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Democracia a cielo abierto

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Petroleros, docentes, estudiantes y vecinos autoconvocados exigen ser escuchados con asambleas en la ruta y en las que participan más de 5.000 personas. Así denuncian las consecuencias del modelo extractivo y debaten sus contradicciones: desde el reparto de las ganancias hasta si es una solución o no estatizar la explotación de los recursos naturales. Una forma de hacer política sin moldes ni representantes que los partidos y los medios ignoran.

Democracia a cielo abiertoIara es una veinteañera de pelo negro y sonrisa divertida, empleada, que hace poco fue considerada “mal educada” por una señora pro minera de Santa Cruz, por repartir volantes junto a su hermana Diana, denunciando los costos sociales, económicos y ambientales que produce la megaminería. La señora le dijo además: “Vos eras educada, fuiste a la escuela”. Iara la miró seria, y contestó:
“Por eso mismo. No sé en qué tiempos te habrás educado vos. Pero en estos tiempos uno se educa para ser libre. No para callarse la boca”.
Efecto medioambiental: la señora calló. Esa extraña manera de pensar y expresar lo que siente hace que Iara considere también que el tema minero es demasiado grave como para dejarlo en manos de políticos, empresarios, ingenieros & afines.
Su caso es uno más dentro de una tendencia llamativa. En la Patagonia hay grupos de seres llamados “vecinos”, “obreros”, “adolescentes” y autodenominadas “personas” en general –que cuando son varias tienden a organizarse como “asambleas”– poseídas por ideas y actitudes cuyo origen los expertos aún no han podido especificar (¿el cambio climático, excitación psicomotriz, ausencia de suficiente exposición al televisor?). Algunos ejemplos:
María Laura, profesora de inglés, considera que los arqueólogos se equivocan (o hacen algo aun peor) al sostener que corren riesgo las pinturas rupestres de la zona de Perito Moreno, como producto de las explosiones mineras.
Rubén, obrero petrolero de Las Heras, argumenta que los sindicatos deberían defender a los trabajadores, en lugar de luchar sin cuartel en pro de empresarios y gobiernos. Rubén y otros 5.000 petroleros que piensan cosas parecidas, asamblea en la ruta, echaron a un dirigente histórico del sindicato.
Seis docentes (omitiremos nombres para evitar que los criminalicen) comen fideos en una carpa junto a la ruta, queman gomas y se han convertido en piqueteros vestidos con mamelucos para soportar temperaturas que la otra noche llegaron a 9º bajo cero, y vientos que en promedio soplan a 60 kilómetros por hora. Forman parte del gremio ADOSAC, y pretenden cobrar aumentos de sueldo como los de los otros gremios, teniendo en cuenta que la canasta familiar de la zona cotiza en 13.000 pesos. Fueron golpeados abnegadamente (con varios hospitalizados) no por gendarmería ni policía, sino por una patota a sueldo de la oficialista UOCRA (el gremio de patotas parece tener sus paritarias al día). Esto provocó la inmediata reacción del Poder Judicial que procesó a 49 de ellos: de los docentes golpeados.
Luxe, Fabián, Damián, Diana y muchos otros no creen que haya que quedarse sentados esperando y salieron a la ruta 43 embelleciéndola con pintadas que dicen “Defendamos la vida”, “Fuera las mineras”, “Acá se roba cultura”, “Sakeo, contaminación y muerte” (en Santa Cruz, como lo sabe y sufre cualquier kirchnerista de buena fe, hay palabras que se escriben con k).
Los obreros de Oleosur arrastran conflictos y reclamos ante la empresa sorda y el sindicato descabezado. En asamblea, resolvieron hacer paro. A los dos meses sin respuesta, tomaron la entrada de la planta Las Heras 3 (LH3) para impedir el trabajo de deshidratación y bombeo de todo el petróleo de la zona hacia los puertos. Armaron una carpa-rancho frente a las inclemencias del tiempo. Rotan en turnos de 8 horas y allí nadie duerme, atentos a las inclemencias represivas. No les pagan hace dos meses y hay más de 20 procesados. Les deben 40.000 pesos a cada uno.
Rebeca, 16 años, considera muy llamativo que ella y sus compañeros del Polimodal estén haciendo una vigilia dentro de la escuela desde hace tres semanas, reclamando el derecho a tener clases (los maestros, recuérdese, están de mameluco en la ruta), pero ni un solo canal de los que llamaron (desde TN hasta Telefé pasando por todos los canales de noticias) se interesó en el tema. “Todos hablan del futuro y de la juventud, pero no les importa nada. Durante todo este tiempo sólo hablaron de Tinelli, de Juanita Viale, de los problemas de River, de algunos robos y choques en Buenos Aires”.
Por mensajito de texto en Las Heras se organizaron dos puebladas para rechazar el ingreso de fuerzas de gendarmería llegadas a) por razones turísticas, o b) para sofocar cortes, tomas y protestas. En ambos casos los gendarmes vieron truncada su intervención, hecho que se repitió previsiblemente en Pico Truncado.
En todas las situaciones señaladas, estas personas (entre muchas otras) no tienen líderes, partidos ni dogmas. Pero se organizan. Salen a la calle, o a las rutas, o a intentar hacer algo concreto sobre el tema que los afecta.
No parecen haber leído –y si leyeron no tienen intención de obedecer– un best-seller que supone: “El pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”. Como tantos otros, no están muy seguros que los representantes los representen. Y no son ciudadanos-momias. Ser educado y ser libre, según la doctrina Iara, no es callar ni quedarse quieto.
El enigma que invade despachos, academias, patotas, corporaciones, fuerzas de seguridad, cócteles y otras jefaturas sociales se puede sintetizar del siguiente modo: todas esas personas y grupos, ¿quiénes se creen que son?
Puebladas
Noche en el campo petrolero Las Heras 3. Frío que aturde y viento que trompea. En una carpa que se sacude como para levantar vuelo, algunos hombres de mameluco azul juegan al rummy para matar el tiempo. Hay un fogón, la estufa es una lata que llamea como un pequeño volcán. Van 71 días de paro en Oleosur, 250 obreros en total, pero en los últimos días se instalaron junto a la puerta de la planta para garantizar el freno del bombeo de petróleo. Tienen un ojo en los naipes, el otro a medio kilómetro: la Ruta 3. Muy cerca hay otra carpa, organizada por docentes que cortan desde allí la entrada a LH3. Es un doble cerrojo. “Es bueno que estemos juntos –dice Juan, 48 años (con dos procesamientos encima, en la tierra que no criminaliza la protesta)– porque en el fondo a todos nos pasa lo mismo. Los docentes no dejan de ser obreros con problemas”.
Hace dos noches, por esa ruta llegaron colectivos con 200 gendarmes. Los docentes se les cruzaron en el camino con autos. Los petroleros de Oleosur salieron a la ruta junto a los docentes. Todos armados con celulares. En 15 minutos cientos de personas, familiares, vecinos, amigos, llegaron a la ruta desde Las Heras. Eran cada vez más. Se calcula que para cuando la gendarmería se dio por vencida y pegó la vuelta, llegaron a sumar 5.000.
Dos días después hubo denuncias vecinales sobre la presencia de gendarmes en Las Heras filmando y fotografiando lugares y personas. El intendente Lalo Camino quiso tranquilizar a la población revelando que en Las Heras había sólo “cuatro gendarmes” dedicados a tareas de bromatología (viven en una casa alquilada a la representante en Las Heras de la Dirección de Derechos Humanos provincial, Roxana Totino). Sin embargo un vecino detectó una Traffic con unos 10 gendarmes que fue a parar a un galpón, donde había al menos 4 camionetas más. A las 2 de la mañana del 24 de mayo empezó a juntarse gente frente al lugar, quemaron gomas, llegaron cada vez más vecinos. No quedó claro cuántos gendarmes eran, pero varios vehículos huyeron finalmente de la zona. Curiosidad lugareña: el galpón era propiedad del juez Eduardo Quelín, a quien los gendarmes adjudicaron la orden de movilizarse.
El mal menor
Rubén Uribe está más barbudo que hace dos años (MU N° 27, El agujero negro), cuando estuvimos en su casa de Las Heras. Rubén y su señora Corina estaban de paro sin saber por qué. El Sindicato de Petroleros Privados dirigido entonces por Héctor Chaco Segovia había ordenado una huelga inexplicable. “Son tironeos entre ellos, capaz que lo arreglan con YPF para que la gente no trabaje y suba el precio del barril, o porque hay alguna interna del gobierno nacional contra el provincial, todo enredado, y nos usan a nosotros”. Rubén y Corina me mostraron sus sobres de sueldo, con un rubro llamado “Paz Social”: 630 pesos. ¿Qué significa paz social? “Que te quedes en el molde”.
Pero los petroleros no tienen paz. “Nunca estuvimos de acuerdo con la conducción de Segovia. Entonces nos juntamos con los compañeros en asamblea, y dijimos: vamos a apoyar a Rubén Recamoso, que es el secretario adjunto, pero no porque sea santo de devoción, sino para sacar al otro, por conveniencia. El problema es que no teníamos convenio colectivo de trabajo desde hacía 4 años. Los compañeros de Pico Truncado, Las Heras y Caleta Olivia eligieron 6 delegados. Fuimos al Ministerio de Trabajo. Segovia no se sentó a negociar, porque estaba distanciado de los delegados y de su propia Comisión Directiva. Estábamos en paro en toda la provincia, pero decidido por las bases. La viceministra Noemí Rial aceptó la resolución de sanear la deuda acumulada en contra nuestra, pagándonos 25.000 pesos a cada uno en 5 cuotas. Volvimos, hicimos una gran asamblea en Cañadón Seco”. Fue en abril y la ruta se tapó de gente. Rubén no es de los que alardea: “Dicen que fueron 6.000 personas, pero para no mentirle le digo que hubo 5.000”. Detalle: no una marcha, no una movilización, sino una asamblea que votó que Segovia no los representa, haciendo caer a ese puntal oficialista y provocando la intervención del gremio. “Usted sabe que siempre pensamos que Segovia era un servidor de las operadoras, las empresas y el gobierno. Nunca escuchó a las bases. Su amistad con Néstor Kirchner no benefició a los trabajadores. Recamoso tenía menos obsecuentes que Segovia en la conducción del sindicato. Capaz que hubiera volado antes. Pero nos convenía que vuele el otro”. Petroleros con la teoría del mal menor. Rubén se ríe: “Totalmente”.

Compañero policía

Los trabajadores petroleros piden que se recuerde una cuestión, cuyo olvido es un nuevo crimen. En febrero de 2006 una pueblada sospechosamente agitada por punteros políticos y gendarmes en Las Heras, terminó en la muerte del policía Jorge Sayago. El crimen liquidó un paro petrolero, fue muy funcional al gobierno que quería deshacerse del entonces gobernador Sergio Acevedo (que de hecho renunció), provocó el sitio de la parroquia del cura Luis Bicego a la que se habían ido a esconder cientos de trabajadores, y habilitó una cacería de petroleros que mandó a seis de ellos a la cárcel.
Franco, en la vigilia de LH3, explica por qué se había desarticulado el empuje gremial en estos años: “Mataron a ese compañero trabajador policía y la consecuencia fue casi dos años sin que saliéramos a reclamar, con el sindicato trabajando para el gobierno, marcando a los compañeros que fueron presos, que eran totalmente inocentes”. Pablo Bilbao, Darío Catrihuala, Ramón Cortez, Hugo Humberto González, Alexis Pérez y José Rosales: nombres de hombres que pasaron tres años de prisión hasta que los liberaron sin iniciarles juicio, luego de pasarlos por toda clase de maltratos y tormentos.
Hoy la causa tomó un rumbo laberíntico en medio de las denuncias de los propios familiares de Sayago, como su tío Víctor Álvarez: “Siempre dije que esto no se va a esclarecer mientras haya implicada gente del poder político y la cúpula de la policía. Todo estaba arreglado para asegurar la impunidad en la muerte de Jorge”. Juan, el de los dos procesos, pide la palabra: “Liberaron a los compañeros, pero ¿quién les paga los años presos y todo lo que pasaron en la cárcel?” Entre los petroleros de Oleosur hay 24 procesados. Juan intuye que en este último conflicto deben haber procesado a los 250. Durante un buen rato, nos quedamos todos escuchando al viento.

Lo que está bien, lo que está mal

Corre el mate en el campamento, las esposas de algunos petroleros traen viandas. ¿Por qué no logran tener representantes que los representen? Rubén: “Yo soy delegado, y estoy tranquilo. Siempre fui igual. Defiendo a mis compañeros. En Las Heras el cuerpo de delegados no tiene partido político. Lo nuestro es defendernos entre todos. En otros casos le dan oxígeno a personas mediante la moneda, ¿entiende? Pero estamos acostumbrados. Es lo que siempre nos tocó vivir. Hay dirigentes becados durante 4 años o 12 como Segovia. El gremialismo es como el cajón de manzanas, hay que sacar la fruta podrida para que quede lo bueno. Pero no hemos sido sumamente inteligentes para que los que están arriba plasmen nuestros deseos, y no los de las empresas”. Lo nuevo que se está gestando en Las Heras y contagiándose a otras zonas petroleras provinciales en los últimos años, es que las asambleas de trabajadores empiezan a tener más incidencia que las roscas político-gremiales. “Acá siempre nos manejamos igual. Llamamos a la asamblea. Así pensamos mejor. De ahí salen las mejores ideas, porque por más que uno se crea despierto, por ahí se le escapa la tortuga. Con asamblea por lo menos si le erramos, le erramos todos”.
Juan agrega junto al fuego encendido en la lata: “Capaz que algunos de nosotros no sabemos leer o escribir bien. Pero ¿sabe qué? Sabemos la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. Con eso es suficiente. Somos coherentes. No hicimos ningún daño material ni físico. El único daño material y físico en el país y la provincia es que pensar está prohibido”.
Otro Juan agrega: “Acá uno siente algo gratificante, estar con los compañeros, hacer las cosas juntos. Va a pasar el tiempo y no te vas a olvidar de que estuviste aquí, pasando frío, viento. Pero a uno le gusta ganarse las cosas. Es el orgullo de poner el pan en la mesa de tu casa. Y te digo la verdad: mirar a tus hijos”.
El primer Juan suma una ventaja más cruda: “Aquí aprendés quién tenés al lado. Sabés dónde está el enemigo”.

Ser dirigente o ser dirigido

Los trabajadores de Oleosur no habían cobrado ni siquiera lo convenido por el resto de los petroleros, les debían recategorizaciones pactadas y dejaron de pagarles por el conflicto. Pero ganaron. Para que se tenga una noción de los montos que se manejan aquí, el acuerdo para quedar al día es de 39.000 pesos per cápita. Juan: “Con 70 pozos a mi cuidado, mi sueldo no llega a 9.000 pesos, unas 10 horas por día. En Ecuador por el mismo trabajo cobran 3.500 dólares libres de culo y paja. Somos un país bananero, el único que paga en pesos mientras que las empresas cobran en dólares”.
El levantamiento de la medida de fuerza de los petroleros fue una mala noticia para los docentes que volvieron a quedarse solos en la ruta. “Pero seguimos haciendo cinco piquetes en la provincia” explica Mauricio Ferrari, secretario de la seccional Las Heras de la Asociación Docentes de Santa Cruz (ADOSAC). “Si no podemos parar la producción de petróleo, habrá que apostar a otras medidas para que alguien se haga cargo de la situación”. Así lograron que el gremio docente nacional convoque a un paro en todo el país en apoyo de estos maestros.
El de Santa Cruz es sindicato raro, que aparentemente se maneja de abajo hacia arriba. Más de 5.000 docentes toman decisiones en asambleas de 14 filiales, dando mandato a un total de 60 congresales, que a su vez mandatan a los dirigentes que, puede verse, en realidad son dirigidos por sus colegas. El “dirigente” es el conjunto de trabajadores.

Que pague Magnetto

Los docentes vienen reclamando un aumento del 50% “pero siempre con el criterio de negociar”, reconoce Mauricio. Sin embargo el gobierno provincial no cede. El sueldo líquido de un maestro inicial es de 3.519,01 pesos. Algunos datos para poner esta cirfra en contexto:
La canasta familiar, según ADOSAC, está en 13.000 pesos.
Alquiler de vivienda: $ 2.500 (una habitación con baño compartido, 1.500).
Litro de agua mineral (el agua corriente no es potable): 4 pesos.
Un kilo de asado: 60 pesos.
Un kilo de arroz: 4,75, y así sucesivamente, siempre en sus variantes más rudimentarias.
Antes de ir al primer paro del año, los docentes habían presentado ocho solicitudes de reuniones paritarias, sin respuesta alguna. Después, hubo 9 pedidos y 2 solicitudes de audiencia al gobernador. El clímax fue la golpiza a la que fueron sometidos por una patota a sueldo de la UOCRA el 13 de abril, que puede verse en Youtube, y planteó el paro por tiempo indeterminado. Todos los agresores fueron prolijamente fotografiados y filmados, pero hasta ahora sólo se ha procesado a un total de 45 docentes de Las Heras, 4 de Perito Moreno, y dos trabajadores de ATE. Además, por no acatar la conciliación obligatoria, le pusieron una multa al sindicato de 700.000 pesos.
“No somos piqueteros, es una identidad novedosa para nosotros” reconoce Mauricio. “Pero no nos queda otra”. El gobernador Daniel Peralta, kirchnerista de sinuosa relación con el gobierno nacional, sintetizó su posición de modo acaso marxista (por Groucho): “Por más ruta que se bloquee, municipio que se tome, carpa en la Casa de Gobierno, cualquier actitud de este tipo, como esta recurrencia a los medios nacionales, a los amigos de Clarín y de TN, ellos no les van a dar el aumento. Que se lo pidan a Magnetto”.
Segunda teoría del gobernador: “Voy a terminar mandando a mis hijos a estudiar a otra provincia”, la cual dice mucho sobre el estado de las cosas, y a la que el cura Luis Bicego responde: “Se ve que tiene plata. Pero el que tendría que solucionar el problema es él”.

Monumento al boludo

El párroco Luis Bicego describe el proceso actual en la provincia como una Segunda Colonización: “Les renovaron todos los contratos a las petroleras. Bridas (propietaria de Pan American Energy) tenía concesión hasta el 2017, le renovaron hasta 2045 o más, y entonces le vendió las acciones a los chinos. El gran negocio” ilustra Bicego, convertido ya en un experto en los avatares financieros de empresarios como Carlos Bulgheroni, quien ha tenido la virtud de ser siempre oficialista (desde la dictadura hasta hoy) y celebra que Santa Cruz le haya cedido todas sus reservas petroleras por 40 años.
Bulgheroni y sus socios chinos de Cnooc se quedaron también con la refinería y las estaciones de servicio Esso. “Lo vergonzoso es la entrega. Regalan los recursos naturales no renovables y gastan plata haciéndoles rutas y tendido de alta tensión a las mineras y las petroleras. Pero no le pagan a los maestros. Es como si el pueblo fuera idiota. Se llevan todo y encima les pagamos: entonces somos el gran monumento al boludo”.
Bicego describe de qué modo YPF no ha hecho exploraciones sino lo más barato y más contaminante: explotación secundaria de pozos petroleros. “Inyectan químicos para que el petróleo suba por los caños viejos. Eso termina derramando una enorme contaminación. Ellos son vivos, nosotros estúpidos”.
La contracara son las asambleas, los obreros reorganizándose, los vecinos movilizados.
“Agua es vida” es uno de los grupos de vecinos autoconvocados de Las Heras que intenta garantizar que el proyecto de acueducto desde el Lago Argentino sirva para las comunidades, para que no quede el agua secuestrada por las mineras. Bicego: “Hay mayor conciencia de las personas” dice, pero el magma italiano de este nacido en Verona que hace 42 años vive en la Argentina vuelve a aflorar: “Mientras el gobierno tenga todo el control provincial y de la cámara de diputados, se matan de risa. Pero hay cosas interesantes. Las puebladas, los chicos que reclaman ser respetados en su derecho a estudiar. La gente está diciendo basta”.

Los adultos son raros

Alrededor de 300 chicas y chicos del Polimodal 3 de Las Heras percibieron un detalle: tienen mucho futuro, y poco presente. Pero además ese futuro se les está complicando. Vale (quiere ser trabajadora social) informa: “Al no poder tomar clases, se nos dificulta la posibilidad de ir a una universidad el año próximo. No sirve si te aprueban y terminás por decreto. Nosotros queremos estudiar, porque si no después no vamos a poder seguir adelante”.
Rocío (futura contadora pública): “Los 90 alumnos del último año somos los más afectados, porque vamos a llegar a la universidad con un nivel bajísimo. Ya la provincia tiene un nivel muy bajo en comparación con otras, pero con esto, peor todavía”.
El grupo de 3º año (equivalente a un 5º año del secundario), está formado por individuos e individuas que ostentan la inusitada edad de 16 o 17 años. No están aprendiendo Geografía, Historia, Matemáticas y otros asignaturas que edifican el saber al que un virus criollo llamado pomposidad denomina “cultura general”. Pero están aprendiendo a pasos agigantados cómo organizarse para resolver problemas, cómo tomar escuelas, cómo convertir ese hecho en una “vigilia” de puertas abiertas, para no estar solos y evitar la amenaza de que se lo considere un delito federal (bingo: el perseverante Poder Judicial local aún no pudo procesar a ninguno).
Estos adolescentes no memorizan ecuaciones o fórmulas, pero sí las canalladas de los autodenominados medios de comunicación, y saben cómo expresarse en las radios para explicar su conflicto. Daniel (quiere estudiar para contador público) me dice: “Algún día vamos a ser profesionales, y cuando pensemos en esto que hicimos vamos a decir: valió la pena”. Además están aprendiendo que en el estrafalario mundo edificado por los adultos no pueden esperar que alguien haga las cosas por ellos.
“No estamos tomando partido ni por el gobierno ni por los profes” aclara Rebeca (quiere ser antropóloga o médica forense). “Lo que queremos es que nos den clase”. El 13 de abril la paliza de la UOCRA a los docentes provocó el paro por tiempo indeterminado. “A la semana de estar en casa, empezamos a mandarnos entre todos mensajitos de texto, nos encontramos, vinimos a la escuela, y empezamos la vigilia” agrega Vale.

La mano política

Cuando consulté si existe un centro de estudiantes, los chicos sufrieron un simpático ataque de risa. Vale es vocal del centro. Javier (estudiará ingeniería de sonido) es tesorero. “Pero la presidenta se abrió” (Aclaración I: no esperaba que los dilemas sobre el autodenominado “sistema representativo” que florecen en la provincia y en el mundo, aparecieran también aquí). Vale: “Ella nos dijo que la madre no la deja venir, porque es de Derechos Humanos, trabaja para la provincia, Roxana Totino se llama” (la señora que le alquila la casa a los gendarmes, y a la que adjudican actividades confusas, cuando era concejal en 2006, durante la agitación que derivó en la muerte del policía Sayago). Rebeca: “Si la madre es de Derechos Humanos, tendría que estar acá apoyándonos. En lugar de eso, vino la hija a decirnos que si tomábamos la escuela es un delito federal”. Javier: “Acá peleamos por el bien común”. Rocío: “Prefiere tener la imagen limpia y no luchar por las cosas que se lo merecen”. Javier: “Lo que pasa es que acá no politizamos, o sea no queremos estar con los profesores, ni con el gobierno”.
¿Pero a quién adjudican la principal responsabilidad de lo que pasa? Todos empiezan a hablar al mismo tiempo, y Javier avisa: “Yo tengo una opinión. Me parece que éste es un manejo político que no tendría que afectar ni a los estudiantes ni a los trabajadores comunes. Están afectando al pueblo, para joder”.
Los padres de los chicos en su mayoría empleados municipales, algún petrolero, una enfermera, un vendedor de seguros, una bioquímica jubilada, una clase media y trabajadora con dificultades para sostener lo que alguna vez se llamó “movilidad social”.
El grupo de jóvenes se turna en la escuela, decide todo en asamblea, permite que padres, docentes y alumnos entren, e incluso los que quieran den clase, con lo cual se diferencian de algunas de las otras 15 escuelas tomadas en la provincia (“sería contradictorio pedir clases, y no permitir que algunos las den, si quieren”). La directora Dolores Gallo acompaña la vigilia para garantizar que todo esté bien, y lo hace visiblemente orgullosa de los estudiantes: “Acá las actitudes chiquilinas son las del gobierno, al cual la educación le importa un comino. Estos chicos tienen conciencia, gracias a Dios”.
El intento de comunicar lo que ocurre a la patética grilla de canales de noticias nacionales, sumada a todos los diarios, radios, y aledaños, viene invicto. Con los medios oficialistas ni probaron, acaso escaldados con las declaraciones del gobernador, y los encuentros cercanos del tercer tipo con la familia Totino. Tales medios quedan informados: en este lugar hay noticias importantes, de esas que definen hoy qué forma tendrá el futuro.
Entusiasmados (este tipo de entusiasmo es una cura para el alma que muchedumbres de adultos deberían volver a experimentar) me muestran banderas sobre la educación, sobre la libertad, sobre los derechos. Daniel me habla de una bandera que no encuentran, pero que no olvidó, y relata con sus propias palabras: “Había una que era linda, decía que tenemos que aprender a gobernarnos nosotros mismos, para no ser gobernados por los demás”.

Nueva generación

En Perito Moreno no hay una asamblea de vecinos autoconvocados. Hay dos. Una es la ya clásica en toda la zona cordillerana y patagónica, y la segunda es un grupo de nueva generación, FIN, Fuerza Independiente Nativa, jóvenes como Iara, Diana, Mauro, Rocío: “Sentimos que hubo un momento en que Vecinos Autoconvocados estaba un poco cayéndose, tal vez por el desgaste de todos estos años. Y dijimos: ¿vamos a dejarlos solos? ¿Vamos a esperar que ellos arreglen las cosas, siendo que nosotros estamos de acuerdo?”. Así explica Rocío, 21 años, el nacimiento de FIN, que en algún sentido significó un resurgir de Vecinos Autoconvocados potenciándose mutuamente: “Nosotros tenemos más experiencia de todo este tiempo, ellos aportan ideas nuevas y fuerza” explica Damián Pessolano, empleado municipal, en el quincho de su casa y de su esposa María Laura Pertralli, profesora de inglés, reducto autoconvocado donde están también Jari, Luxe, y algunas pioneras del grupo, como Libertad y Teresa, que en cierta oportunidad le trabaron la puerta de salida de un cóctel al secretario de Minería Jorge Mayoral y al intendente José Bilardo para que firmaran un acta de acuerdo de no contaminación en la zona, cosa que lograron (la firma, aunque nadie la tomó demasiado en serio).

La riqueza de Perito Moreno

Perito Moreno, Santa Cruz, es un punto de la vida de unos 7.000 habitantes, rodeado de maravillas como el cañadón del Río Pinturas, que además es una fiesta de tesoros arqueológicos de los cuales la celebridad mayor es Cueva de las Manos, protegida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad (título de efectos conservantes y turísticos). El resto de 80 reductos y cuevas de la zona no cuentan con esa protección, pese a que también tienen pinturas rupestres de animales, personas y escenas de aquellas sociedades originarias. Y las manos en las rocas, como un saludo de hace 9.000 años, o un mensaje a descifrar: todo el que pueda debería ir, la experiencia es conmovedora y, como el paisaje, excede toda cámara fotográfica. (más datos en MU Nº 42 y en Decí Mu, www.lavaca.org).
Pero además, Perito Moreno está rodeado de 46 proyectos mineros en el macizo del Deseado, de los cuales ya funciona San José-Huevos Verdes, mina de oro y plata propiedad de Minera Andes, propiedad de Gold Corp, empresa que posee el 37% de la catamarqueña Bajo Alumbrera.
En el quincho se organizaron dos actividades para el 25 de Mayo: una performance callejera en la entrada al acto oficial donde estará el intendente Bilardo, y una serie de pintadas en la ruta 40, columna cordillerana desde La Quiaca a Ushuaia, frente a una tranquera misteriosa que dirige a la zona de Lomada de Leiva, donde Patagonia Gold pretende hacer minería a 1.000 metros de otro tesoro arqueológico (aunque la UNESCO no se haya dado cuenta todavía): La Cueva de Altamirano, o Cueva Grande del Arroyo Feo. Las actividades de FIN y Autoconvocados serían una versión legítima de eso que algunos llaman “hacer patria”.

Decir y hacer

Saltan ideas en la reunión, que MU tuvo el privilegio de presenciar.
Damián: “Si la minería trajera progreso y riqueza, Bolivia y Perú serían los países más ricos del mundo”.
Fabián Bezunartea, técnico en computación: “Parece que las mineras Patagonia Gold, Gold Corp y Holdschild Mining, además de las becas para estudiantes universitarios de Perito Moreno, van a pagar unos 750 pesos como extra a cada empleado municipal. Ya lo están haciendo los de Cerro Vanguardia en San Julián. Y así se compran la adhesión de la gente”.
Fabio Seguel, que llegó especialmente desde Los Antiguos, donde tiene un lavadero artesanal de autos: “Yo creo que habría que pensar en la nacionalización del recurso”.
Fabián: “Que haya más control, al ser una empresa estatal”.
María Laura: “No es una alternativa porque el estilo de producción genera las consecuencias. Aunque dejara más ganancia, el efecto como sistema de producción, de saqueo y extracción sería el mismo. Y la base del Estado actual son los negocios turbios”.
Fabián: “Pero se podría controlar mejor, producir de modo más lógico”.
María Laura: “¿Con este Estado?”
Alguien recuerda: “Es el que está procesando a los petroleros y a los docentes, y es socio de las mineras con Fomicruz (Fomento Minero de Santa Cruz)”.
 
Lo interesante es el debate. Para Fabián la idea de nacionalización es un eslogan que puede prender en la gente, y desafía el actual sistema de producción. Para otros asambleístas no es una opción en estas circunstancias, donde sería el mismo perro con otro collar. Luxe: “Si hay algo que no existe con todo esto es redistribución de las ganancias”.

Cuidado con los sociólogos

María Laura relata que van dos veces que le mandan sociólogas a investigarla. La primera vez fueron dos centroamericanas que dejaron una tarjeta de Avanzar, empresa con sede en Canadá. “Sabían que formamos un grupo de vecinos contra la minería, preguntaban qué queríamos, cuál era nuestro reclamo, y qué sería lo que facilitaría la aceptación de las mineras. Cuando dijimos que simplemente no queremos mineras aquí, después de una hora, dijeron: ‘ah, no se puede hacer nada’ y se fueron”.
La segunda socióloga llegó enviada por la encargada de relaciones comunitarias de Patagonia Gold, Fernanda Sanhueza. “La socióloga que vino de parte de ella trabaja para Vector, que es la empresa que hace los estudios de impacto ambiental en la región. Quería saber por qué pensamos que la actividad es negativa. Cuando le hablamos de los costos sociales se sorprendió y dijo: ‘nadie me habló de eso, sólo de contaminación’. Querían saber todo del grupo, de cómo se formó, de nuestras ideas. Así son”, explica María Laura. “Están muy desorientados porque no estamos planteando esto por intereses económicos. Se sorprendieron hasta de que no estemos institucionalizados”. Y dice una frase inolvidable: “Ellos son otro sistema”.

Piratas

Las actividades en Perito Moreno fueron una fiesta. Rocío Navarro y Mauro Pratti, disfrazados de piratas, con carteles contra la minería, con decenas de asambleístas repartiendo volantes y exhibiendo carteles. Los vecinos que llegaban al acto por el 25 de Mayo saludaban, claro, en un pueblo donde todos se conocen. Un policía dijo: “Yo no sé para qué quieren el oro, y dónde nos lo vamos a poner cuando no nos quede agua”. (Detalle: San José-Huevos Verdes consume 180.000 litros de agua por hora, en una meseta árida. Por día, traga y contamina más agua que la que consume en el mismo lapso todo Perito Moreno).
Llegó el intendente Bilardo, con una 4 x 4, y se topó con los asambleístas. Lo recibieron con un “feliz día de la Patria”. Y con Iara cuestionando la minería. Bilardo paró de caminar, político ducho, y dijo:
-Yo no tengo tanto poder para estar contra inversiones que son nacionales e internacionales. Trato de equilibrar. No es lo deseado la minería, no es lo que queremos, pero ya está: no podemos luchar contra eso. Soy uno de los pocos intendentes que estoy tratando de mantener la armonía en todos los estamentos, políticos, sociales y gremiales.
-Esto es un saqueo –retrucó Iara.
-Mi misión es que no. Acá no puede haber contaminación – se defendió Bilardo.
En Cueva de las Manos, don Héctor Chema Paolasa, dueño del principal hotel de Bajo Caracoles, me contó que llegaron dos camiones enormes, con sus ocupantes que querían hacer una llamada.
-¿Qué llevan en los camiones? Preguntó Paolasa.
-Si te contamos te morís: cianuro- le contestaron los camioneros.
Paolasa, que no es precisamente un asambleísta, dice a MU: “No hay vuelta, esto va a contaminar todo”.
Damián, de la asamblea, agregaría luego: “Tampoco se puede investigar a las empresas, porque están militarizadas, ahí no entra nadie”.

En la ruta

La actividad en la ruta, con pintura asfáltica, fue otra celebración gracias al insólito clima calmo y soleado. Los automovilistas paraban a saludar y a informarse: otra forma de excelente clima. Luxe, que fue guía en Cueva de las Manos: “Yo nunca pensé que podría participar en cosas como éstas. Cuando estaba en Cueva escuchaba las explosiones. Temblaba todo. Decidí que hay que hacer algo. Pero nunca pensé que podría sentirme tan bien participando en una asamblea, en actividades como éstas. Te cambian la vida”.

Democracia real

Los autoconvocados tienen un ADN que se reproduce en Esquel, en Andalgalá, Famatina, Uspallata, en asambleas de todo el país, en los chicos del Polimodal, en ciertos sindicatos, en fábricas sin patrón. Lo explica Damián: “La idea de la horizontalidad, que no haya jefes ni caciques, acá todos somos iguales, todos hablamos, todos decidimos, porque lo que está en juego es de todos”.
Tal vez sea un problema no sólo de ideas y sentimientos, sino de estilo. Por un lado, estas personas reales, modestas, claras, trabajadoras, perseverantes, educadas, abiertas, cuyo obvio interés es la vida. Gente común (si es que existe alguien que merezca ser llamado común), frente a una farándula de políticos, comunicadores, académicos, jueces, punteros y “expertos” de diverso signo, cuyos obvios intereses van de contrabando, como los minerales, en containers de palabras y negocios no declarados.
Algunos autores, como Raúl Zibechi, consideran que se están produciendo múltiples revoluciones de la gente común, en el mundo. Egipto, España, la Patagonia. El pensador criollo y agricultor Remo Vénica diría: gente que no parece querer tomar el poder, pero sí construir poder. Y hacerlo por lo que es común.
Si éste puede o no ser el embrión de formas de democracia más real, abierta, directa, modesta, clara, trabajadora, como estas personas, es el enigma más interesante de esta época, mucho más allá de lo que pase en las urnas modelo 2011.
Quedó entonces una consulta pendiente desde el comienzo de este trayecto. Estos grupos, ¿quiénes se creen que son?
Dice Iara: “Somos personas, tenemos derechos”.
María Laura: “Hay gente que se cree que tiene una jerarquía encima de la nuestra. Pero no es así. Nosotros tenemos derecho a que se nos tenga en cuenta, a tener una conversación, de igual a igual, con cualquiera”.
María Laura habla de una igualdad que no es igualitarismo ni masificación. Es una igualdad de los diferentes, una igualdad ante la vida. “Así puede haber una democracia real. Que no sea como lo que me dijo una señora me dijo hoy, cuando le dimos un volante: una democracia disfrazada”.

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