CABA
Luche y vuelve
Xuan Pablo González. Ya autoeditó cinco libros en los que recupera voces latinoamericanas para descolonizar la sintaxis heredada del castellano imperial. Así creó un estilo propio. Su próxima trinchera: una novela inspirada en Túpac Amaru como símbolo de rebelión.Un escritor argentino que anda vivo por los caminos de Latinoamérica, buscando preguntas, visiones, voces que no siempre encuentran oídos. Un explorador del lenguaje que toma historias, las incorpora y las transforma, para llevarnos a ese otro mundo.
Leer, en el mejor de los casos, puede resultar una aventura, un viaje. En este caso, leer a Xuan Pablo González es ir hacia ese continente silenciado que está debajo del asfalto. Si descolonizarse es descubrir América, estas páginas van en esa dirección.
Hasta el momento, los libros de Xuan son cinco y cada uno se presenta con un color: LeyendaSuRevoluzión (tapa roja, 2003); Alucinaciones Salvajes Proyectadas (tapa verde, 2004); Rompecabezas de la ciudad de Esteco (tapa amarilla, 2005); Psicodelianarkocorrida (tapa naranja, 2008) y la recopilación Antiguos cantos de la tierra (tapa azul, 2009). Los primeros dos los autoeditó, para el tercero le ofrendó el dinero su hermano y para el cuarto ya consiguió que la editorial El Colectivo se hiciera cargo de la impresión de los 500 ejemplares. Todos los sigue distribuyendo él, en bicicleta. Así pueden leerse textos que tienen un ritmo y una sintaxis propia, original:
Ojalá que llueva,
que crezca el cucumelo,
canta el cordobés-comechingón merkeado la canción de las Manos de Filippi, no las de Perón…
Peronismo psicogardéliko.remixado, piensa sonriendo dientedeoro… puebloocumbiandoalucinadoensucesosargentosolarizados… remixao.
Pochoperónpeposooosooso…
Porque así es Psicodelianarkocorrida, el libro ilustrado por Leo Occhipinti y María Tabakman que se transforma en un viaje por historias sobre y con plantas sagradas alucinógenas, y que incluye un pequeño glosario, 328 citas de personas, canciones, fábulas y libros difíciles de rastrear.
Y porque así es Xuan: “Empecé a estudiar cine y filosofía, pero duré poquito. Nunca me llevé muy bien con todo el sistema educativo. Desde la primaria me pareció que eran demasiado esquemáticos. Me llevo mejor con las cosas que no son tan estructuradas, tanto en mi manera de aprender como en la de escribir, donde justamente trato de romper estructuras”.
Lenguaje de acá y de allá
Juan hace con el lenguaje un juego, pero es un juego bien serio, donde hay un atrás y un adelante, un porqué y una búsqueda, una forma de decir para decir, un uso de otras palabras para expresar otras voces. “Fue saliendo a partir de lecturas, del mambo del surrealismo, las vanguardias; ése fue un puntapié. Después sumé otras experiencias que me ayudaron a romper estructuras”. En esa necesidad de ruptura está su clave. “A mí me flasheó laburar con el castellano antiguo, cuando investigué y me di cuenta de que nació en 1492, con la conquista de América. De hecho, el que escribe el primer diccionario de la lengua castellana dice que el lenguaje va a ser una forma imperial de dominación”. Xuan está hablando del lingüista español Antonio de Lebrija, que en 1492 publicó su célebre Gramática Castellana. Cuenta la leyenda que dedicó el libro a la reina Isabel la Católica y que cuando se lo ofrendó, la monarca le reprochó:
-¿Y para qué quiero yo este libro, si ya conozco la lengua?
A lo que el andaluz respondió:
-Alteza, la lengua es instrumento del Imperio.
Sigue Xuan: “En el castellano antiguo encontrás en una misma página la misma palabra escrita de distintas maneras porque no estaba la regla y a mí me parece muy positivo que no esté. La regla trata de controlar algo, de estructurar algo, más que de comunicar algo. Una palabra por más que esté escrita con errores de ortografía se entiende igual. Y en eso siento como una especie de militancia: hay que destruir la base del lenguaje castellano europeo. Para mí, ése es el camino: sentar las bases semánticas y sintácticas del lenguaje de acá, como lo han hecho ya un montón de poetas y artistas. Por eso uso muchas palabras de lenguas autóctonas, para diferenciarlo”.
Dirá, también, que el lenguaje es magia y que la policía de lengua ha luchado por exorcizarla. “Los surrealistas son los primeros que plantearon que para recuperar la magia había que romper la prisión de la gramática. Ellos lo hicieron a su manera. Acá tenemos otras fuentes: hay tantas palabras de tantos lenguajes que han sido perseguidos por cientos de años, tanta gente que fue asesinada por hablar otro idioma. Son lenguajes de una belleza poética y sonora repleta de significados. Son más ambiguos y, a la vez, más poderosos. Y eso es lo mágico”.
Esas voces serán, justamente, las que zurce en sus textos. “Me gusta la idea de ser un transmisor de voces. Más allá de lo que pueda aportar mi voz, siento que una parte importante de mi laburo pasa por juntar un montón de voces y pasarlas. A mí me llena, es una misión, un deber. Ser un canal es mi lugar en el mundo. Por ahí, desde ciertas ramas de la filosofía, del existencialismo, del pensamiento occidental, se plantea que la vida no tiene sentido. Eso me parece una mierda. Toda la vida tiene sentido y es maravillosa en sus muchos sentidos. Uno de esos sentidos es encontrar tu lugar, lo que viniste a hacer a la tierra. Estamos acá para hacer algo. Y una de las cosas más pulentas que yo vine a hacer es escribir. Lo comprobé cuando empecé a publicar. No por el ego, sino porque pude ver cómo iban pasando de mano en mano esas voces que nos alientan para que sigamos su lucha. Porque el arte es una lucha y una de sus principales fuerzas es ésa: poder generar cosas y modificar otras, aunque sean mínimas”.
Siguiendo esta línea, Xuan editó Antiguos cantos de la tierra, una antología que refleja, como bien lo dice su título, una cosmovisión que rescata vínculos: la amistad, el amor o la armonía. Y es también, como dijimos, un intento de descolonización que nos propone mirar la realidad de otras maneras, menos cínicas y más esperanzadoras, como las que transmite este poema sioux:
No hay lugares vacíos en la Tierra.
Tampoco en el Cielo
existen espacios deshabitados.
En todos los lugares hay vida,
visible e invisible
y cada cosa algo tiene en ella
que nosotros deberíamos tener.
Los Túpac Amaru
Juan está trabajando en la novela Suenhos Tupamaros, donde narra lo que investigó sobre los diferentes Túpac Amaru como referentes de la rebeldía. Para la cosmovisión andina, Túpac Amaru significa “serpiente resplandeciente” y Xuan hilvana las leyendas que la representan en muchísimas culturas previas al judeocristianismo, a partir de la cual este símbolo se transforma en la imagen de la tentación y el engaño. Cuenta también el libro otra historia de la Revolución de Mayo, cuando se decidió traer a Juan Bautista, hijo de Túpac Amaru, desde África, para coronarlo rey de las Provincias Unidas de Sudamérica. Ése era el plan revolucionario. Y de eso hablaba San Martín cuando proclamaba: “…Andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indyos: seamos libres y lo demás no importa nada”.
Así eligió contarnos Xuan el final de esta historia:
“En 1826 el futuro Inka Juan Bautista Tupak Amaru se entera de que el mismo gobierno que lo está ´manteniendo´ en Buenosayres, ese mismo gobierno ´demócrata´ del presidente Rivadavia está mandando a ´eliminar a los Ranqueles´, está degollando a los hermanos indyos de las pampas del sur. Y mientras a él, Juan Bautista, lo ´retiene´ semipreso ahí en la civdad, está trayendo militares europeos para continuar la masacre de la indyada… porque es bien claro para quiénes trabaja Rivadavia: recibe un sueldo de la River Plate Mining Association.
Poco después, en septiembre de 1827, a los 88 años, muere Juan Bautista Tupak Amaru, algunos sospechan que envenenado por Rivadavia, que seguía exterminando indyos en las Pampas y negociando la colonización y endeudamiento con los yngleses.
El último y revolucionario Inka Tupaq Amaru es enterrado sin tumba ni lápida en el oligárquico cementerio de la Recoleta, en Buenosayres, bajo un ombú.
Su historia, como él mismo escribió, puede que aunque desgraciada ser útil al mundo”.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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