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El voto y después

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Patricio Escobar. ¿La democracia es votar o algo más? La pregunta recorre este documental a través de datos, hechos y testimonios. De libre reproducción, la película es una herramienta para abrir un debate y para pensar e imaginar juntos qué queremos.

El voto y despuésJamás hay que revelar el final de una película, pero tal vez sea una obligación democrática describir el comienzo.
Tinogasta 2012. Las imágenes muestran cómo el grupo antimotines Kuntur de la policía catamarqueña golpea con entusiasmo a mujeres, hombres y por qué no niñas y niños que realizaban un corte de ruta pacífico y selectivo, a la entrada de su ciudad, para impedir el paso de camiones rumbo a las mineras con sus insumos de explosivos, cianuro & otros. Se observa cómo arrojan ciudadanos a la banquina, una mujer muestra su pecho mordido por uno de los perros oficiales (revelando innovaciones en el entrenamiento de canes y policías, no se sabe en qué orden, para atacar zonas sensibles femeninas). Se ve cómo le pegan por la espalda y en el piso a un hombre indefenso y una chica de 16 años aparece ante la cámara: “Les quiero preguntar a todos los policías que están acá de dónde son. ¿De dónde mierda son?”. No recibe respuesta de los servidores del orden, duros por sus trajes atortugados, y acaso por alguna sustancia que nunca les mezquinan en estos trances. Luego, otra mujer se acerca y pronuncia uno de los mensajes más precisos, inteligentes y conmovedores que ha sido posible escuchar en los últimos años. Nada preparado. La mujer grita con desesperación y entre sollozos:
“¿No ven esas criaturas que están allí? ¿No piensan que puede ser su hijo acaso? Tengan un poco de consideración. ¿Cómo van a venir a hacer semejante atropello acá? Nosotros vivimos acá, cuidamos acá. ¿Qué se creen ellos acá? Qué odio que me dan, qué impotencia. No hay justicia para nosotros, pero sí para todas esas empresas mineras. Es una vergüenza que en Argentina, en nuestro propio país, nos hagan esto. Es una vergüenza, una indignación”.
Le preguntan quién es el responsable:
“El gobierno, ¿quién más? Uno les delega la responsabilidad y se toman otras atribuciones. La verdad es que esto es espeluznante. Hay criaturas, fíjense ustedes. Estábamos sentados ahí. Fueron contra toda la tranquilidad que teníamos en ese momento”.
El documental reitera como un eco una frase: “Uno les delega la responsabilidad y se toman otras atribuciones”. Y luego se narra que la imagen y la frase de esa mujer fueron cortadas (perdón, editadas) por el canal TN. ¿Por qué cortaron justo esa frase, que cuestiona la delegación del poder? Cada quien puede responder como quiera, como ocurre con tantos de los temas que abren cabezas, ojos y orejas en este documental que desde el título es una pregunta inquietante: ¿Qué democracia?
La crisis de Clarín
Patricio Escobar es el director de este documental que, antes de empezar, plantea otra novedad: “Se permite y alienta la copia, traducción y exhibición pública de esta película siempre que no existan fines de lucro, se mantengan esas mismas condiciones y se cite la fuente”. Al mensaje Copyleft (libre reproducción) se le agrega otro: “La cultura se protege compartiéndola”.
“Hace mucho que venía pensando en este tema de los políticos, la democracia, el sistema representativo. Ya en 2007 fuimos a grabar imágenes del triunfo de Cristina y empezamos a pensar el guión”. El plural de Patricio incluye a su pareja Carolina Fernández, productora ejecutiva y co-guionista de ¿Qué democracia?
El primer documental de Escobar, La crisis causó 2 nuevas muertes, desnudó pioneramente las trampas informativas del matutino transgénico Clarín en relación a los asesinatos (no “muertes”) de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, causadas por la Policía Bonaerense enviada a reprimir por el gobierno de Eduardo Duhalde, y no por “la crisis”. Escobar: “Aquel documental nos permitió pensar qué medios queremos, este nos puede servir para pensar qué democracia queremos”.
No seas antidemocrático
Así como se metió con el periodismo, Escobar decidió meterse con el formato electoral y político que funciona –o no– actualmente. “Cuando mostrábamos La crisis, siempre se terminaba discutiendo sobre el sistema democrático, sobre el descreimiento hacia la política, sobre cómo los políticos dicen una cosa y después hacen otra, pero los seguimos votando”.
Por supuesto Patricio debe aclarar que no habla desde un punto de vista antidemocrático: “Como si la opción fuese Democracia o Dictadura. Pero no es así: esa es una simplificación que no te deja pensar en cómo avanzar hacia una mejor democracia. La película no dice que lo mejor es la democracia directa. No lo sabemos. Lo que plantea es que esto está mal, y conviene que nos juntemos para mejorarlo”.
Barba y catástrofe
El documental presenta a algunos consultores de imagen, entre quienes se destaca el asesor macrista Jaime Durán Barba, con su musical tonada peruana: “La democracia esta es una catástrofe, pero es lo mejor que puede existir. No hay ninguna alternativa. Tú puedes decir, bueno: ¿con qué la comparo?” (perdón que me meta, pero lo mismo podría haberse dicho hace apenas 300 años sobre las monarquías occidentales y, sin embargo, se pudo crear un sistema entonces inimaginable y mejor, que es la propia democracia, sin ofender a la familia Zorreguieta).
Juan Manuel Abal Medina, actual Jefe de Gabinete, habla en su condición de ex asesor de la campaña porteña de Daniel Filmus: “Hay un problema fundacional: nuestras actuales democracias no lo son en el sentido que se le da al término”. Esto es: democracia quiere decir “gobierno del pueblo”, cosa que no parece aplicarse excesivamente al sistema representativo.
Sentirse un boludo
Luego aparece en el documental el profesor de matemáticas Armando Díaz. Recuerda cómo en las jornadas de movilización de 2001 y 2002 sintió una inédita libertad interior, mientras la gente estaba en las plazas y las calles intentando decidir qué hacer. En 2003 fue a votar: “Al salir del cuarto oscuro me sentí un boludo, y dije ‘Hay que hacer otras cosas. En esto de la democracia normativa hay algo que no me cierra’”.
Patricio Escobar: “Díaz hizo todo un estudio sobre la gente que no vota, sobre la falta de participación, pese a que el voto es obligatorio y a que te machacan con eso todo el día”. El documental exhibe la catarata de frases de locutores y periodistas y candidatos llamando a votar para “fortalecer la democracia” (en realidad, al sistema representativo).
Dáaz, con pizarrón y tiza, muestra que en 2007 entre los que no votaron, los votos en blanco y los nulos, sumaron 7.762.784 personas (el 29,9 de los votantes habilitados) en un 2º puesto muy cerca del partido ganador que obtuvo 8.651.066 votos (32,4%). Pero todo se anunció como que el ganador logró 45,8% porque no se cuenta a quien no vota, sino sólo los votos positivos.
Escobar: “Desde las elecciones que ganó Alfonsín en 1983, con un 85% de participación, los porcentajes empezaron a bajar, con picos bajos en 2005. En 2011 no fue representado el 24,11% de los votantes habilitados. Yo digo que eso merece una discusión política. Entrevistamos al Director Nacional Electoral”. Alejandro Tullo contesta: “No ir a votar, o votar nulo, o blanco, es una actitud irrelevante para la democracia”. Escobar: “¿Es irrelevante, o la falta de participación está expresando otra cosa?”
Teoría de la pastillita
Pero no es el numérico el factor más importante, ni el de los que no votan: se puede pensar en el voto burocrático, obligado, sin mucha diferencia de fondo que el voto en blanco. El profesor Díaz dice desde la pantalla: “Esta democracia sirve para descomprimir los conflictos y le da cada noche al ciudadano una pastillita para que duerma tranquilo, sin preocupaciones, para que todo quede en manos del poder político. Vos ya te tomaste la pastillita”.
Otro aspecto en cuestión es el educativo: “De chiquito te dicen que la democracia es lo único que tenemos”. Toda la enseñanza primaria va en ese rumbo: “Ahí se arma en tu cabecita el sistema representativo como la única opción de participar. Uno dice: no niego la democracia, pero ¿no se puede participar más? En la escuela nace esto: no cuestiones lo instituido. No cuestiones nada. No pienses distinto”.
Patricio: “Votás, y durante unos años te olvidás. La gente que entrevistamos nos decía: ‘¿y qué voy a hacer si tengo que trabajar todo el día, mantener a mi familia?’. Y enseguida se entiende que no puede despegarse el sistema representativo del sistema económico. Tullo mismo me lo reconocía: no podría existir la democracia representativa fuera del capitalismo. Le calza bárbaro. Te deja tranquilo diciéndote: ‘estás participando’, ‘hay división de poderes’, etcétera. Todo bárbaro en teoría, pero en la práctica es un capitalismo sin real participación ciudadana”.
En la promoción de ¿Qué democracia? se plantea: “¿Cómo puede funcionar un sistema de igualdad, fraternidad y libertad dentro de un sistema capitalista que se funda en la desigualdad y las jerarquías?”. Deja flotando una duda: tal vez aún no se ha concretado la Revolución Francesa.
Estudiando nuestras cabezas
El documental tiene excelente musicalización y animaciones que describen, por ejemplo, cómo antiguamente podía haber un rey en la cima del poder, y hoy ese espacio es ocupado por los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Patricio: “Pero la estructura no cambia, siempre decide un grupito de arriba para abajo. Y abajo siempre está el pueblo, incluso en la democracia”.
Un gran momento sucede con participación de Paula Fernández, presidenta de la consultora Mora y Araujo, que informa: “La verdad es que los estudios de neurolingüística lo que están demostrando es que la gente la decisión del voto la termina tomando por una cuestión más bien impresionística y que tiene que ver con la percepción que recibe del candidato”. Escobar le pregunta qué es neurolingüística, lo que sobresalta a Paula que mueve las manos, sonríe y dice: “Que estudia cómo… estudia la cabeza de los seres humanos. Cómo funciona en relación a estímulos”.
Si el sistema representativo depende de estas cosas, y es defendido de este modo, podría plantearse una doctrina gastronómica: estamos en el horno. Aunque tal vez sea una cuestión más bien impresionística.
Cómo entrenar a un candidato
Paula Fernández cuenta también cómo son los media-trainings, entrenamientos para relacionarse con la prensa: “Se trabaja con distintos tipos de ejercicios de situaciones con la prensa. El asalto periodístico, que es cuando hay un enjambre de periodistas que acosan al candidato. Otro ejercicio es el de la entrevista periodística clásica, con una mesa, entrevistador y entrevistado (toda la televisión argentina). Otro es mesa de debate, donde hay un oponente del candidato, en realidad se hace con un actor que hace como si fuese el opositor para la práctica. O la Técnica Puente: cuando el candidato recibe una pregunta hostil, agarra, hace un reconocimiento de la pregunta, y después busca un conector para ir a un tema donde él no se sienta tan vulnerado ¿no? Y algunas técnicas actorales que son cuestionadas pero que no tienen que ver con actuar sino con entender algunas normas de la TV, que permiten tener una mejor performance”. La empresa asesoraba en el momento de la película a Patricia Bullrich y Elisa Carrió en esas performances.
Durán Barba tiene otra intervención interesante: “El que vende el periódico, y el dueño de Clarín valen un voto. Pero en el gobierno, la opinión del dueño de Clarín es peligrosísima, y desventuradamente la del señor que vende periódicos no tiene mucha importancia”. Durán no lo plantea como una crítica, sino como una obviedad. Si es así de peligrosísimo, sigue valiendo la pregunta: ¿qué democracia?
Democracia en el cine
Escobar es coherente con su película. Habla de democracia, cuestiona al sistema económico, pero a la vez permite la copia y difusión de la película. ¿Cómo se financia esa actitud? “Conseguimos un subsidio del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) que permitió hacer algunas animaciones y sobre todo pagarles a los compañeros que trabajaron en la realización”. “Esos subsidios se consiguieron por la presión que hizo en su momento Documentalistas Argentinos (DOCA). Lo que no te dan es apoyo, salas, o posibilidad de exhibición. Hay muchos documentales argentinos que ganan premios incluso en el exterior, pero aquí no tienen difusión”.
Frente a esa perspectiva, con los costos pagos, Patricio (su productora se llama Artó) resolvió liberar la película para generar el debate.
La voluntad del pueblo
Se ve al ex juez y ex candidato Julio Cruciani revelando que instalar un candidato para que lo conozca la opinión pública cuesta entre 5 y 10 millones de dólares: “La democracia es un juego para multimillonarios” se queja. Hay intervenciones de Luis Zamora: “La democracia representativa se inventó para impedir que el pueblo decidiera”, “Una democracia más moderna debería utilizar mucho más los mecanismos de consulta directa”.
Patricio reconoce que su guía para ¿Qué democracia? fue el libro La voluntad del pueblo, del psicoanalista argentino radicado en Francia, Eduardo Colombo, a quien pudo entrevistar.
Colombo dice: “La misma estructura de la elección del candidato hace que el pueblo al votar vaya a elegir al menos malo, al mal menor. Por definición, es la elección del mal. Menor, pero mal. Pero, ¿por qué se puede decir que la voluntad del pueblo es elegir el mal menor? Evidentemente no es así, es simplemente el hecho de que las opciones que le dan son esas”. Sugiere además que se puede delegar la capacidad de hacer, o el poder. “Pero mi voluntad es indelegable. No puedo delegar mi voluntad, porque si lo hago, es la voluntad del otro. La voluntad del pueblo, si la delega en el gobierno… esa voluntad no existe más”.
Colombo habla de una conciencia neoliberal: “Hay un individuo que se privatiza. Los vínculos exteriores se van perdiendo. Se dejan de lado todos los aspectos de la vida colectiva. ¿Qué piensa este individuo? Es imposible cambiar el mundo, yo solo no puedo, me quedo en mi casa o voto cuando me llaman. Es decir que la gente en la calle puede voltear un gobierno. Pero cada uno sentado en su casa mirando TV, es un inútil total. Es incapaz de modificar nada”. La idea central de Colombo, heredada del griego Cornelius Castoriadis, es que cuando las personas entienden que los sistemas han sido creados por otros hombres (y no por dioses o por la naturaleza) pueden empezar a imaginar cómo cambiarlos, cómo mejorarlos.
La película incluye a un grupo musical que canta “Participar es más que votar”. La cuestión queda abierta mucho más allá de que este sea un año electoral. ¿Se pueden pensar críticamente los sistemas, o hay que aceptar las cosas como nos dicen que son? Jamás hay que contar el final de las películas, pero en este caso, para colmo, el final se escribirá con lo que, como sociedad, seamos capaces de hacer y pensar.
 

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