CABA
Pico de paco
En Florencio Varela, barrio Pico de oro, la casa de un referente de los ex MTD fue incendiada por bandas ligadas al negocio narco que disputan territorios a los movimientos sociales. ¿Qué se cocina detrás?La vida cotidiana puede latir entre límites anormales que se normalizan: se hacen costumbre. Un barrio de trabajo, monoblocks más allá, patrulleros quietos, una 4×4 que anda negociando lo suyo, miedo en las calles de tierra, mafias suburbanas de alcance incierto, estructuras a las que llamar “seguridad” o “justicia” puede resultar una ingenuidad idiomática. Un territorio de batallas mediáticamente invisibles, donde lo que se juega muchas veces es el alma y el futuro de las personas.
La historia relata que el 30 de agosto hasta la anormalidad estalló en el barrio Pico de Oro, de Florencio Varela. Esa noche un grupo de personas quemó la casa de dos de los inspiradores de los primeros Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTD) que a fuerza de piquetes y organización barrial salieron en los 90 a enfrentar el desempleo y la ausencia de futuro. Alberto Spagnolo y Neka Jara son parte de quienes hoy reformulan su experiencia barrial en el Movimiento de Colectivos Maximiliano Kostecki. El movimiento autogestiona un centro de salud, un campo que busca alimentar a sus integrantes, y despliega diferentes actividades territoriales que incluyen el trabajo cultural, productivo y de capacitaciones con jóvenes y adolescentes que rondan las llamadas situaciones de riesgo.
O sea, Alberto, Neka, el MCMK, hacen lo de siempre: pelear por la vida. Lo cual puede ser un asunto peligroso.
Datos sobre el paco
La situación en muchos barrios periféricos de Florencio Varela, del conurbano, del país y del continente empieza a parecerse. “Se ve cómo funciona el tema de la droga, el paco que es la más barata, que para algunos es fuente de trabajo a costa de los pibes” explica el doctor Valdemar Jara, abogado, vecino de Pico de Oro y hermano de Neka. En el barrio los vecinos dicen, o callan según el caso, que hay cocinas de paco, lugares de almacenamiento de droga y –detrás del barrio Kilómetro 26– una pista de aterrizaje.
Las actividades del gremio dedicado a estos menesteres parecen habilitadas por las fuerzas policiales. “Vos ves a un tipo coordinando cosas en una esquina desde una 4×4 y obviamente llama la atención, mientras la policía no hace nada”, describe Neka. Por su parte, los movimientos sociales como el MCMK organizan a los chicos, intentan que puedan tener actividades, rehabilitarse cuando así resulte viable, hacer cursos (de arte, de oficios, murgas, deportes), terminar la escuela: “Cosas que tienen que ver con la vida”.
Tal vez resulte un poco esquemático, pero los que hacen cosas que tienen que ver con la vida, tienen puntos de fricción notable con los que hacen cosas que tienen que ver con la muerte.
“Nosotros, como movimiento, no luchamos contra el paco. Luchamos contra la injusticia, contra la desigualdad. En todo caso ayudamos a los pibes. Claro que vemos que el paco les revienta la cabeza, los destruye neurológicamente, y no estamos de acuerdo con eso, pero nos parece que son otras las instancias que se tienen que hacer cargo. No luchamos contra los narcos: luchamos por los pibes con nuestro trabajo barrial y social”. Para los narcos y sus socios, obviamente, esa sutileza no existe y ven a los movimientos como estorbos en su negocio territorial.
Dónde empieza la violencia
En MU se describió esta situación como Terrorismo de barrio: el miedo y la violencia a escala vecinal, en tierras sin ley. La situación es tensa, y la hostilidad evidente entre el negocio transa y sus protectores contra los movimientos sociales. En este caso el señor de la 4×4, Claudio, tuvo un entredicho con un integrante del movimiento, a quien terminó amenazándo de muerte según usos y costumbres del oficio. Por temor a que cumpliera su amenaza, se hizo una denuncia en la Comisaría 1º, de Florencio Varela. Neka: “Nunca más hay que hacer eso”. Valdemar: “Al quedar expuesto, el tipo perdió en parte la impunidad con que se movía, y se le perjudicó el negocio”. Claudio redobló sus amenazas, desapareció unos días, pero volvió envalentonado. Allí el barrio se enteró de que el hombre de la 4×4 había denunciado a Alberto por abuso sexual de una menor.
“Con el correr de los días descubrimos que es una técnica que usan en muchos lugares para sensibilizar al barrio contra una persona, especialmente militante de movimientos sociales, con la idea de que lo linchen. Sólo en Florencio Varela sabemos de 5 casos similares”, detalla Valdemar. Neka: “Además la denuncia se refería a un día y una hora en los que Alberto estaba haciendo un trabajo comunitario con muchos vecinos. Porque lo vieron ahí y porque lo conocen de años, todos se dieron cuenta de que era una maniobra contra el movimiento”.
Las amenazas continuaron hasta que el sujeto y unas 20 personas más “la mayoría no era del barrio” llegaron hasta la casa de Spagnolo el 29 de agosto, rompieron los vidrios y saquearon parte de sus cosas. El MCMK ni contestó, ni se fue. La casa quedó preventivamente vacía. Un día después los mismos agresores trataron de levantar al barrio contra Alberto, no lo lograron. Y esa noche quemaron la casa. “Ni la policía ni los bomberos aparecieron hasta que estaba todo perdido” dice Neka. “Fue zona liberada total”.
Los jóvenes en la mira
Desde aquel momento el Movimiento de Colectivos movilizó al barrio. Unas 500 personas participaron de un acto “para no dar marcha atrás ni entregar el lugar”. La trayectoria de años facilitó que el Movimiento fuese recibido por un ministro nacional y otro provincial (prefieren no mencionarlos). Ante el cúmulo de denuncias contra la Policía Bonaerense, y la inacción judicial, se movilizó a gendarmes al lugar. La CTA participó en las asambleas barriales y denunció la situación, al igual que un cúmulo de agrupaciones barriales que plantearon en un comunicado: “Desde hace un tiempo en Florencio Varela, las organizaciones sociales que día a día caminamos y trabajamos en el partido, venimos sufriendo ataques de bandas delictivas con amparo policial y político que intentan apoderarse del territorio donde desarrollamos nuestra actividad”. Denuncian espionaje policial, persecuciones, accidentes misteriosos, amenazas.
La supuesta denuncia contra Spagnolo fue velozmente desechada. Por las agresiones y la quema hay tres personas denunciadas, que permanecen en libertad. Neka: “El propósito de esta gente es disputar y controlar estos barrios, pero sobre todo es una pelea por los jóvenes, para volverlos consumidores y ampliar el mercado. Para subordinarlos, y usarlos como mano de obra tumbera, reclutada para robar”. Es otra índole de problemas que el que personas como Neka enfrentaban en los piquetes o en Puente Pueyrredón, pero se mantiene una conducta permanente: el trabajo barrial que implica también asambleas, rondas de pensamiento, debates sobre la convivencia y sobre la existencia. “Por eso no nos enganchamos en una confrontación directa. No estamos en lucha contra los narcos. Lo que queremos son espacios de rehabilitación para los pibes, y de construcción para todos. Donde la gente, donde todos nosotros, podamos pensar la vida de otra manera”.
CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


Artes
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

CABA
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
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