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El legado de Barrick

El pueblo de Jáchal cumple una semana de asambleas y movilizaciones, con un pico de 6.500 personas el viernes y la iniciativa encaminada de una nueva marcha a la capital sanjuanina para presentar un proyecto de ley que prohiba la megaminería con cianuro en toda la provincia. ¿Qué (no) deja la mina?

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El pueblo de Jáchal cumple una semana de asambleas y movilizaciones, con un pico de 6.500 personas el viernes y la iniciativa encaminada de una nueva marcha a la capital sanjuanina para presentar un proyecto de ley que prohiba la megaminería con cianuro en toda la provincia. También se cumplen diez años desde que Barrick Gold comenzó a producir en Veladero. ¿Qué (no) deja la mina?

El legado de Barrick

Ojos que no ven

En Jáchal e Iglesia le dicen “la báyik” y la ubican con el brazo estirado en dirección al noroeste y arriba, en algún lugar de la Cordillera de los Andes. La nombran como quien habla de una prima lejana que llegó para entrometerse en la vida y la paz cotidiana de una familia (de su pueblo), hace ya diez años o quizá más.
En el centro de Jáchal la presencia de la empresa se reduce a una oficina (que cambió de dirección el lunes después del derrame de 224 mil litros de cianuro sobre el arroyo Potrerillos) y también a alguna campera roja con el logo de Barrick Gold, vestida por ex mineros o familiares que la siguen usando porque está buena. Los vecinos calculan que hoy, de los más de 3 mil contratados que dice tener la mina, apenas 30 son de Jáchal y tienen camperas nuevas.
En las rutas cada tanto se ven pasar colectivos que llevan y traen personal desde San Juan o camiones que llevan y traen combustible o cianuro, pero más allá de esas referencias, la convivencia con Barrick se fue volviendo costumbre a partir de los casi 200 kilómetros, y todas las montañas, que separan visual y físicamente al pueblo de la mina.
Lo que une a Jáchal con Veladero es el agua, el agua del Río Jáchal que se carga del Río Blanco, de Las Taguas y en la naciente del arroyo Potrerillos, sobre el que la empresa derramó, al menos, 224 mil litros de cianuro el domingo 20.

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El río Jáchal

Los vendidos

La noticia del derrame llegó por Whatsapp como la confirmación del peor pronóstico de la asamblea de Jáchal que ya en 2004 alertaba sobre los impactos de la instalación de esta mina; y, también, como la gota que rebalsó la paciencia de todos los sanjuaninos que fueron comprobando, en todo este tiempo, cómo las promesas del progreso y desarrollo minero se convirtieron en mentiras.
“Hubiera preferido no tener razón”, dice Silvina, profesora de biología y parte de la vieja guardia que en 2004 alertó del peligro del cianuro y, junto a otra decena de jachaleros, terminaron tildados de “locos”. “Nosotros tenemos una posición tomada desde hace muchos años y la hemos advertido. Me pregunto: ¿El gobierno y la empresa tuvieron tanto poder? ¿O la asamblea se equivocó en el modo?”. Silvestre, otro de aquella y de esta asamblea, responde con una teoría: “Barrick no compró a la gente: la gente se vendió”.
Fredy Espejo, vecino de Iglesia, confiesa ser uno de los vendidos y hace la historia larga que cuenta la estrategia que utilizó la empresa para desembarcar con éxito en el departamento de Iglesia: “Mi padre sembraba lechuga y porotos; las semillas de Iglesia eran muy famosas. En los 90 nos instalaron un control fitosanitario y no pudimos sacar más semillas de Iglesia: papa, ajo, porotos. Después vino la otra parte, y es que una empresa llamada La Nogalina SRL fue comprando a muy buen precio las tierras que eran de siembra. Ellos ofrecieron comprar la tierra y seguir cultivando y dando mano de obra. Y así fue”.
Fredy empezó a trabajar como jornalero en siembra, raleo y cosecha de peras y manzanas, que luego eran exportadas a Holanda. “Pagaban buen sueldo, en blanco, todo bien, pero de pronto dijeron: ‘no cosechamos más’. Y nos empezamos a mirar entre nosotros: ‘¿qué hacemos?’. Entonces fuimos para arriba”, dice, mirando la Cordillera de los Andes. “Antes de llevarnos a la mina nos crearon la dependencia laboral”. Además, marcaban el fin de una agricultura que nunca volvería a ser la misma.
Fredy trabajó durante diez años en los distintos puestos que la Barrick tuvo en la montaña y cuenta con gracia el momento en que la empresa descubrió que ahí había oro “en el pozo 38”. Su historia, que será contada en la MU de octubre, sigue con su labor en la parte de control ambiental de Barrick, su posterior despido y persecución. Hoy Fredy reparte cartas de OCA, vende seguros y tiene su pequeña siembra, todo parte del rebusque para sobrevivir.
Dice Silvina, de Jáchal: “Nunca estuvimos en contra de los laburantes. Teníamos corazón y lo seguimos teniendo. Hay mucha gente que en ese momento pensó con la panza y las tripas de los hijos. Y el corazón y la materia gris quedaron relegados porque nos hicieron creer que no quedaba otra. Como pueblo tenemos que hacer un mea culpa al respecto”.

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Silvia

La década minera

Jáchal era mundialmente conocida por sus cebollas, según cuenta el agricultor Bernabé, por una composición particular del agua que las hacía jugosas. Hoy ya no lo es más. Silvina: “Mi papá era un tipo productor de cebollas y no lo es más. Por diferentes motivos, pero nunca más pudo arrancar. Porque tampoco hubieron políticas aplicadas para impulsar a los pequeños y medianos productores. La mina se llevó todo. Al no impulsar estas políticas y darle tanto vuelo al trabajo minero, quedó como que no quedaba otra que trabajar en las mineras”.
“No han sido capaces ni de mantener lo que tuvimos antes del 2000”, dice María Inés, maestra rural. “No tenemos la agricultura, el agua está contaminada, el desarrollo que venía a partir del desarrollo minero tampoco está. ¿Para quién es sustentable? Para nosotros los jachalleros no lo es”.
Otros indicios del anunciado progreso:
-“Somos los mismos 20 mil habitantes que hace 20 años”, compara Rodolfo.
-“El hospital parece una sala de primeros auxilios”, afirma Leonesa, y todos asienten.
-Jorge, mecánico de Rodeo, dice lo mismo de ese pueblito iglesiano: “Gracias a dios soy papá hace 3 años y conocí una sala de pediatría: 4 paredes, una ventana, una cunita y listo. No hay insumos”.
En el hospital de Rodeo no se hacen partos. La mutación en estos diez años del hospital, describe Jorge, es la misma que en Jáchal: “Es una sala de primeros auxilios”.
Silvia, vendedora de ropa cuenta de un crecimiento: “Si hay un crecimiento fue de un 5%, lo que más pudo haber crecido acá son los electrodomésticos. Pero, por ejemplo, éstos de en frente que venden comida, a ellos los hicieron inscribirse como grandes contribuyentes, como proveedor del Estado para darle alimentos a la Barrick, pero al final jamás les pidieron”. Silvia suma la historia de una ferretería quebrada por las promesas: “Yo tengo un amigo que tenía una ferretería y le hicieron comprar un montón de cosas. Creía que iba a vender todo eso y el chico cerró porque se metió con ese material y no compró lo que le vendía al cliente de todos los días”.
Además de las anécdotas aisladas que terminan armando un panorama, en Iglesia ocurrió en febrero una marcha de desocupados que reunió a 50 iglesianos que marcharon desde el Municipio hasta la sede de Barrick para pedir trabajo. “Yo calculo que hay en el Departamento de Iglesia un 60% de la fuerza laboral sin trabajar”, dijo Hernán Montaño, uno de los afectados. Las únicas oportunidades, según relató, son las obras públicas del Municipio “pero que involucran al dueño de la constructora y algún ayudante; son contadas, realmente muy pocas y las posibilidades laborales son casi nulas”. Montaño cuenta que manejan una base de datos de 450 iglesianos desocupados.
Jorge, de Angualasto, mientras mira a su hijo jugar al fútbol en el equipo del pueblo dice que la realidad es más compleja: “Yo ahora estoy desocupado, pero tampoco se puede decir desde afuera que la mina se cierre, porque hay gente que vive de esto. Es complicado. Es cierto que no hay trabajo y también lo del agua… Yo no sé, si sigue así nos vamos a volver un pueblo fantasma”.
El derrame de cianuro ahora “ha generado un impacto no sólo ambiental, sino económico y social. ¿Quién te compra un cultivo de acá ahora?”, pregunta Silvina. El golpe al turismo también fue otro de los efectos inmediatos: las reservas en los hoteles se cayeron tras la noticia del derrame.

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Roberto

La mala palabra

Entre los balances también entra la sensación de que en Jáchal hay más enfermos que antes. El famoso “algo está pasando” que precede al espaldo científico, y lo reclama.
El atractivo del trabajo minero fue siempre y únicamente la alta remuneración, que puede rondar entre 30 y 40 mil pesos, aunque en la práctica, según cuentan empleados actuales, existen distintos tipos subcontratos como maniobras para eludir los sueldos del sindicato AOMA. “Hay más de 500 empleados con sueldos del sindicato de comercio”, asegura Roberto, uno de los trabajadores mineros vecinos de Jáchal.
Los sueldos intentan equilibrar las condiciones laborales: “Creo que nadie se fue a trabajar a la mina por gusto, a estar a 4.500 metros de altura, a morirte de frío, a enfermarte de presión arterial, estar lejos de tu familia 14 días”, dice Roberto, quien por estar tanto tiempo fuera de su casa, asegura: “perdí el respeto de mi hijo”.
Roberto es en los papeles contratado de Barrick, aunque su médico le prohibió “subir” hace 2 años. En los estudios le encontraron fibrosis pulmonar e hipertensión arterial. “Se me agrandó el corazón”, grafica él, en su casa que es a la vez una tienda de zapatos.
Deolinda sostiene que en Jáchal hay una mala palabra: cáncer. Ella lo tuvo y, según cuenta, se operó y ya está salvo. María Inés, por su parte, relata que tiene tres personas en su familia con esa enfermedad.
Silvia tiene una casa de ropa frente a la plaza principal, una de las más exitosas de Jáchal, al que se acercan muchas mujeres. Hace dos años, junto a clientes y comandadas por una psicóloga social formaron un grupo llamado “Cadena de luz” que reúne a mujeres con cáncer. “Tratamos de ayudarnos y darnos afecto, decir “te va a pasar esto con la quimio”, enseñar a cómo poner el pañuelo; tenemos pelucas para el que quiera usarlas, o gorritos en invierno. A la gente le cuesta mucho aceptar que tiene cáncer”. El grupo reúne a casi 30 mujeres de Jáchal.
La casa de ropa se ha transformado así en una clínica de contención psicológica. Qué percibe desde ese termómetro: “Yo lo que estoy viendo es mucho cáncer de hígado. Puede ser por la alimentación, para mí es por el agua. El agua siempre ha tenido mucho arsénico. Y te estoy hablando de que sabemos cáncer de mujer. De hombres sé que hay muchos también”. Su marido, ex intendente del municipio, murió a los 47 años por un cáncer de riñón.
Dice sobre la atención médica: “Todos los pacientes oncológicos viajamos a San Juan, acá no hay oncólogos ni el hospital tiene herramientas. Por eso no existen las estadísticas”.

CABA

Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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CABA

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

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“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.

Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.

La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

¿Quién dijo que hace frío?

Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro  Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?

Las luces apagadas, las pizzerías vacías

Los artistas callejeros sin público

¡Esta peatonal es orgullo nacional!

Y eso es gracias a nuestro teatro

Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color

en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro

que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?

Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país

Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto

con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación

¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,

produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!

¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!

¡Defendámoslo!

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.

El teatro que habla y Pluto en marcha

Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.

¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

Los besos vuelan.

Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:

  • Ay, ay, ay, me duele todo
  • Teatro, ¿qué pasa?
  • ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
  • ¿Por qué?
  • ¡Quieren desmembrarme!
  • ¿Quién?
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor
  • El teatro explicándo por megáfono la situación.
  • El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
  • ¿Al instituto  que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
  • Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
  • ¡Cuidado el teatro se desmaya!
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor
  • Al teatro le da un soponcio.
  • Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
  • ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
  • ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
  • ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
  • Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.

La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.

Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

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Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

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Más allá de tu vereda.

Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse. 

No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.

El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.

El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto. 

En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.

Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.

Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”. 

Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.

Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”. 

Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.

Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.

Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.

Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.

Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.

«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».

Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración. 

Hay orgullo.

Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera. 

Jorgelina: “Hagamos más radios”.

Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.

Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:

“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.

Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental: 

“Más allá de tu vereda,

hay otra realidad,

atrás de tu puerta”.

Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva: 

“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle, 

allí seguiremos estando”.

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