CABA
Eva Copa Murga, Presidenta del Senado de Bolivia: rearticulación, autocrítica y el rol de las mujeres
Es la segunda autoridad de mando de Bolivia. Ocupa el cargo de Presidenta del Senado tras la renuncia de Adriana Salvatierra, también del MAS. Ella, representante de El Alto, tomó el fierro caliente y firmó un pacto que sacó a los militares de la calle y permitió el llamado a elecciones. Denuncia amenazas y cuenta que los dirigentes recién están saliendo de la clandestinidad. Habla del rol de las organizaciones y de las mujeres: “Estamos cumpliendo lo que hemos prometido al pueblo boliviano: canalizar la ley para las siguientes elecciones. Y lo hemos hecho las mujeres”. Cómo se reorganiza su partido, el MAS, para comenzar la campaña contra el gobierno de facto.
“Es tal cual la describió María (Galindo) en el artículo –dice el jefe de comunicación de la Vicepresidencia-: sencilla y trabajadora”. El cariño de quienes la rodean es la primera virtud de Eva Copa Murga. La segunda, la bronca de quienes no la quieren, quizá porque en una semana pasó de ser una senadora más del MAS a ser la responsable de conducir la transición con el gobierno de facto. Joven –tiene 32 años-, de voz suave y anteojos negros, agradece la posibilidad de la entrevista, aunque avisa que tiene poco tiempo. Todo sucede al caer la tarde de un día que arrancó temprano y en un lugar poco habitual para la senadora: el edificio de la vicepresidencia. De hecho, Eva Copa Murga recibe a lavaca en el Salón de los Movimientos Sociales, donde Álvaro García Linera solía tener su oficina.
¿Cómo está? No es una pregunta de rigor, sino que nos interesa saber cuál es el costo personal de todo este proceso
Hace 15 días no veo a mis hijos, a Santiago y Samanta; él tiene 4 y ella, 7 meses. Recién los vi este fin de semana. Todos los que somos del MAS hemos vividos momentos muy difíciles. Nos han hecho persecución política, han amedrentado a nuestras familias. Uno de los casos más terribles que ha vivido nuestro país es el tema del secuestro del presidente de la Cámara de Diputados (Víctor) Borda, a quien han hecho corretear en la plaza desnudo, para que renuncie; agarraron a la alcadesa de Vinto, le cortaron el cabello y le echaron pintura roja… Y así muchos, tanto oficialismo como oposición han sufrido amedrentamiento. Hemos tenido semanas muy duras en temas de sentir miedo, en temas de ingresar a nuestras fuentes de empleo sin garantías para ejercer nuestro trabajo. Seguimos un poco temerosos por el tema de poder caminar en la calle solos, sobre todo para mis compañeras. Yo soy de El Alto, no es mucha la distancia que tengo que hacer, pero los que vienen de otros departamentos, de departamentos donde ha sido más fuerte el conflicto –Santa Cruz, Cochabamba- se les ha hecho muy difícil llegar hasta la sede de gobierno. Ha habido una pausa en medio de este conflicto que empezó hace casi tres semanas. Un poquito se respira la pacificación, pero no se respira paz. Aún los dirigentes sindicales siguen siendo perseguidos, y eso es fundamental para nosotros para poder llamar asambleas, cabildos, poder organizarse para ir a la campaña; porque la ley ya está hecha: solo falta que nos entreguen los vocales y que nos entreguen el calendario electoral.
¿Por qué cree que existe esta política de miedo y terror hacia los dirigentes?
Pienso que pasa por el tema de que no se puedan reorganizar nuevamente. Cada organización social, acá en Bolivia, pasa por una estructura sindical que tiene que ser convocada por los altos dirigentes que han sido elegidos dentro de sus usos y costumbres. Y si tú persigues al dirigente que te convoca, no vamos a poder tener organizaciones firmes. Pasa por eso y pasa porque también se está acallando la voz de la libertad de expresión. Muchos recién están empezando a salir de la clandestinidad, porque los dirigentes desaparecieron con todo lo que pasó. Pero poco a poco están apareciendo para podernos reorganizar.
¿Cómo piensa que se está manejando el gobierno actual?
Estamos muy preocupados. Desde el primer decreto que sacaron para dar carta blanca para que maten a nuestros hermanos… nos ha preocupado de tal manera. Ha habido muertos en Senkata, en Yapacaní, en Cochabamba (https://www.lavaca.org/notas/bolivia-8-muertos-y-115-heridos-por-la-represion-en-sacaba-cochabamba/ ), y eso nos preocupa bastante: no puede ser que entre bolivianos nos estemos matando. Se ha trabajado mucho en mesas de trabajo, en el Palacio Quemado con los ministros transitorios para poder pacificar el país y que cese el derramamiento de sangre. Gracias a Dios se ha derogado ese decreto, aunque tarde, pero se ha derogado, y han ido saliendo las fuerzas armadas de los diferentes departamentos donde ha habido conflicto. Plaza Murillo estaba militarizada.
Y paramilitarizada también: hemos visto grupos de jóvenes que no pertenecían a las fuerzas y que actuaban como si lo fueran
Mira, nosotros cuando llegamos a la asamblea después de lo que pasó el tema de la… no sé si llamarlo transición. Después de que pasó el conflicto de poder, para llenar el vacío de poder que tenía nuestro país, nosotros quisimos ingresar a Plaza Murillo para poder restituir la Asamblea Legislativa en ambas cámaras. Pero había grupos, jóvenes civiles, que se daban el lujo de pedirte tu credencial, tu cédula de identidad, buscarte en tu bolsa si estás metiendo algo, cuando no era su competencia. Hemos estado así un mes. Recién después de constituirnos y reestablecer las dos cámaras, ellos se retiraron. Pero te queda el trauma psicológico.

¿Tiene diálogo con el gobierno?
No, yo no he tenido ningún diálogo con ellos hasta el día de hoy. Sí he ido a una mesa de conciliación por el tema de que estaban asistiendo por el pacto de unidad, por el tema de la ley de restitución de las garantías en reposición de los derechos humanos. He asistido a la promulgación de la ley para las elecciones venideras. Después, más diálogo… no.
¿Cómo se llegó al pacto que firmó usted con la presidenta Añez? ¿Cómo se tejió políticamente ese acuerdo?
Han sido decisiones muy duras las que hemos tenido que tomar como Asamblea Legislativa, y sobre todo como Cámaras. En el caso del Senado hemos tenido que deponer una comisión importante, que era la comisión de Constitución, que se la hemos tenido que ceder a al gobierno para poder tener… no estabilidad, sino poder llegar a consenso y poder sacar una ley en unanimidad. Porque el país necesitaba señales de que el legislativo estaba constituido legal y legítimamente. Que este primer órgano del Estado iba a trabajar para dar paz y pacificar el país. Hemos tenido que sentarnos con las otras dos fuerzas para tejer y debatir el tema del reglamento para las elecciones, en reducir tiempos enmarcados en la Constitución. Y creo que ese fue un gran aporte para que el país respire un poco de paz.
¿Cómo analiza el resultado: es un pacto que le gusta o ha sido el acuerdo posible en ese momento?
Fue un pacto que se tomó por la situación en que se encontraba nuestro país. Había ya muchos muertos, había gente desaparecida, gente herida, gente detenida, y algo teníamos que hacer. Y esta era una de las señales que el país estaba necesitando para desmovilizarse, para poder tener garantías para sus dirigentes, para poder tener reparación para los fallecidos, para poder cubrir los gastos para los heridos y las personas con secuelas. Teníamos que tomar decisiones.
Circuló en todo el mundo la foto del acuerdo en la que se la muestra junto a una Añez sonriente. Usted está seria. ¿Qué siente cuando ve esa foto?
Fui a la promulgación de la Ley de las elecciones. Fui porque fue el MAS, con sus dos tercios, ha impulsado la ley: no el gobierno de transición. Porque ellos tienen mínima presencia dentro de la Asamblea Legislativa. Fuimos nosotros los que trabajamos con tiempo y materia para poder lograr y concretar este proyecto de Ley. Puede ser que me haya costado políticamente dentro de mi propio partido, pero creo que prima nuestro país. No podíamos permitir que siga sufriendo la gente pobre, la gente humilde, porque son ellos los afectados.
¿Qué discusiones se están dando dentro del partido de cara a las elecciones, no solo de candidatos, sino de estrategias políticas para recuperar el poder?
Lo que está pasando en este momento es que nos estamos rearticulando. Primero, pasa porque hagamos una autocrítica, hagamos un debate, hagamos un análisis de la coyuntura y de los catorce años que hemos estado en el gobierno. Hacer un debate en posición para ver en qué nos hemos equivocado, cómo rectificamos, cómo nos reorganizamos y cómo encaramos la elección. Posterior a eso, ya teniendo líneas políticas, pasaremos a elegir a nuestros candidatos.
¿En qué etapa esta ese debate?
El día sábado va a empezar en Cochabamba el análisis y el debate que se va a realizar dentro del MAS y del IPSP. Porque el MAS está compuesto por el instrumento, organizaciones sociales, profesionales, clase media y juventudes. Ya el sábado, una vez que nuestras máximas autoridades dentro de la nacional nos den las directrices, empezaremos dentro (a debatir) en nuestros departamentos.
¿Cuáles son esas autocríticas que mencionaba?
Yo se lo dejo en el debate en nuestras organizaciones. Las mejores para poder hacer esas críticas son ellas que han visto desde afuera en qué hemos fallado en el interior. Voy a esperar las conclusiones que vayan a tener en este ampliado, y nosotros vamos a acatar las decisiones que ellos vayan a tener.
Es decir que el rol de las organizaciones va a ser importante en lo que viene...
Es fundamental para nosotros saber qué es lo que piensan ellos. Es fundamental saber la posición que van a tomar. El MAS son las organizaciones sociales. Entonces no podemos desmerecer ningún criterio que vayan a dar en este ampliado.
¿Le parece que también se tiene que valorizar el rol de las mujeres que han puesto el cuerpo en la calle y también en el Parlamento?
Muchos han pensado que íbamos a fracasar en estas circunstancias. Más que todo porque desde donde yo vengo, que es El Alto, siempre nos han gobernado varones. Pensaron que no íbamos a tomar este tipo de decisiones. Y creo que lo hemos demostrado con mucha altura. Posiblemente hemos tenido errores, muchos o pocos, pero lo importante es que hemos mantenido la estabilidad en las dos cámaras y nos hemos mantenido firmes en la Asamblea Legislativa, y estamos cumpliendo lo que hemos prometido al pueblo boliviano: canalizar la ley para las siguientes elecciones. Y lo hemos hecho las mujeres, y mujeres que venimos del pueblo.
¿En qué está trabajando estos días?
En estos momentos estamos recuperando la agenda que nos han dejado paralizada. Hemos priorizado la ley (para las elecciones), recientemente hemos sacado el proyecto de selección de los vocales que va a culminar el 18 de diciembre, y ahora estamos trabajando con la Asamblea Legislativa. Tengo mucha correspondencia que tengo que despachar a las comisiones. Me corresponde como Asamblea de mandar a la comisión y que decida el Ejecutivo transitorio qué es lo bueno o no. Prácticamente me estoy encargando de temas administrativos, legislativos.
¿Le preocupan los decretos que están promulgando, medidas que no están pasando justamente por la Asamblea?
Nos preocupa bastante, efectivamente. Una cosa que nos ha preocupado mucho es la designación del embajador de Estados Unidos, cuando tendría que pasar por la Asamblea esa designación. Nosotros no lo vamos a imponer, pero necesitamos un mínimo respeto y cumplimiento de la Constitución. Ellos nos mandan la terna, es la comisión de relaciones internacionales la que trata este tema y lo remite a la Asamblea Legislativa. Y no sé porque no lo han hecho así, porque esa comisión no la tiene el MAS, la tiene el PDC, y ellos están en el gobierno.
Se dice que mediante este tipo de mecanismos el gobierno de facto está armando las elecciones a su medida y haciéndole perder fuerza al MAS: usted, ¿qué análisis hace?
Nosotros convocamos al pueblo boliviano a que ellos puedan ser fiscalizadores para que se pueda hacer una elección transparente. Obviamente habrá mecanismos de control en nuestras mesas. El MAS siempre ha sido un partido con mucha presencia a nivel nacional. Nuestro voto duro se encuentra en el área rural. Y creo que el autocontrol que vamos a tener en los diferentes municipios y departamentos va a hacer que podamos fiscalizar nuestros votos. Ellos hablaban siempre de la democracia, y no sé si el pueblo quiere vivir en esta democracia de dos semanas, o vivir en una democracia de catorce años como hemos tenido.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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