CABA
Teoría (y práctica) del shock
Artista, activista, cantante y poeta, Susy Shock es más que la suma de sus partes. Una intelectual del movimiento trans que nos provoca a pensarnos. Y que acaba de editar dos libros perfectos.No importa qué somos,
si alcanzamos a poder serlo…
Susy Shock (2007)
Susy es un huracán que te sacude. Pasa y va provocando un torbellino que levanta los cimientos en los que estás parado, abriendo canaletas de incertidumbre. Allí te va sembrando dudas como flores que irán creciendo, poquito a poco, hasta echar raíz. Vos te creés inmune, pero no. Sos una grieta abierta que no se termina de abrir. Ella lo sabe. Lo siente. Lo vive. No en vano se llama Susy Shock.
Agarrate fuerte porque ahí viene. Se acerca zigzagueando entre las mesas, como una anguila bajo el agua. La veo venir, cada vez más figura y menos fondo, y se me viene a la mente ese dibujo de Dalí en el que se desintegran los relojes. El mundo binario comienza a derretirse. Susy, ahí mismo, ahora mismo, mientras apoya la cartera en la silla y se deja caer como un pájaro herido, comienza a disolver ese universo (uni-verso) que conocemos para permitirnos imaginar los múltiples que podemos ser capaces de crear. Después de todo, los artistas como ella, que sintetizan la época que vivimos, tienen ese don de oráculo, que antes era posesión exclusiva de seres mitológicos.
“Poner las cosas en duda es un ejercicio que puede ser muy interesante si volvés al lugar de origen cambiado, modificado o endulzado”, dice con el tono y la postura de quien lo expresa desde su propia experiencia. “¿Qué soy? ¿Importa? Soy arte”, sostiene desde su blog, donde publica los relatos, poemas y presentaciones que la llevan a recorrer distintos escenarios como plataforma de sus intervenciones poéticas-políticas. Así elige definirse, crearse e inventarse. Y desde allí recorre un camino que ni ella sabe dónde termina, que la constituye en militante trans cuyo cuerpo es también su bandera de lucha.
¿Qué significa ser arte?
En realidad todas y todos somos arte. Lo que pasa es que no nos permitimos dudar de lo que recibimos, porque por ahí mueve mucho la estantería. Estamos hablando de replantear los roles masculinos y femeninos. Nos ubican en lugares impensados, en los que, por ahí, estábamos de prestado. Cuando me preguntan de qué genero soy, respondo: “Soy género colibrí”. En realidad, es mi apuesta política, poética, de cómo quiero me veas, de cómo quiero que hagas el esfuerzo para verme, porque me parece que si hay algo que estaría bueno es que hagamos el esfuerzo del reconocimiento al otro.
Sigue con una anécdota: “El otro día me dijo un taxista: ‘Te escucho una voz, pero te veo vestida así. ¿Cómo te digo?’. ‘Susy’, le consteté. Me encantó que se permita preguntar. Me pareció genuino”. Completa la historia con una aclaración que siento lógica para comprender cómo funcionan los anticuerpos en la lucha trans: “Estamos acostumbradas a la violencia y al etiquetamiento. A veces estas aclaraciones son a los gritos, a cachetazos, a empujones”.
Próxima estación
Susy es una locomotora que me lleva de viaje en su tren. Recorremos anécdotas, paramos en las estaciones felices, en las dolorosas, en las angustiantes y alzamos la barrera para que pase la farolera. Con la luz tenue de ese farol, atravesamos los túneles más oscuros, que siempre desembocan en un cielo más alto y plomizo. Sin frenar la marcha, tomamos la curva peligrosa vomitando humo. En un tramo, sumamos a su hija, de 19 años: “La otra vez me preguntaron cómo me llama y yo le dije que, a veces, con sonidos. Hoy, por ejemplo, me llamó ‘Shhhhhh’ y mañana me llamará ‘Bububu’. Y se me quedó mirando el periodista, porque estaba esperando que le de una respuesta a partir de lo único que conoce. La verdad es que apunto a que haya un montón de cosas que no conocemos y que nos permitamos transitar también. Si no, es como demasiado pobretón todo, muy chato”.
Las Madres de Plaza de Mayo sostienen que fueron paridas por sus hijos para explicar la metáfora que les dio origen. ¿Qué parió a Susy?
Un colectivo de gente, que fue Giribone (el lugar donde desplegó su arte) en el 2001. Durante siete años, un espacio que me permitió saltar del escenario a la cotidianidad de la gente y, desde ahí, a la calle. Y sostenida no siempre por trans: había chicos y chicas hétero, que ya son trans en la medida que se fueron corriendo de ese varón y esa mujer impuesta. El arte, también. Y la Pachamama: yo tengo una gran conexión con la tierra, aun siendo porteña como soy, pero me permito encontrarla en ciertas sonoridades. Técnicamente la encontré a la hora de cantar baguala. La baguala permite que tu voz transite por ciertos cánones o, en todo caso, por ninguno de los establecidos. Te posibilita que juegues con masculinidades y feminidades, si es que tenemos que hablar de algo así para que se entienda qué me hizo descubrir. Yo no reniego de la masculinidad que tengo porque es parte de mi construcción, del ser al que apunto. Ahora, a dónde irá esa construcción no sé: ésa es mi búsqueda. Pero también sé que políticamente necesito -y se necesita- que se establezca una pauta. Porque hay cosas concretas desde la política que tenemos que lograr, como un Estado de Derecho que todavía nos debe un montón de derechos. Aspiro a esta búsqueda de no discriminación que el arte ya la está adelantando, como suele suceder.
Arte y parte
Son palabras, pero también con la mano, con la pose, con los dedos y hasta con las uñas, Susy me indica qué cosas construyen su identidad. Me las señala desde la edificación que fue y es capaz de realizar para habitar ese mundo, interior y exterior, que está puliendo como un escultor alocado. “El arte en sí no tiene un género, y si lo tiene se lo ha puesto la academia en todo caso. Hablo de un arte en cuanto a espacio de exploración que cada uno y cada una tiene, para sacar lo que tenga que sacar. Por eso no tiene género, no tiene título”.
De un soplido, otra vez, Susy deshace frente a mis ojos, como un mago eximio, ese mundo que muchas veces parece concreto, real e inmodificable. Con esa varita que es su poética y su política esfuma los géneros de las cosas, pese a que aun antes de caminar nos enseñen a distinguir si los objetos y las personas pertenecen al mundo de los machos o al de las nenas.
Nada por aquí, ¿nada por allá?: “La Pachamama es trans. ¿Es hombre? ¿Mujer? ¿Qué es? Entonces ahí me cierran muchas cosas, como la posibilidad de cantar. ¿Cómo canta un varón? ¿Cómo canta una mujer? ¿Cuál es la voz de un varón, la de una mujer? El arte yo lo concibo como la naturaleza”.
En tu blog pusiste: “Que otros sean lo normal”. ¿Qué es “lo normal” y quiénes son “los otros”?
Lo normal es todo lo normativo. Es una cultura imperante que viene desde hace muchísimo. No casualmente la Conquista vino a barrer cosas en este territorio que ni siquiera sabemos que estaban, pero que suponemos, intuimos. Se vino a implantar un modelo a partir de la cruz y la espada, que es para mí lo normativo, lo binario, lo patriarcal, lo machista. Pero también somos grandes reproductores de todo esto. Y hablo concretamente de los y las pares.
¿En qué cuestiones?
Tengo una gran discusión con los y las compañeras del progresismo y la izquierda, porque es un campo social donde también reproducimos estos mandatos. Pareciera que de acá a acá (las manos marcan dos fronteras) somos revolucionarios y a partir de acá (ahora señalan un umbral) nos permitimos ser los más capitalistas. Con nuestros hijos, con nuestras parejas, cuando los celamos, cuando las volvemos locas. Eso de lo “normal” no solamente lo tiene Bergoglio o Mirtha Legrand. Eso lo tenemos todos y todas y hay que reconstruir otras formas de relaciones mirando para adentro. Quienes estamos en ese camino, apenas comenzado, podemos después empezar a añorar y pensar otras cosas, pero me parece que el primer cambio es ése, la revolución es eso: cambiar desde adentro. Después vendrá lo otro.
Nos-otros
Susy desgrana el asunto de esta manera: “El otro día hablaba sobre la lucha por las tierras y decía: “¿Para qué queremos la tierra?”. No porque no la quiera, ojo. ¿Pero para qué la queremos? ¿Para qué pedimos la reforma agraria? ¿Para que después nuestras mujeres sigan sometidas? Me parece que hay que replantear un montón de cosas, que incluye definir claramente hasta para qué queremos la reforma agraria. Eso desde el arte se puede proponer, se puede inquietar, con frases que no son inocentes, que intentan ser movilizadoras, abrir el debate, el diálogo que nos debemos. Yo propongo eso. Nos lo debemos primero nosotros, nosotras. Después, será pararnos frente al enemigo, que es fuerte”.
Susy Shock es, como seguramente lo son varios de los ojos que caminan estos renglones, hija de una militancia partidaria de la que abjura. Y hermana de eso que el 2001 puso en toda su dimensión: la construcción autogestionada y horizontal. Desde allí navegó diversos mares hasta pisar tierra firme en Futuro Transgénero, organización que entre otros menesteres edita El Teje, la primera revista trans de toda América Latina.
Estas latitudes son las cartografías desde donde decidió soltar amarras con las estructuras que la aprisionaban: “Los lazos afectivos son la base desde donde tenemos que poner en práctica estas ideas para el mundo que soñamos. De otra forma no entiendo de qué estamos hablando. Son cosas que nos implican un cotidiano laburo. Si no, pareciera que todo pasa de asamblea en asamblea: la siguiente me hago revolucionario y dejo de serlo hasta la próxima. Lo digo desde la calle, no lo estoy diciendo porque soy una artista o una ciudadana de café: estoy en la calle. Siento que hay algo de escribir con la mano y borrar con el codo. Y eso es algo que me asusta cuando pienso que el enemigo está tan adentro y no lo podemos leer. Porque Bergoglio ya sé quién es. Pero el problema son los otros, que a veces están sentados en la misma mesa. Y eso hay que releerlo mucho, muy finamente. No hay tiempo que perder”
En este recorrido poético al que Susy te propone asomarte hay dos libros con sabor a cofradía, de los que la Shock es autora: Poemario Trans…pirado, con prólogo de Marlene Wayar, y Relatos en Conecalón, con prólogo de Fernando Noy. “Para mí es un aporte a esta relectura posible, con toda la sangre y la bronca, y con toda la ternura y la amorosidad que pido afuera e intento desde mí”. Un fragmento de uno de los poemas dice así:
Mi derecho a explorarme
a reinventarme
hacer de mi mutar mi noble ejercicio
veranearme, otoñarme, invernarme:
las hormonas
las ideas
las cachas
y todo el alma!!!!!!… Amén.
El abanico del mundo Susy Shock es tan amplio que más de una vez, mientras mis dedos recorrían el teclado, me pregunté cómo debía abordarlo. No pude plantearme una respuesta más o menos consistente, pero comprendí que querer contemplarlo todo era repetir esos esquemas que ella había puesto en vías de extinción. Ahí sentí el último golpe de Shock.
La única manera de abordar lo inabarcable es no abarcándolo.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas de cada miércoles llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro.
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro.
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro.
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro.
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El dispositivo incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería» de la Policía de la Ciudad». El organismo también observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro.
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!”.

Foto: Juan Valeiro.

Foto: Juan Valeiro.

Foto: Juan Valeiro.
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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