CABA
Vías venenosas
Ciudad contaminada, capítulo 1: asbesto en subtes. Durante el mandato de Mauricio Macri, el gobierno porteño compró formaciones de subte españolas que contenían un material cancerígeno: asbesto. La contaminación se comprobó y hay trabajadores afectados, uno operado de cáncer de pulmón. Lo que dicen el sindicato, la absurda defensa de la empresa. La voz de los trabajadores y lo que se ve al final del túnel. Por Anabella Arrascaeta.

En la sede de los Metrodelegados hace ya más de dos horas que empezó una asamblea que llevará otras tres horas más. Sobre la mesa hay dos equipos de mate y un termo de café. Están el secretario y el equipo de Salud del sindicato, y representantes de los talleres que se turnan para hablar. Están preocupados y eso se traduce a todo tipo de preguntas; los que tienen más conocimiento del conflicto explican los pasos que fueron dando a los que recién se suman. Todo gira alrededor de una palabra: asbesto.
Hay quienes cuentan que se están haciendo estudios médicos, y un médico del equipo explica al resto en qué consisten. Otros preguntan cómo se tiene que lavar la ropa. Alguien nombra a los despedidos y a los jubilados. Deciden hacer una lista y rastrear a los que no están: “Hay que incluir a todos”, dicen. Antes hicieron listas de piezas muestreadas. Algunos piden por contención psicológica: “Los ves grandotes, con luchas encima, pero les pica la cabeza”, dice un delegado. El secretario de Salud dice: “Este trabajo colectivo sirve para sociabilizar, para empezar a ver que no estás solo”. De un taller denuncian que llevaron gente para hacer el trabajo que ellos rechazan: los llaman “cuadrilla venenosa”.
En la asamblea hay 20 hombres y una mujer: Inés, de apodo India, del equipo de Salud. En el mar de preguntas ella irrumpe clara: “No perdamos el objetivo: desasbestización del ambiente subterráneo, pedir el cronograma de cómo van a ir llamando a los compas, cambio de flota y monitoreo de todos los ámbitos subterráneos”.
La historia
El 16 de febrero de 2018 se conoció en España, mediante notas periodísticas, que había un trabajador del Metro de Madrid enfermo de asbestosis. Los trabajadores españoles ya habían denunciado un fallecido por cáncer de pleura, y varios enfermos. Con esta noticia se confirmaba la presencia de asbesto en los trenes de la flota CAF 5000, los mismos que habían sido adquiridos en 2011 por la Ciudad de Buenos Aires con Mauricio Macri como Jefe de Gobierno: 36 coches para la Línea B que en España habían sido retirados de circulación once años antes.
El 20 de febrero de 2018 Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) dispuso sacarlos de servicio ante las sospechas. A mediados de ese año la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP, conocida como Metrodelegados) había iniciado la denuncia a la empresa para que investigara si en las formaciones que se habían comprado estaba presente el asbesto. Dicen desde el sindicato: “La empresa argentina niega sistemáticamente la presencia de asbesto. Comienza entonces la investigación por parte nuestra”. Se inició en los trenes comprados a España, se extendió al resto de las flotas que estaban en circulación (Líneas A a H y Premetro) y luego a los trenes que ya no circulaban. Las muestras fueron enviadas para su análisis a la Universidad Nacional del Sur, Departamento de Geología, donde es docente la doctora Leticia Lescano y cuya tesis doctoral en el año 2013 había sido “Asbestos argentinos y sustitutos. Degradación, movilidad y potenciales riesgos para la salud”. Los resultados: de las 143 piezas analizadas de vagones, más del 40% presentaban asbesto.
Recién en diciembre de 2018 Sbase reconoció la presencia de asbesto en los coches CAF 5000 que había retirado de circulación, y Metrovías confirmó que hay trabajadores de los talleres afectados por la exposición a es sustancia. En una entrevista con CNN, el presidente de Sbase, Eduardo De Montmollin, dijo: “La documentación técnica de un tren pueden llegar a ser manuales o carpetas así (grandes) y de repente lo que dice esto es una letra chiquita en la página 473 del tomo 4 de manual de descripción de partes”.
Sobre esa declaración Francisco Ledesma, secretario de Salud del gremio de metrodelegados, dice a MU: “El presidente se Sbase dice que a los técnicos se les pasó entre los biblioratos que tenían que leer. A mí me dieron los biblioratos y en una hora nos leímos todo y no tenemos 70 ingenieros como tiene Sbase, somos un grupo de diez personas. Yo creo que no es que no pudieron, no quisieron, sino que es el cinismo de la impunidad”.

Los cuerpos
El asbesto, o amianto, es un material fibroso, compuesto por la combinación de ácido salicílico con magnesio, calcio, sodio y hierro, cuyo uso se extendió con la revolución industrial. Tiene gran resistencia a la combustión y por eso es empleado como aislante, en revestimiento y en tejidos resistentes al fuego y al calor. Sus fibras son flexibles y se descomponen con facilidad; cuando esto sucede, pueden ser inhaladas y provocar graves patologías en el cuerpo.
Matias Gallastegui, médico generalista, es coordinador de la Escuela Popular de Salud Comunitaria en la Villa 21/24 que piensa la salud desde y en los territorios; allí, desde hace años están investigando las implicancias de los conflictos ambientales en la traza urbana, más específicamente en la Ciudad de Buenos Aires. “Las convenciones internacionales marcan sobre el asbesto una relación muy clara entre la exposición y el desarrollo de enfermedad: mientras más te exponés más posibilidades de desarrollar enfermedad tenés”, diagnostica. “Si bien el período asintomático puede ser prolongado es importante remarcar que el daño pulmonar comienza junto con la exposición”.
Entre esas patologías posibles está la asbestosis, una fibrosis pulmonar difusa a partir de la cual podría desarrollarse cáncer de pulmón o un mesotelioma pleural maligno como diagnósticos de mayor gravedad. “La asbestosis es una enfermedad progresiva que se desarrolla por la reacción inflamatoria que genera la inhalación de las macropartículas de asbesto que ingresan por la vía respiratoria alta y viajan, las más pequeñas, hasta los alvéolos. Esta respuesta inflamatoria va generando por un lado fibrosis y muerte celular limitando la capacidad del pulmón para el intercambio de oxígeno, y por otro lado genera mutaciones celulares que pueden desencadenar el cáncer”. El daño que se puede generar por la exposición al asbesto es incurable e irreversible. “Todo el tejido pulmonar que pierde su capacidad funcional para oxigenar nuestro cuerpo no se recupera, y el proceso inflamatorio continúa”.
El miércoles 4 de septiembre de 2019 la Secretaría de Salud de la Nación respondió a una nota presentada por lxs trabajadorxs del Subte. En el primer punto dice: “La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) clasifica como ‘Agente carcinogénico para humanos’ (Grupo 1) a todas las formas de asbestos incluyendo actinolita, amosita, antofilita, crisolito, y tremolita. La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través del criterio de Salud Ambiental N° 203/98 del Programa Internacional de Seguridad Química, establece que la aparición de los efectos crónicos por exposición de amianto es independiente de la dosis de exposición, siendo por lo tanto imposible establecer niveles de exposición seguros. La Asociación de Toxicología Argentina expresa que ‘aplicando la metodología actual para la evaluación de los riesgos, nos encontramos con un primer problema: muchas sustancias cancerígenas no tienen un valor límite asignado y otras, aunque lo tengan, no nos protegen del efecto cancerígeno porque no hay una relación dosis-efecto. No se ha establecido un umbral de riesgo carcinogénico para el asbesto”.
Hacer lucha
«Se reclama desamientar los talleres y estaciones para que los laburantes trabajen en mejores condiciones / Va a ganarse la vida, no a perderla, que respeten la ley, que respeten la regla”. India escucha en su celular el rap que hicieron pibxs de un colegio secundario. “Es mortal”, dice sentada en su escritorio del Área de Salud del sindicato. Desde ahí hace memoria: “Compraron 36 coches que se tuvieron que canibalizar para armar lo que andaba. Cuando empezamos a leer lo que no se podía hacer (perforar, cortar, amoldar), todo eso lo habían hecho los compañeros en el taller. Se nos pararon todos los pelos del cuerpo. Empezamos a preguntar qué es lo que se hacía, cómo se comprobaba la presencia de asbesto, y llegamos a la doctora Lescano. Más allá de que teníamos confirmación de los componentes, lo que pedíamos era que se ingrese a los compañeros al Registro de Agentes de Riesgo porque necesitábamos saber cómo estaba su salud”.
Ingresar al RAR implica hacerse los estudios, recibir capacitaciones específicas y que la empresa se encargue del lavado de ropa. Los exámenes se hacen de manera periódica, y se guarda la historia clínica durante 40 años. Dice India: “Trabajamos en la Intersindical de Salud de las tres corrientes; la coordina Lilian Capone, neumonóloga con matrícula B de lectura de amianto por la Organización Internacional del Trabajo. Ella es nuestra experta en la parte médica junto con el doctor Ariel Rossi que es nuestro médico legista”. Rossi presentó en el Aula Magna de la Academia Nacional de Medicina, en el III Congreso Internacional de Medicina del Trabajo, una exposición sobre el impacto en la salud de los trabajadores del subte de la Ciudad de Buenos Aires por exposición al asbesto.
Cuenta India que el principal problema fue de comunicación: “En 2018 bajábamos y dábamos esta noticia horrible pero los compañeros no se veían referenciados. Teníamos un problema que ocurría delante de ellos y no encontrábamos la vuelta para decir: es acá y es con vos”.
¿De todo esto, qué se sabía hace tres años? “Nada. Cuando íbamos dimensionando, nos queríamos matar. Después hicimos estas planillas y eran muchísimos los posibles afectados. Para nosotros es muy necesario saber en qué estado están los compañeros, y ver de qué manera garantizar iguales condiciones de monitoreo epidemiológico, iguales condiciones para que sean tratados. La ART a veces da el alta pero recomienda no ir a trabajar en un ambiente contaminado, cosa que sigue pasando. Entonces tenés una bomba: en los pulmones y en la cabeza”.
El equipo de Salud se amplió al ritmo del conflicto: se sumó asesoramiento técnico, legal, médico y por primera vez dos psicólogas sociales, Cecilia Domingo y Beatriz Leonardi, recorren talleres y se encuentran con trabajadorxs. Con el equipo legal se presentó en noviembre de 2019 un amparo ambiental y una acción de clase contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Subterráneos de Buenos Aires, Metrovías S.A., y Metro de Madrid S.A.
La acción de clase comprende a los trabajadorxs del subte que han prestado algún tipo de servicio o tarea en los últimos 40 años, incluyendo a su núcleo familiar, y a los usuarios del subte que han utilizado el subte en ese mismo período. El objetivo: retiro seguro de todo material contaminante y limpieza para eliminar toda fibra de asbesto; reparación de los daños no patrimoniales para todos los afectados, y de los daños patrimoniales en caso de verificarse consecuencias de enfermedad, incapacidad o muerte en cada caso particular; financiar la creación del “Instituto para la Prevención, Capacitación y Tratamiento del Asbesto”, con sede en la Ciudad de Buenos Aires. También se solicitó una medida cautelar –a la que la jueza Elena Liberatori en enero de este año dio lugar– para que se ordene la prohibición del contacto con piezas o lugares con asbesto y se garantice tanto el derecho al trabajo de los empleados afectados, como que deban ser reubicados.
India concluye: “La pelea es a largo plazo. falta concientizar a muchos trabajadores. Desasbestizar el ambiente laboral va a llevar más de diez años. Esperar una flota nueva, más de dos años. Pero estamos actuando para cambiar las condiciones de trabajo de las generaciones futuras”.
La radiografía actual
Desde Sbase responden a MU: “Hasta el momento se han incluido 1.181 trabajadores en el Relevamiento de Agentes de Riesgo. 1.075 ya se realizaron exámenes y 18 presentan síntomas de índole respiratoria que podrían estar vinculados a la exposición de asbesto”. Uno de los tratados en el Hospital Británico tuvo que ser operado de cáncer de pulmón. Y agregan que actualmente se “avanza en la desasbestización de la flota Mitsubishi de la Línea B. Ya se terminaron dos formaciones y se avanza en la quinta tripla”.
Desde el sindicato informan que se encontró asbesto en la Formación Mitsubishi, que se están desabestizando en la actualidad en el taller Rancagua, y CAF 5000 de la Línea B, fuera de circulación al igual que las formaciones Nagoya 300 y Nagoya 1200 que circularon en las líneas A, E, D y C. Además se encontró asbesto en la Formación Nagoya 5000 de la Línea C, fuera de circulación porque no hay trabajadorxs que quieran manejarlos, y en la Formación Fiat – Materfer y General Electric de la Línea E. En instalaciones fijas se encontró asbesto en subusinas y depósitos de agua de inodoros de baños.
Este 3 de marzo, se firmó un acuerdo entre la Secretaria de Trabajo, Industria y Comercio de la Ciudad de Buenos Aires, Metrovias, los metrodelegados y Sbase. Se iniciarán las tareas para la compra de nuevo material rodante para la línea B que reemplace la flota Mitsubishi. Los metrodelegados se comprometen a realizar tareas de mantenimiento normales en componentes sin presencia de asbesto. Explican a MU: “Por la línea B no puede ir ninguno de los otros trenes que están en circulación porque la infraestructura es distinta. Es por eso que empezamos pidiendo recambio de flota, porque es específica”, pero advierten: “Vamos a celebrar esta decisión cuando sepamos quién hará los trenes”.
Las preguntas que quedan
Federico Cattáneo es técnico en electrónica. Durante quince años trabajó en el Taller Rancagua de la Línea B, donde todo empezó. “A principio no se tenía mucha conciencia de lo que implicaba. No lo teníamos identificado como algo malo. En el taller uno de los chicos tuvo una enfermedad de asma y eso generó cierto nivel de conciencia en el conjunto”.
¿Cómo empezó la sospecha sobre el origen del problema? “En una asamblea saltó la problemática del asbesto. Vino el sindicato, se planteó la necesidad de iniciar una retención de tareas porque manipulábamos todos los días piezas que tenían asbesto. Los talleres se dividen en distintas especialidades: mecánica, eléctrica, confort y neumáticos. Y dentro de eléctrica, en la que en ese momento creíamos que éramos los que más manipulábamos asbesto, había 20 trabajadores más o menos. A medida que iban apareciendo nuevos positivos se fue ampliando a nuevos sectores. La pregunta es: ¿qué hacemos ahora? Estuvimos expuestos todos estos años”.
¿Cómo se vive la procesión por dentro? “Es muy característico el proceso: al principio no entendés de qué se está hablando, después te empezás a pasar de mambo en cuanto a la preocupación y finalmente, una vez que te involucrás, empezás a racionalizar un poquito. Teniendo en cuenta la latencia de la enfermedad, al ser tan grande, entrás en un constante signo de pregunta que lo tenés que empezar a trabajar de alguna manera, porque si no la ansiedad te termina matando”.
Desde hace treinta años Claudio Garay trabaja en ese mismo taller. Desde hace ocho meses está de licencia. Tiene inflamación en la pleura y ahora se está haciendo estudios cada seis meses para control. Dice a MU: “En esta lucha está involucrada la salud. Compromete a un montón de compañeros, y puede derivar en una posible enfermedad en la familia porque uno lleva la ropa de trabajo y elementos a su casa. Una sola partícula basta para producir en un tiempo la enfermedad. Es una preocupación. Uno sabe que está afectado, no enfermo. Tengo engrosamiento de pleura. Al no tener enfermedad no estoy medicado, pero eso no quiere decir que no la vaya a tener: es un veneno que está ahí y se puede activar”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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