CABA
#MiráCómoNosPonemos: la denuncia de Thelma Fardin a Juan Darthés, el comunicado de Actrices Argentinas y el contexto del caso
El colectivo Actrices Argentinas visibilizó mediante una conferencia de prensa la violación que sufrió Thelma Fardin por parte de Juan Darthes en el año 2009, cuando filmaban juntos una serie en Nicaragua. Thelma tenía entonces 16 años y él, 45. «Gracias a que alguien habló, yo hoy puedo hablar», dice la joven actriz en un video en el que relata la violación. Se refiere, entre otras, al testimonio de Calu Rivero, quien también había señalado a Darthés por acoso. «Y cuando lo dije me encontré rodeada de personas que estaban dispuestas a acompañarme, a cuidarme, y sobre todo a darme mucho amor”, ciera Fardin, en referencia a las decenas de actrices que la rodearon hoy y emitieron un comunicado en el que aseguran: «El tiempo de impunidad para los abusadores debe terminar». El comunicado completo de Actrices Argentinas, el testimonio y video de Thelma Fardin y el contexto de la denuncia: «Esto no es un escrache. Es una concientización y hemos hecho todas las cuestiones burocráticas que teníamos que hacer para llegar a esta conferencia y poner en viva voz a la sociedad lo que sucede. Estamos juntas y decimos basta».
“Durante 9 años lo anulé para seguir adelante. Hasta que hace algunos meses escuché a otra chica acusar a la misma persona. Y eso fue un cachetazo para mí.
En el año 2009 estaba de gira con un programa infantil muy exitoso. Tenía 16 anos. Era una nena. El único actor adulto que viajo con nosotros tenía 45 años.
Una noche comenzó a besarme el cuello y yo le dije que no. Me agarró la mano, me hizo que lo tocara y me dijo “mirá como me ponés”, haciéndome sentir su erección. Yo seguía diciendo que no. Me tiró en la cama, me corrió el shorcito y empezó a practicarme sexo oral. Yo seguía diciendo que no. Me metió los dedos. Yo seguía diciendo que no. Le dije “tus hijos tienen mi edad”. No le importó. Se subió encima mío y me penetró. En ese momento alguien tocó la puerta y yo pude salir de esa habitación.
Gracias a que alguien habló, yo hoy puedo hablar. Y cuando lo dije me encontré rodeada de personas que estaban dispuestas a acompañarme, a cuidarme, y sobre todo a darme mucho amor”.
El comunicado que leyó el colectivo Actrices Argentinas
«Llamamos a esta conferencia de prensa para acompañar la denuncia penal radicada en Nicaragua en la Unidad Especializada de Delitos contra la Violencia de Género del Ministerio Público realizada por nuestra compañera Thelma Fardín contra Juan Darthés. Venimos trabajando, teniendo regularmente asambleas en las que reflexionamos sobre temas relacionados a nuestro oficio. Estas asambleas han dado un marco de contención para que podamos hablar y decir lo que nos pasa. Por eso estamos hoy acá.
Como ya sabemos, el movimiento de mujeres y otras diversidades sexuales se propone desterrar el régimen de violencia e impunidad sostenido tanto desde el Estado como desde cada espacio donde se juegan relaciones de poder. Están presentes en nuestros trabajos y lugares de formación.
El precio que nos ha sido impuesto a la hora de desarrollarnos profesionalmente ha sido el de callar y someternos. Según una encuesta reciente de SAGAI el 66 por ciento de las intérpretes afirmó haber sido víctima de algún tipo de acoso y/o abuso sexual en el ejercicio de la profesión. Se parece más a una norma que a una excepción, ¿no? Porque, ¿A quién vamos a denunciar? ¿Al jefe de casting? ¿Al dueño de la productora? ¿Al director de la obra o película? ¿Al maestro de teatro?

El colectivo Actrices Argentinas leyendo el comunicado en el Multiteatro.
Foto: Joaquín Salguero
Es sabido que este es un fenómeno que ha sacudido internacionalmente a la industria del espectáculo y funcional a ella. Hoy decimos Basta: escúchennos.
El tiempo de impunidad para los abusadores debe terminar.
Las actrices somos ignoradas al denunciar y exponer los abusos. Se duda sistemáticamente de nuestras voces, de nuestros testimonios. En nuestro ámbito laboral se nos aísla frente a vivencias traumáticas que están naturalizadas, que llevan a veces años identificar y poner en palabras. Mientras tanto, el abusador habla, actúa y trabaja con total impunidad y pretende hacer a la victima responsable de su propio abuso.
Los abusadores tienen el privilegio de utilizar el sistema de justicia para disciplinarnos. Buscan callarnos iniciando contra quienes se atreven a romper el silencio causa por daños y perjuicios o denuncias penales, mientras las victimas sufren las prescripciones, dilaciones, malos tratos y descreimiento por parte del aparato judicial. Thelma pudo radicar la denuncia penal en la justicia pero otras compañeras que narraron haber sido violentadas por el mismo sujeto no pudieron avanzar judicialmente. Animarse a hacer una denuncia es un acto arriesgado cuando el poder judicial nos pone en el banquillo de las acusadas preguntando cómo nos vestimos, qué tipo de vida llevamos o si provocamos los ataques.
Le pedimos a la prensa responsabilidad en el seguimiento de este tema y de otros similares».

Thelma Fardin después de responder algunas preguntas y pedirle a la prensa que «esté a la altura» de la situación.
Foto: Joaquín Salguero
El contexto
Previo a la conferencia la actriz Melania Buero, una de las integrantes del colectivo Actrices Argentinas, habló con lavaca sobre cómo se llegó a rodear la visibilización del caso de Thelma: «Nuestro colectivo (Actrices Argentinas) surge al calor de la lucha por el aborto legal. En relación a eso nos organizamos sistemáticamente en asambleas donde nos escuchamos y empezamos a debatir. Ahí empezó a surgir el problema del machismo en nuestra profesión. Empezamos a conocer problemas que nos unían como mujeres actrices».
Es en esa genealogía que las actrices se inscriben y no, como dicen algunos medios, en relación a los casos de denuncias de actrices norteamericanas contra hombres de la industria: «Nunca nos inscribimos como Me too. Si tenemos que inscribimos con algo es con el movimiento feminista argentino. Hemos acompañado a la campaña del aborto en todo este proyecto de lucha y hemos caminado como nunca habíamos hecho».
El grupo de actrices fue pionero en la firma colectiva del proyecto de legalización del aborto. Primero veinticuatro actrices se juntaron en Mu en marzo de este año para firmar una carta pidiendo #AbortoLegalYa. Desde entonces realizó numerosas acciones públicas y reuniones con diputados, senadores y personas de influencia para pedir por la ley. Hoy la colectiva está conformada por más de 400 actrices de todo el país. Dice Buero: «Si hay algo que entendimos fue que organizadas y usando nuestra voz no para el mercado sino para nuestros propios derechos tenemos muchísima fuerza. Tenemos un puente con la sociedad y eso nos da una posibilidad. Estamos desarrollando nuestra voz política. En todo este proceso participamos y apoyamos causas que nos parecen justas. Ahora estamos empezando a debatir qué es lo que pasa en nuestro ambiente de trabajo, un ambiente bastante áspero para las mujeres. Nosotras al no tener contratos reales, largos, las relaciones personales tienen gran relevancia. Por lo tanto se juegan diferentes relaciones de poder: denunciar a alguien significa no tener más trabajo. Hemos encontrado en este colectivo una fuerza que nos acompaña para poder decir “basta”».
Sobre el caso puntual de Thelma, Melania Buero cuenta cómo lo trabajaron: «El caso lo venimos trabajando hace meses. Consideramos que al tener una posibilidad tenemos una gran responsabilidad: nuestra voz es escuchada. Esa popularidad la ponemos al servicio de la lucha. Trabajamos con mucha precisión. Esto no es un escrache. Es una concientización y hemos hecho todas las cuestiones burocráticas que teníamos que hacer para llegar a esta conferencia y poner en viva voz a la sociedad lo que sucede. No pretendemos escrachar a alguien, hemos transitado todas las instancias con mucha entereza, no se filtró por ningún lado. Sabemos que tenemos una responsabilidad como sector privilegiado salir a decir esto. Repito: no es para escrachar a nadie. Decimos basta. Estamos juntas y decimos basta. Seguramente esto será un destape de olla y vendrá algo mucho más grande».
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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