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Cátedra queer

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Luchi de Gyldenfeldt, una de las cantantes líricas del dúo Ópera Queer, estará a cargo de la cátedra de Canto Disidente en la Universidad Nacional de las Artes, la primera en la historia. Qué significa. La búsqueda de la voz propia. Y cómo potenciar una voz colectiva disidente. Por Lucas Pedulla.

Cátedra queer
Foto: Martina Perosa

Esta nota forma parte de la edición 157 de MU que hicimos gracias a nuestres cómplices. #HaceteCómplice para seguir apoyando el periodismo autogestivo.

Si consideramos que la palabra deriva del latín cathedra y sirvió, además de su solemnidad académica actual, para nombrar al sillón en el que se sentaban los obispos en los oficios litúrgicos, es posible dimensionar la potencia con la que la cantante lírica Luchi de Gyldenfeldt canta una realidad: “Es una conquista histórica”. 

Es que de aquellos tiempos barrocos italianos donde los niños eran castrados para que conservaran su “voz blanca” debido a la prohibición a las mujeres de cantar en las iglesias, a esta época en la que una de las cantantes del dúo Opera Queer será la docente de la cátedra de Canto Disidente en la Universidad Nacional de la Artes (UNA), la primera como parte de una currícula oficial en la historia, pasaron nada más –y nada menos– que tres siglos.

Y una revolución, claro, que no para. 

Y que Luchi la canta, como contratenor, a pura voz propia.

Borde & canto

Narrar que Ópera Queer es un suceso sería incorrecto, por la admiración que vienen estimulando en los últimos tres años, pero decir que ese registro de ópera y humor es asombroso sería impreciso, por la bella potencia que las gemelas Luchi y Ferni despliegan en vivo. Son juego, son diversión, son método y son vida, por lo que cada presentación es –también– abrazo, en un camino que empezaron a transitar en 2017, más acá del canon que se esperaba para cantantes de ópera recibidas de una institución formal como la UNA. 

Explica Luchi: “Es un evento histórico. Hay algo que atraviesa la historia del canto lírico, por sobre todo, que tiene que ver con entender a la voz de una manera muy binaria y biologicista. Si yo leo que tenés pene, tus registros posibles son bajo, barítono, tenor o, a lo sumo, contratenor, como canto yo. Y, si te veo con vulva, tenés que cantar mezzosoprano, soprano o contralto. El repertorio es muy específico e inamovible. Quizás en lo popular, bordeando a la academia, el canto disidente sucedió siempre –Mercedes Sosa en la última parte de su carrera parecía un tenor, Freddie con sus sobreagudos en Queen o los falsetes de Nito Mestre en Sui Generis–, pero no necesariamente de forma institucionalizada o en la universidad más importante de Latinoamérica. Y eso es una conquista, un apoyo y un reconocimiento”. 

La cátedra formará parte de la Licenciatura en Artes Musicales, una de las carreras que brinda el Departamento de Artes Musicales y Sonoras (DAMUS) de la UNA. Luchi y Ferni ya venían trabajando en el Programa Música y Género, que hacía ese cruce interdisciplinario en escuelas, organizaciones sociales, hospitales y unidades penitenciarias. Ambas sumaron, además, un abordaje en Educación Sexual Integral (ESI). Ferni dejó por sus horas en el colegio donde trabaja, y Luchi quedó como referenta. Las actividades siguieron durante la pandemia, se armó una comisión, y Luchi siguió participando en diversos espacios de ponencias, donde tomaba la palabra. “Cuando empiezo con Ópera Queer y salgo de este closet marica y disidente, empiezo a observar cómo funciona adentro la universidad, muy agresiva y heteronormada en muchos aspectos. Y, como dicen Susy Shock y Marlene Wayar, tampoco queremos que nos incluyan solo para tener que parecernos. Necesitamos políticas concretas”.

En el medio de una de esas ponencias virtuales, lo llamó la decana Cristina Vázquez. Le dijo que tenía razón, que había que hacer cambios concretos, y que no sabía por qué estaba pensando en otras personas para la cátedra oficial que querían abrir. “Estás vos”, le dijo. 

Y así fue.

Potenciar la disidencia

La cátedra será anual. “Quiero que esté orientada a todo el colectivo disidente. Alguien que se perciba una marica disidente, no binaria, que sepa que hay un espacio que va a tener a una contemporánea, para nombrarse como quiera. No tengo idea de lo que va a pasar, y eso está bueno: puede funcionar como un espacio libre de violencia machista y que sirva a ciertas sensibilidades que quieran transitar espacios académicos de manera distinta, amorosa. La UNA es una institución pública y gratuita, y a mí me abrazó y me quiso, pero podemos abrir más”.

Luchi estará acompañada de Jazmín Tiscornia, la pianista de Ópera Queer. “Tengo 31 años y no dejo de ser muy joven respecto a otros profesores. Sí hay algo que me genera mucha seguridad y es que me hice cargo de mi cambio de registro. Estudié como barítono, ya había cantado en Suiza y Alemania, y un día dije que quería cantar como contratenor. No disfrutaba cantar en esa cuerda, sentía una violencia en mi laringe y en todo mi aparato, una imposición. Y aprendí mucho de eso, a escucharme, a observar la libertad que siento ahora para identificar y guiar esos procesos, algo que me encanta y me apasiona. Como barítono cis sentía que sufría, y es un momento lindo para entender que no tenemos que sufrir tanto. La cátedra tiene que ser un espacio para potenciar también esa disidencia propia, que todes tenemos”.

Ejemplo: “Es muy distinto vocalizar con una mujer cis que con una trans, y a su vez con otra mujer trans que está hormonando y quiere cantar en falsete como sopranista, o quizá que quiera mantener su voz de tenor en el rango de lo que era su genitalidad. Es interesante que lo que es performático y teatral pueda también ser concreto y real en los pasillos de un conservatorio. Siento que, con esta cátedra, también vamos a pelearnos: a mí no me interesa si un pibe trans no logra el timbre de tenor a lo Pavarotti, pero no sé si en una mesa de examen alguien diga: ‘No es tenor’. Bueno, ahí va a haber que confrontar con la academia”.

Descolonizar

Luchi se recibió en la UNA con promedio diez (10) y laureles. “Luchi, sólo te queda irte a Europa y viajar”, le decían. El cuento era seductor. Explica: “Es el destino del mercado operístico. Acá es muy nulo. Acá está el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, el Teatro Argentino de La Plata, el Teatro El Círculo en Rosario, o alguna ópera federal. Es paradójico, porque el capitalismo en Europa lo construye como mercado pero lo hace tan cotidiano que parece más popular. No sé si lo es, pero es sorprendente cómo funciona: si comprás el ticket para ver una obra en Hamburgo podés viajar gratis en transporte público. Con el certificado de estudiante podía conseguir descuentos, pero acá en el Colón se te morían de risa”.

Pero pasaron cosas. A la semana de recibirse, Lucho y Ferni cantaron con Ópera Queer en MU Trinchera Boutique,en diciembre de 2017. La recepción las conmovió. En enero viajaron al Festival Disidente de El Bolsón (Río Negro), donde fueron ovacionadas. A la vuelta, en marzo, otro show en MU se llenó. “Ahí empezó algo tremendo y no me fui más. Y cada vez que pensaba en irme nunca me terminaba de convencer. Sí fantaseo con viajar con Ópera, pero ya desde otro recorrido. Está pasando algo muy histórico acá, y espero que seamos conscientes”.

Están participando también del proyecto NuesTrans Canciones, en el Centro Cultural Kirchner (CCK), para armar el primer cancionero popular travesti/trans/no binarie de América Latina. Junto con el Instituto Nacional de la Música (INAMU), se hará un libro y se repartirá por bibliotecas, para mutar también en un disco y en presentaciones en vivo. Piensa Luchi: “No conozco que haya pasado algo así en Berlín. En Europa tampoco hay una una cátedra de Canto Disidente. Por eso, es un momento único, para poder disfrutarlo”.

La cátedra se dictará los jueves de 18 a 22 y la inscripción puede hacerse a través de musicalesysonoras.una.edu.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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