CABA
La reina pop: Agustina Gómez, monarca del Carnaval de Lincoln
¿Qué significa ser la «reina» del Carnaval de Lincoln, uno de los más típicos de Buenos Aires? ¿En qué piensa una «reina»? Al término de este fin de semana Agustina Gómez le dejará el bastón de mando a la próxima elegida pero, antes, cuenta la fórmula para enfrentar los estereotipos. Su relato de la vigilia a favor del aborto legal. La penosa anécdota con Cristian Castro. La competidora trans, la que tiene un hijo. Y las que eligen no tenerlo: “La chica que se quiere hacer un aborto se lo va a hacer igual aunque esté prohibido –explica-. Entonces, ¿por qué lo vamos a prohibir? Hay que dejar de perseguir a las chicas”.
Por Pablo Marchetti
Fotos: Martina Perosa
El día del desfile de apertura del Carnaval 2019, Agustina Gómez tuvo con las autoridades de la ciudad un pedido sencillo, casi plebeyo, demasiado módico para su puesto de monarca. Pidió una combi para que la trasladaran a ella, a las princesas y a las postulantes al trono a sus casas, luego de una jornada que incluyó desfile, visitas a instituciones, entrevistas con la prensa y todas las actividades protocolares que tiene la realeza en Lincoln, provincia de Buenos Aires.
A Agustina le prometieron que la combi iba a estar. Pero en el momento en que la reina bajó del escenario, la combi no estaba. Agustina no se quejó, pero tampoco esperó: se sacó los zapatos y se fue caminando descalza con la banda de reina cruzándole el pecho. Atrás la siguieron las princesas. La gente la miraba asombrada.
“Yo lo hice porque me quería ir y no me importaba caminar, pero me di cuenta de que a la gente le gustó ver a la reina así”, reconoce Agustina, 24 años recién cumplidos, que cuando todavía tenía 22 fue elegida Reina del Carnaval de Lincoln. Agustina es de Junín, la ciudad más grande de la zona, a 60 kilómetros de Lincoln. Y llegó a la ciudad del carnaval siguiendo a su novio, linqueño y futbolista.
A Agustina le faltan algunas materias para recibirse de profesora de educación física y va a aprovechar el 2019 para rendirlas. En 2018 no pudo porque las actividades de una reina son muchas y coincidían con sus días de cursada.
Cuando Martina Perosa (fotógrafa de lavaca) le dice que quiere hacer las fotos en el medio de la calle, sentada sobre unas mesas de plástico o haciendo las compras, en situaciones “reales” (de realidad, no de realeza), pero con corona, banda, capa y cetro, Agustina contesta sin dudar: “Me encanta”. Y se lamenta de que, para llevarnos en su auto a recorrer la ciudad, el techo le impide tener la corona puesta mientras maneja.

Foto: Martina Perosa
El carnaval es el acontecimiento más importante de Lincoln. Se trata de un carnaval muy particular, cuyo rango más distintivo es la artesanía en cartapesta. Hay carrozas y muñecos hechos con esa técnica que combina papel de diario y engrudo, y es la misma que se utiliza, por ejemplo, en el Carnaval de Venecia.
Ser la reina del carnaval significa representar a la ciudad. Agustina viajó por muchos lugares del país, donde era invitada por su condición de monarca, para otras fiestas populares. “Tengo que saber qué pasa en mi ciudad y la historia del carnaval, no sirve sólo sonreír y poner cara de linda”, explica.
La mirada de Agustina sobre la realidad está atravesada por un pragmatismo absoluto y un sentido común a prueba de prejuicios. Es consciente de que el hecho de ser “reina del carnaval” la pone en la mira de muchas feministas. “Para mí decir ‘reina’ es como decir ‘amiga’ o ‘compañera’, no le doy mucha importancia a eso –reconoce-. Es un juego, una manera cariñosa, nada más”.
Eso sí, nada de acatar órdenes o de callarse ante los atropellos. En Lincoln, cada noche de carnaval cierra con un recital masivo de un artista muy convocante. En febrero de 2018, el día en que eligieron reina a Agustina, cantó Cristian Castro.
Cuando el locutor anunció que había una nueva reina, el cantante mexicano dijo “la reina puede regalarme su bombacha”, ante las carcajadas de sus fans. Más tarde, al final de su actuación, Castro pidió que subiera la reina al escenario, Agustina se negó. “Ni loca subo con ese tipo después de la barbaridad que dijo, no puede ser tan desubicado”, cuenta.
A Agustina no le gusta mucho el contacto con el intendente, ni con las autoridades políticas de ningún tipo. Se saca las fotos de rigor, pero prefiere estar con la gente. Suena a pose, al lugar común de “lograr la paz mundial” de todas las modelos, tal como en la película “Miss Simpatía”. Pero en su caso es rigurosamente cierto.
“Una vez, había una nenita que tenía cáncer y se quedó pelada por la quimioterapia”, recuerda. “Yo tengo debilidad por los chicos, trabajo con un chiquito autista a quien le estoy enseñando a nadar. Cuando vi a esa chica, me corté el pelo y se lo di. No me gusta contar esto, lo digo porque se hizo público sin que yo diga nada”.
Hasta ahí, lo obvio: los niños, el amor por los más necesitados, conmoverse ante el dolor. Pero lo que no es tan obvio es que Agustina esté a favor de la legalización del aborto. En junio y agosto, participó en las vigilias por las sanciones de la ley en las cámaras de Diputados y de Senadores. Y todos en Lincoln saben cuál es su posición.
Ella insiste en que no es militante, pero que le gusta decir qué es lo que piensa, sin vueltas, a puro sentido común. “La chica que se quiere hacer un aborto se lo va a hacer igual aunque esté prohibido –explica-. Entonces, ¿por qué lo vamos a prohibir? Hay que dejar de perseguir a las chicas”.
Si hay un punto en el que Agustina es la más fiel representante del carnaval de Lincoln es la forma en que se expresa la diversidad. A veces, de manera explícita y política. Como cuando en 2018, la comparsa La Masturbanda, desplegó una bandera multicolor, a favor de esa diversidad, con consignas de los movimientos LGTBI. Pero en general, la cosa es mucho más relajada.
En el carnaval desfila gente con todo tipo de identidad sexual, y con todo tipo de formato físico. “Una chica gordita no sólo puede bailar: también puede ser la reina”, dice Agustina. Pero reconoce también que hay mucho prejuicio: “El otro día un tipo me vio tomando un helado y dijo: ‘Mirá vos, la reina tomando un helado, vas a salir rodando’”, y Agustina, desde su delgadez y su cuerpo tonificado por el ejercicio, se ríe.
“¿Y?”, pregunta con énfasis, como cada vez que pretende decir “¿qué problema hay?”. “Yo hago lo que quiero y acá en Lincoln está todo bien, pero hay concursos donde todavía a las chicas las pesan, les toman las medidas, una locura. Eso sí me parece horrible”.
Cuando dice que en Lincoln está todo bien es porque una de las princesas que iban a competir es una chica trans, que finalmente prefirió bailar en una comparsa. Y hay también otra chica, de 20 años, que tiene un hijo de dos. Es a la única a la que se le permite tener horarios propios para maquillaje, ensayos o pruebas de vestuario.
“Hubo gente que se quejó de que una chica que es madre y desfile”, cuenta. “¿Y?”, vuelve a desafiar. “Decían que si desfilaba iba a descuidar al chico, como si cuidar a su hijo fuera sólo responsabilidad de la madre. ¿Acaso el chico no tiene un padre, que también lo puede cuidar? ¿No tiene abuelos? ¡Por favor, terminemos con los prejuicios, dejen que desfile tranquila!”, concluye la reina pop de un carnaval alucinante.

Foto: Martina Perosa
CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


Artes
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

CABA
Disparatemos: artistas al poder
Un experimento con artistas clave de la escena independiente cruzó textos y discursos políticos con música, danza, canto y perfomance en MU Trinchera Boutique. Qué nació como resultado de las Postas Culturales Sanitarias. Los cambios de percepción que implicó la pandemia, la vuelta a los escenarios, la creación de comunidades de sentido y la necesidad de encontrarse, más acá de Zuckerberg. ¿Que queremos ser, y qué no? Por Claudia Acuña.
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