además también tenemos un debate muy fuerte sobre este modelo de consumo. Las mujeres planteamos que en el centro de nuestras preocupaciones está la vida, y esta es una sociedad que pone en el consumo lo central y eso, además, es depredatorio. Y por eso esta decisión de empezar a ser más visibiles, porque los medios tampoco cubren lo que venimos planteando. Todavía el femicidio de Lucía aparece en los medios como un caso policial, y eso quiere decir que seguimos visibilizadas como un objeto a ser consumido, maltratado, y nos siguen viendo como un grupo más de esta sociedad. Y no, no somos un grupo más: somos la mitad de la población.

Cuando el mundo se pare

Según el registro de femicidios de MuMaLá ocurrieron 19 femicidios en lo que va de octubre. “Fijate en qué fecha estamos”, dice Raquel Vivanco, coordinadora nacional del movimiento. “Ocurre un femicidio en menos de 24 horas”. ¿Cómo llega el paro dentro de ese escenario? “Venimos teniendo en los últimos años -del Ni Una Menos para acá-, un punto de quiebre que nos ubica en un lugar sumamente positivo, en el sentido de que todas nuestras consignas del movimiento de mujeres se masifican al resto de la sociedad. Por supuesto que cuando nos movilizamos recrudece la violencia hacia nosotras. Por eso es que volvemos de Rosario y ocurren estos femicidios. Pero es un momento histórico, que como mujeres y sociedad nos para un escalón más arriba, y con la lucha vamos a ir transformando nuestros derechos”.
¿Qué significa el paro? “El hecho es inédito. Que sea una decisión del conjunto de organizaciones es algo histórico en la Argentina. Nosotras llevamos al Encuentro consignas que decían que la pobreza es violencia. Este paro es para decir que nos están matando, pero también que cuando paramos se para el mundo, porque nuestro trabajo sostiene todo el trabajo que desarrollan los hombres en el espacio público. Sin nosotras no podría caminar el país y esto es una señal a la sociedad y al gobierno. Se estima que en Latinoamérica el trabajo producido dentro de los hogares, que implican todas aquellas tareas que permiten que funcione el mundo productivo, se traduce cerca del 30 por ciento del PBI de los países de la región. Ese es el trabajo que hacemos en la economía de nuestro país, invisibilizado. Si las mujeres paramos, dejamos de cocinar y llevamos los chicos al colegio, se para el mundo. Y otro tema importante es que el primer paro nacional a Macri es un paro de mujeres”.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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