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Rita Segato: respuesta a una polémica distorsionada

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La antropóloga Rita Segato, por sus declaraciones a Radio Deseo transcriptas por lavaca, generó críticas, elogios y ataques por una descripción del golpe de Estado en Bolivia que busca no ser rehén de los reduccionismos. En diálogo con el programa radial Pasaron cosas se explayó sobre su postura. La aclaración sobre el «golpe atroz» y su trabajo para generar un amicus curiae para denunciar el uso de la violencia militar en Bolivia. Habla sobre el «terror al pensamiento, a la crítica y a la autocrítica» y propone un debate fundamental sobre los avances y los límites del progresismo. Y pregunta: ¿Cuál es el momento oprtuno para criticar? Responde: siempre. «Si no analizamos dónde paran (los gobiernos progresistas) no vamos a poder hacer que la Historia fluya en la dirección que queremos, que es una vida mejor para más gente».

Transcripción del diálogo entre Rita Segato, antropóloga, y el staff del programa Pasaron Cosas de Radio Con Vos, conducido por Alejandro Bercovich

Segato: Eso fue una transcripción muy tergiversada y recortada de una transcripción anterior de algo que yo verbalmente di a solicitud de la feminista boliviana María Galindo que conduce el gran Parlamento de las Mujeres, que es una de organizaciones que está funcionando crítica a la situación que vive en Bolivia, con grandes personalidades como Silvia Rivera Cusicanqui, Raquel Gutiérrez y otras.  Ella me pidió mi visión de lo que ocurre en Bolivia, y yo no podía omitirla. Le grabé un audio de menos de 4 minutos, que es lo que luego circuló en la Argentina. Curiosamente, en Bolivia no.

Incluso Cooperando es una organización boliviana muy importante está preparando protestas ante el gobierno de facto o de transición, por la ley que todo el mundo ya conoce que es la ley que permite a las FFAA usar la fuerza sin tener consecuencias con impunidad absoluta, una institución boliviana está preparando un proceso por anticonstitucionalidad y por herir los derechos humanos a ese decreto del gobierno de facto, cooperando conmigo y buscando solidariamente con varios países de América Latina. La acusación sobre mí es realmente injusta, no leen en profundidad. Han aprovechado un mal corte que hizo Infobae.

Bercovich. Compartimos parte de tu audio. Más allá del recorte la polémica que se generó es por un fragmentito que quiero leer en el que te manifestás con respecto a lo tremendo que ocurre en Bolivia. “En mi comprensión de los sucesos Evo cayó por su propio peso, el incurrió en inacciones a lo largo del tiempo que le causaron un quiebre en la credibilidad y luego un quiebre en la gobernabilidad. Para mí no ha sido la víctima de un golpe sino la víctima de un descrédito general en que se encontró en razón de varios ……   “ después decís que lo que ocurrió en Bolivia fue un golpe de Estado pero que no fue Evo la víctima.

-Segato: Claro, la víctima es la gente, la whipala, los pueblos, ellos son la víctima. Yo creo que le debemos poner el nombre a las cosas.  Es un golpe ahora. Lo digo al final de mi entrevista. Y ella me dice ‘quizás no fuiste muy lógica en el orden que presentaste las cuestiones’. Mi intención fue poner el énfasis en los errores que no pueden cometer, para que no perdamos las victorias. Evo tuvo inmensas victorias en este tiempo y luego las arriesgó. Eso es algo que no se debe repetir.

Porque así como en los Derechos Humanos tenemos el principio de la no repetición, en la política también existe un principio de la no repetición de errores que fragilizan las conquistas que ya tenemos. Eso es lo que sucedió en Bolivia, y yo no voy a ser rehén de las amenazas de la gente enloquecida que solo consigue pensar en blanco y negro, que solo consigue pensar en Boca-River, que solo consigue pensar de forma absolutamente esquemática. Porque si nuestros enemigos como Camacho y los fundamentalistas cristianos, son los enemigos de un proyecto progresista y enérgico para más gente, no significa por eso que los que hayan llevado parte de ese proceso adelante estén libres de críticas.

Es un error muy grande pensarlo así, porque si lo pensamos así no criticamos, no apuntamos a los defectos que fragilizaron el proceso, vamos a repetirlo siempre.

–Es interesante lo que decís porque puede aplicarse no solo a Bolivia, sino a todos los procesos populares latinoamericanos

–Claro, hay terror al pensamiento, terror a la crítica, terror a la autocrítica. El consenso nefasto que lleva a repetir errores todo el tiempo.

–Cuando decís que cayó por su propio peso, como consecuencia de las acciones que llevaron a su descrédito y la pérdida de credibilidad, ¿no perdés de vista que hubo… tenés en cuenta que hubo un actor como el Imperialismo? ¿Los EEUU?

–Bueno, pero eso lo digo también y lo he dicho muchas veces corriendo incluso un gran riesgo. Yo en menos de 4 minutos dije lo que era urgente dedicado a una persona que habla en el Parlamento de las Mujeres. Dije lo esencial. No puedo decir en menos de 4 minutos, pero sí dije que las fuerzas nefastas estaban al acecho.

Tenía un buen candidato, extraordinario cuadro político. Lo tenía no es que no lo tenía. Y luego su actitud de no llamar a catástrofe nacional con la quema de la Chiquitanía del mismo modo que Bolsonaro no llamó a catástrofe nacional. Y una cantidad de errores imperdonables.

La parada después no se sabemos quién la produjo. Puede ser una fuerza conspiratoria que produjo que se parasen los cómputos por 24 horas, pero la facilidad estaba dada y bueno, él no protegió su perfil. No tomó noción de lo que acecha. Y lo que acecha lo digo claramente en mi declaración está asesorado internacionalmente, asesorado por grandes enemigos de nuestras naciones, que es sin duda es el grupo de fundamentalistas cristianos que no deberían ser llamados cristianos. Yo creo que las personas en la Argentina, lo que está pasando sobre todo en la Argentina, este reclamo general, este linchamiento moral de mi persona equivocadísimo porque he dado mil pruebas de poner mi voz y mi cuerpo para denunciar al imperialismo o denunciar todo lo que nos oprime.

Tenemos un vicio en Argentina, el tema del enemigo, que nos inspira, que nos levanta. Que solo sabemos pensar en términos de la política del enemigo, y así no se puede pensar. Hay que pensar en forma más compleja, más rigurosa, más filigranada.

Si yo no puedo dar mi opinión quiere decir que nosotros no estamos habituados a un ambiente de libertad de opinión. Nuestro país ha reaccionado de una forma absurda a la opinión que he dado. Digamos que yo esté equivocada. ¿No puedo equivocarme? No es el momento de analizar y de pensar.

Alguien me dijo: si se hubieran parado a analizar los franceses en la época de la toma de la Bastilla, no la hubieran tomado. Pero claro: por eso la tomaron y la perdieron.

Lo que estamos haciendo en América Latina es avanzar un paso y retroceder dos, justamente por no pensar de forma filigranada, rigurosa, y además con la posibilidad del disenso. Al clausurar el disenso en nuestro pensamiento, estamos clausurando la posibilidad de la verdad.

Si clausuramos el disenso es que somos una sociedad convocación autoritaria que no soporta las opiniones divergentes o la pluralidad de opiniones, la pluralidad de discursos.

Afortunadamente he recibido en el día de hoy más de cien mensajes de personas que no son sospechadas por su posición política o capacidad crítica, de apoyo que me han dicho: ‘nos permitís pensar de una forma más compleja’. El balance para mí no es negativo, ni tampoco de la gente que lo critica porque ha suscitado la polémica.  Me han dicho.

Bercovich: Creéme que este llamado es nuestra manera de decirte gracias porque creemos que los intelectuales tienen que hacer esto: ponernos a polemizar, a repensarnos y autocriticarnos, ir contra estas estas canonizaciones y es un honor que estés eligiendo este lugar para responder después de un día en el cual, me imagino cómo se habrá visto desde adentro la cantidad de ataques a lo que fue una opinión crítica de un proceso…

-Segato: Y una opinión que di para Bolivia. El papel de Infobae ahí, estoy lejos, en México, y no es fácil para mí replicar, pero voy a pedir derecho a réplica porque el titular que colocaron a mi texto es tendencioso: yo no niego que en Bolivia haya un golpe atroz. E inclusive, como les digo, estoy dedicada a cooperar y dediqué una parte de mi día de hoy para conseguir amicus curae en el continente para que una institución boliviana presente un proceso contra el gobierno por la ley del uso irrestricto de la fuerza contra el pueblo boliviano. Y todos los que me critican, ¿qué están haciendo?

–Rita te saluda Noeli Barral Gigera, Como parte de tu lectura de la pérdida de legitimidad de Evo Morales con respecto a los errores cometidos cuando desoyó el referéndum por el cambio constitucional, la decisión de buscar esa misma modificación constitucional en tribunales, ¿cómo analizás esto que vos ves como una pérdida de legitimidad que termina siendo un error que, de alguna manera, le da pasto a las fieras, cómo lo analizás a la luz de la cantidad de votos que sacó Evo Morales el 20 de octubre que no deja de ser una buena cantidad, superando el 45%?

-Lo sé, pero igual eso no niega… soy una persona que visita seguido Bolivia y tengo mucho contacto con bolivianos y en los últimos tiempos he visto claramente una caída de prestigio de Evo y de Linera como gobernantes. No puedo omitir esa cantidad de testimonios que recibí en los últimos tres, cuatro años, con relación a la perdida de camino, al desvío del proceso de cambio en Bolivia. Por otro lado, sí existe la duda: hubo caída de los cómputos durante 24 horas. Y eso realmente, sea cual sea su origen, su causa – no la sabemos- también fragiliza el resultado de esa elección. E inclusive te voy a decir una cosa de unos mensajes que recibí ahora de Bolivia: el MAS está trabajando para que más gente salga a la calle y está con dificultades en El Alto para tener la cantidad de gente en la calle y no es por la represión solamente: hay dudas. Hay dudas sobre la figura de Evo, y además yo también las tengo como ciudadana del continente. Y pesan ahí las terribles frases que Evo ha dicho sobre las mujeres y eso no es un problema menor para una feminista, para alguien que piensa que la injusticia, la agresión de género, el destrato de la figura de la mujer, públicamente y mucho más por la boca de un gran gobernante, una figura que genera opinión. La manera que él ha hablado de la mujer hace que yo, como feminista, tenga también que intentar hacer circular esa duda sobre ese gobernante.

-Rita, buenas tardes: Alejandro Wall. Teniendo en cuenta los temas que has trabajado en profundidad, una de las metáforas que se utilizan cuando alguien intenta explicar razones por las cuales se llegó al golpe de Estado es la figura de la pollerita corta en un caso de violación. Es decir, que una chica tenía la pollerita demasiado corta y eso provocaba en un hombre no el derecho, pero sí una de las razones de la violación. Teniendo en cuenta que es una de tus temáticas la violencia de género, los crímenes sexuales, me gustaría si vos podrías hacer una reflexión acerca de la utilización de esa metáfora cuando se busca explicaciones para un golpe de Estado…

-No: lo que estás diciendo no tiene nada que ver con el foco de mi crítica. No hay nada de eso de la pollerita corta. Un hombre que es Presidente de una Nación y líder de un proceso que por tanto tiempo fue un proceso sin igual y absolutamente exitoso, en un país y dice ‘el día que me retire me iré con mi charango, mi acullico y mi quinceañera’, con la idea de que una mujer es entonces un objeto de placer y de descarte, porque ¿qué haríamos cuando la quinceañera cumple 16 o 17 años? No tiene nada que ver con la pollerita corta. No es un acoso, no es un abuso, es una frase modelar para su sociedad que pone a las mujeres, a pesar de todas las leyes de igualdad, en la boca del gobernarte una virilidad que usa a una niña que pronto tendrá 30, 40, 20 y no sirve más.

-Esa frase no la conocía.

-No la conocías porque entonces no me escuchaste.

-No, no: la escuché por primera vez en el audio tuyo

-Ah bueno: andá buscarla en Google y la vas a encontrar

-Me sorprendió cuando escuché que vos la glosabas…

-Vos no la escuchaste porque estamos en Argentina, pero Bolivia lo sabe, Bolivia lo sabe…Y entonces estamos hablando de una sociedad argentina que conoce muy poco de Bolivia y eso también lo digo en mi declaración. Estoy hablando ahora de la recepción en Argentina de la situación boliviana, pensamos Bolivia de una forma absolutamente estereotipada, casi caricaturesca: eso es lo que digo.

-Igual me parece que lo que aludía Hugo es a que muchos, cuando fue el golpe, acá tardó cinco días buena parte de la prensa a decirle Golpe de Estado al golpe de Estado en Bolivia. Nosotros desde el primer día advertimos que había un milico diciéndole al Presidente que renuncie y el Presidente renuncia después de que a sus funcionarios los perseguían paramilitares o agentes de este golpe, pero en ese contexto –que una buena parte de la prensa negaba el golpe- muchos compararon…

-No importa: lo fue. Ahora es un golpe de Estado. En este momento hay un golpe de Estado en Bolivia. Eso es lo que importa y eso es lo que yo digo.

-Pero mucha gente, caricaturizando tu opinión, piensa que justificas el golpe…

-Pero no es lo que yo dije: esas no son mis palabras. Yo no dije eso. Lo que pasa es que el recorte que hizo Infobae, el titular que colocó, enfatiza algo de un discurso que estaba circulando, que fue un discurso lento, muy pensado… En realidad yo no estoy segura de que se deba transcribir de esa manera, como lo hizo lavaca, en sí dio a circular mi palabra porque fue un discurso a una radio, a distancia, y lo dije lentamente, pensando muy buen cada palabra, y lo que menciono sobre Evo, sobre esa fragilidad que es necesario conocerla y que en Argentina no la vemos porque no sabemos pensar en grados de variaciones. Es “Camacho es un canalla, Evo es un santo”, pero por favor: eso no es pensar.

-Estamos viendo cantidad de muertos -28 muertos- y recién te comentaba cómo tardaron los medios locales en reconocer el golpe, y si bien no pongo en duda tu postura, quizá lo que te pregunto es que si poner mucho énfasis en hacer un balance de lo que fue el gobierno de Evo ahora cuando hay una situación así, ¿no es también cambiar el foco del asunto?

– No. No importa. No cambio el foco porque como te digo estoy trabajando para conseguir amicus curae para frenar ese decreto. No, no: están entendiendo todo de una manera absolutamente reduccionista. No podemos evitar colocar las criticas fundamentales ahora y en todo momento. El golpe es contra el pueblo. El golpe es contra el pueblo boliviano, contra la whipala, contra un proyecto de revolución jurisdiccional que ya había decaído hace tiempo. No tengo tiempo yo para explicarles ahora, pero hace tiempo que esa devolución de la nacionalidad de los pueblos había entrado en decadencia y no había podido realizarse como la gente esperaba. En el último censo, la población indígena decreció…y así hay muchos problemas que desde Argentina no se ven y, ahora entiendo, mucha gente no los quiere ver, pero afortunadamente mucha gente me escribió agradeciéndome, porque… esto de decir “no es el momento” es como un chantaje. Es muy parecido a lo que las mujeres negras o indígenas se quejan -y hay muchos escritos sobre esto que yo cito- cuando dicen que los grandes caciques masculinos les dicen: ‘Bueno el problema de las mujeres es para después. Vamos a resolver la lucha del pueblo y después vemos, internamente, de hablar sobre la cuestión de las mujeres’. Es un chantaje. No hablen ahora porque ahora porque ahora estamos resolviendo un problema mayor: no. No. Cuando le viento de la historia sopla, sopla a través de todos los problemas y remueve todos los terrenos. Yo lo veo así. Es mi posición. Y me quieran tapar la boca y que se me quiera impedir colocar mi posición delata la manera opresiva y sofocante en la que pensamos los argentinos la política. Las críticas no me han llegado de otro lado: me han llegado de Argentina.

-Es interesante esto porque en Argentina se discute mucho Vos has hecho una crítica al binarismo, decís que es una rémora, una mochila, un legado malo de la Guerra Fría, que quizá eso nos hace pensar en este plan amigo-enemigo y acá en Argentina a nosotros muchas veces nos hace… por eso me hizo pensar tanto este fragmento tuyo, porque acá discutimos, en el periodismo pero también en cierta forma de pensamiento, en equiparar dos extremos y para salir de ese binarismo ubicarse en el centro

-Sí

-Lo tuyo por lo que entiendo no eso, pero quisiera que lo enriquezcas un poco más porque en una circunstancia como esta, donde muchos nos vimos criticados por decir un golpe de Estado, porque estábamos defendiendo a un tirano o éramos chavistas o cosas así…

– Evo no es un tirano: no. Es una persona que se fragilizó por una secuencia de errores. Pero la gente no sabe leer si no reduce todo a un binarismo muy rudimentario. Y es costoso para la opinión pública argentina esto.

-Bueno: como salir de ese binarismo sin caer en el centrismo…

-No, no, no, no, no: al contrario. Solo saliendo del binarismo podemos generar realmente cambios en la Historia. Por haber pensado en términos de ese binarismo no sabemos captar las fuerzas posibles… es muy complejo. Los progresismos en nuestros países han llegado a un tope, pero nos dicen que no es ahora la hora de analizar por qué se llega a ese tope y cómo traspasar ese tope. Yo lo he hablado en diversas entrevistas y conferencias en los últimos tiempos: lo que pienso que es ese tope y las varias causas de ese tope de estos gobiernos progresistas que, repito, son los mejores que hemos tenido. Pero si no analizamos dónde paran, dónde se bloquean no vamos a poder pasar a la fase siguiente, no vamos a poder hacer que la Historia fluya en la dirección que queremos, que es una vida mejor para más gente. Dios y el Diablo no nos dejan pensar, porque si pensamos diferente te cae una cantidad de gente encima, impidiéndote pensar libremente y, fundamentalmente, pensar qué nos detiene cada vez que damos un paso y nos llevan hacia atrás nuevamente, que es lo que nos ha venido sucediendo. Si pensamos, nuestra Historia es circular: avanzamos, retrocedemos, avanzamos y retrocedemos. ¿Por qué? Porque no podemos pensar. Y esta no es una posición centrista y nunca fui una persona de posiciones centristas. Al contrario. Mi crítica excede, va más allá, lleva el campo crítico más allá del punto de donde acostumbra a estabilizarse justamente por su binarismo.

Rita Segato sobre Bolivia: «Es el momento oportuno para pensar a Bolivia críticamente»

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Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

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Tiempo, emoción y galletitas. Memoria, humor y lucidez. Esos fueron algunos ingredientes de una reunión histórica y nutritiva ocurrida en 2010 entre Hebe de Bonafini y María Isabel Chicha Mariani. Una charla para recordar un día como hoy, 4 de diciembre, en el que Hebe cumpliría años, porque cuenta parte del nacimiento de un inédito tipo de movimiento social conformado por mujeres desesperadas ante la desaparición de sus hijas e hijos, nietas y nietos, tras el golpe del 24 de marzo de 1976. ¿Por qué recordar? Porque quienes olvidan todo o tienen amnesia, no saben quienes son hoy, en este momento.

Este encuentro de 2010 ocurrió en La Plata entre dos vecinas: Hebe (fallecida en 2022, quien era presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo) y Chicha (quien fallecería en 2018, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo). Estaban distanciadas desde hacía 29 años, y la propuesta de nota en MU permitió reunirlas. ¿Qué nos dicen sobre el presente los primeros tiempos en la historia de lucha por la aparición de sus hijos y nietos? Los viajes, las gestiones, las anécdotas, la causa de la pelea, sus reflexiones e intercambios, en los principales tramos de esta conversación inolvidable.

Por Sergio Ciancaglini

A las 6 de la tarde sonó el timbre, con una puntualidad de los tiempos en que vida o muerte podían depender de la exactitud de las citas de madres, abuelas y familiares de desaparecidos. En la casa de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik de Mariani, Chicha, había una mesa con tetera, tazas y medialunas, que por un rato desplazaron expedientes judiciales, recortes de diarios y denuncias de su creación más cercana, la Asociación Anahí. A esa casa de la calle 47 de La Plata, llegó Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con masas, un huevo de Pascua (enviado por Alejandra, su hija) y galletas dietéticas.
Besos, abrazos. Chicha ha perdido casi totalmente la vista. Por eso es Hebe la que dice: “Nos vestimos igual. Estamos en la misma murga”. Las risas ayudaron a sobrellevar la emoción de este encuentro en el que cada palabra y cada silencio tuvieron una carga que mejor que adjetivar, es conocer.
Chicha tiene 86 años, Hebe 81, y ambas una lucidez sin edad.
Se habían distanciado hace 29 años. Se volvieron a ver en marzo, en una exposición sobre Clara Anahí, la nieta que Chicha busca desde noviembre de 1976. Hebe fue a esa muestra en Canal 7, y del reencuentro fugaz nació la idea de una charla con MU. Con tiempo, té y galletitas.

Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia


La reunión en casa de Chicha, después de 29 años distanciadas.

Sonrisas junto al paraíso

Hebe tiene dos hijos desaparecidos, Jorge y Raúl. A Enrique Mariani, el hijo de Chicha, lo mataron en 1977. En noviembre de 1976, un ataque de la Bonaerense bajo órdenes de Ramón Camps reventó literalmente la casa donde había al menos cinco personas que fueron acribilladas, entre ellas la nuera de Chicha, Diana Teruggi. Allí estaba Clara Anahí, tres meses de edad.
Hebe y Chicha se conocieron en noviembre de 1977, con la llegada a Buenos Aires de Cyrus Vance, enviado del presidente norteamericano James Carter, que iba a participar en un acto en Plaza San Martín. Chicha: “Yo había conocido a Licha (Alicia De la Cuadra, un hijo y una hija embarazada desaparecidos) y me dijo que podíamos ir a darle un ‘testimonio’ a Vance. Yo era una bruta, daba clases de Artes Visuales en el Liceo de La Plata pero no sabía viajar a Buenos Aires. Aprendí que un testimonio era un papel con mi caso. Cuando llegué me quedé paralizada. Estaban los funcionarios, todo lleno de milicos armados, los perros, en otro lugar había mujeres. Todas empezaron a gritar. Y se pusieron los pañuelos que tenían escondidos. Y yo sin saber qué hacer, con el papelito apretado contra el pecho. Vino una mujer corriendo, me dijo: ‘Dame el testimonio’, y se lo llevó a Cyrus Vance. Era Azucena Villaflor, la fundadora de Madres”.
Con Licha ya habían resuelto encontrarse allí mismo con otras mujeres que buscaban a sus nietos. “Nos juntamos abajo de un paraíso, frente al Colegio Militar. Nos debían estar filmando desde adentro. Conocí a Ketty (Beatriz Neuhaus) y me llevé una sorpresa: me saludó con una sonrisa. Y Eva Castillo, lo mismo. Pensé que no tenía que andar con esa cara de desgraciada, si ellas intentaban que el encuentro no fuera tan ingrato”.
Así, el 21 de noviembre, nacía Abuelas. Hebe, intencionadamente: “¿No era el 22 de octubre, entonces?” La diferencia de fechas es parte tal vez de las distancias nacidas con la salida de Chicha de Abuelas, en 1989. “Hubo cosas que no me gustaron y siguen sin gustarme, pero no quiero hablar de eso. No quiero que nada demore el trabajo de buscar a mi nieta”. Hebe: “Pero tu trabajo fue fundamental, y en los momentos más difíciles con vos al frente, fue que lograron recuperar a los primeros 60 chicos. Todos lo sabemos. Y por eso te quiero decir que todas las Madres te mandan un beso grande, te apoyamos totalmente en lo que necesites”.
Chicha se emociona, y me cuenta: “Pero aquel día, cuando me iba a volver, la veo a Hebe que dice: ¿quién va para La Plata? Cuando me acerqué, no me preguntó si quería que fuéramos juntas. Directamente me dijo: ¡vamos!” Se ríen y Hebe agrega datos no descartables: “Los pañuelos eran en realidad los viejos pañales que guardábamos para nuestros nietos. Los habíamos usado primero en octubre, para poder reconocernos en una marcha a Luján. Las que nunca los usaron fueron Azucena, y Esther Careaga, porque decían que parecíamos monjas”. Azucena, Esther y Mary Bianco desaparecieron poco después, en diciembre de 1977, operativo de la ESMA alrededor de la Iglesia de la Santa Cruz, merced a la infiltración de un falso hermano de desaparecidos, que en realidad era Alfredo Astiz.
 

Madre de la bombacha roja

Los viajes de estas dos mujeres recién comenzaban. Chicha empieza a reírse, recordando uno de sus regresos en colectivo, desde Quilmes.
 
Hebe: Yo iba con la carpeta de denuncias, paraguas, piloto, fiambres y chorizos.
Chicha: Y yo llevaba salamines, lo hacíamos medio para disimular, y para hacer algún mandado de paso.
H: Cuando llegamos, me paro, se me cae la pollera, y quedo en bombacha.
C: Escuché la risotada de Hebe, que para no largar los chorizos no se subía la pollera. No la veía bien porque yo iba agarrada a los salamines. Pensé que tenías combinación.
H: ¡No! Para mi las enaguas eran cosa de vieja, y para colmo me habían regalado una bombacha roja y era justo la que llevaba puesta. Más trola imposible.
Otra ronda de té. Chicha toca la mano de Hebe.
 
C: Pero te quiero recordar algo más, también por el 77 o 78. Un día apareciste con vestido celeste, planchadito. La noche anterior se había escuchado un tiroteo. Viniste a avisarme que ibas a ver qué pasaba. Y llevabas una canastita con comida por si había alguien que necesitara algo. Te pregunté si querías que fuera con vos, dijiste que no. Fue una prueba de coraje. Yo no me atrevía a ir.
H: Esas cosas nacen pensando en que si tu hijo está en esa situación…
C: El tema es cómo superar el miedo sin paralizarse.
H: Las mujeres lo sabemos. Es como parir. No pensás en vos, ni en quedarte quietita, pensás que tenés que hacer fuerza para que nazca y sea sano. Pero además, se llevan a tu hijo ¿Hay algo peor, más horrible? Así que nada: hay que seguir.
C: Yo pensaba que si me llevaban no iba a aguantar ni dos minutos en la mesa de torturas. Soy muy sensible al dolor. Mi ilusión era morirme enseguida. Qué tonta, ¿no?
H: Una piensa estupideces. Yo andaba siempre con cepillo de dientes, calzoncillos y pañuelitos en una bolsita, por si encontraba a mis hijos. Todos éramos muy inocentes. Hasta los chicos. Un día entro al cuarto del mayor y estaba con unos amigos, todos atándose. ¿Qué hacen? “Practicamos cómo desatarnos por si nos agarran”. Creían que les iban a dar tiempo.
C: Nunca imaginaron la perversión.
H: Habían preparado todo para saltar a lo del vecino. Pobres. A uno de mis hijos lo encontraron por mi vecina, que dijo que había reuniones en la casa y pasaba algo raro.
C: Pensar que tanta gente pudo ayudar, pero se calló. No sé qué tenemos adentro. El enano fascista.
H: Pero fijate al revés: otro vecino salió a avisarle a mi hijo que lo esperaba la policía, y entonces se lo llevaron a ese vecino. Después lo soltaron, pero el tipo no quería ni verme. Es difícil juzgar.
C: Sí, pero yo veo que tenemos raíces. Hace mucho quiero hacer un libro, la Historia de la Infancia Argentina. Desde los españoles que llevaban chicos y chicas indígenas como esclavos y sirvientes, después los terratenientes con derecho a hacerles hijos a las mujeres campesinas y apropiarse de ellos. El derecho de pernada, que todavía existe, del patrón sobre la primera noche de cada niña. Hagamos un salto: llegan los militares, se llevan a los chicos, y mucha gente lo ve bien. Yo creo que es todo ese residuo ancestral, que produjo la enorme vergüenza de un pueblo que se supone culto, pero no abrió la boca, no tomó la defensa de ningún niño. Me atrevo a decirlo porque es mi pueblo. Pero no puede ser que haya parecido normal que los chicos sean secuestrados y apropiados.
H: Hacé el libro. Nosotras lo podemos imprimir.
C: Te cuento algo más. El secretario de Pío Laghi, monseñor Celli, les dijo a dos abuelas, Elba Ford y Delia Penela: “Dejen de molestar, imagínense los chicos están con familias que pagaron 4.000 pesos por cada uno, eso les dice que los van a cuidar bien”.
 
Hebe da un respingo. “Tengo una información muy importante que contarte cuando estemos solas”.
Les propongo apagar el grabador. “No, totalmente solas. Encerradas en el baño”, dice Hebe, entre las carcajadas de Chicha. ¿El baño es un lugar para intercambiar datos? Hebe: “Claro. Hay cagadas, pero de otra clase”. Chicha: “Me estoy divirtiendo. Mirá, cada una habrá hecho o dicho cosas. Pero somos leales”. En una época engañaron a Chicha diciéndole que podría recuperar a su nieta. “Le hice a Hebe un poder para que cuidase a mis padres por si yo tenía que irme al exterior. Todavía lo tengo guardado”.
 

El día que se distanciaron

Siguen las cataratas de diálogos:
C: ¿Te acordás cuando estuvimos con Sandro Pertini? (Presidente de Italia)
H: Estábamos en un departamentito vacío, con dos camas y dos colchones. Como éramos cuatro (con Elida Galetti y María Del Rosario Cerrutti) nos turnábamos: cama sin colchón, o colchón en el piso. Calentábamos agua en una jarrita para poder bañarnos.
C: Salimos de compras y vos llevabas la comida en una bolsita.
H: Comprar era un lío, como no sabíamos italiano, tenía que hacer el gesto de limpiarme el que te dije para que entendieran de queríamos papel higiénico.
C: Y de repente nos avisan que vayamos urgente al Quirinale, que Pertini nos iba a recibir. Salieron los del protocolo, agarraron nuestros tapados pero Hebe no quería darles el tapadito ni la bolsa de comida.
H: ¡Con lo que nos costaba la comida, mirá si se las voy a dar! Además yo había salido así nomás, con ropa medio feona, no quería sacarme el tapado. Pertini lloró con nosotras, denunció a la dictadura. No lo reconoció a Videla. Fue de los pocos.
C: Pero cuando salimos, en esos salones principescos, había un sillón de terciopelo con la bolsita de nuestra comida.
¿Cuándo se distanciaron?
C: Capaz que ni te diste cuenta. Yo me enojé con vos en la Catedral de Quilmes. Las Madres la habían tomado. Yo las acompañaba. Seríamos 20 entre todas. Hiciste un comentario de esos que hacés vos, fuerte. Yo dije: “No podemos seguir discutiendo”, y me abrí.
H: Ya me acuerdo, fue en 1981, después de la primera Marcha de la Resistencia. Claro, lo querían mucho al obispo (Jorge Novak) y yo le decía de todo. Fue así: terminó la Marcha y nos fuimos para Quilmes. Teníamos termos, frazadas, hasta walkie talkie (en la era pre-celulares y pre-Internet). Estábamos comiendo heladito en la plaza, todas separadas para que nadie se diera cuenta. Juanita Pergament se encargaba de la prensa. Pero llegó antes de tiempo con los periodistas, tiramos los helados y nos metimos corriendo antes de que nos cerraran la Catedral. Se armó un quilombo padre. Y ya ni sé qué le habré dicho al viejo ese. Me decían: “Claro, tomás la Catedral del que sabés que no te va a echar”. Y claro, no iba a ir a una donde nos rajaran. El ayuno duró 12 días, hasta Navidad. Pero es cierto, siempre fui una desbocada. Ella no (señalando a Chicha). Ella lo que tuvo es el rigor, la prolijidad para investigar todo. Impresionante.
C: Mi desesperación era encontrar a Clara Anahí. Todo lo que fuera distraer esa búsqueda para discutir, me sacaba de quicio. Pelear con Hebe no tenía sentido. Además, te acordás que una vez en tu casa te dije: mi hijo está muerto. Mi búsqueda es diferente. Las Abuelas tenemos que recurrir a la justicia. Las Madres tienen otro reclamo. Fue bueno que cada una fuera por su lado.
  

La hora del secreto

Hebe cuenta que a pedido de su hijo Raúl una vez sacó a una mujer y a un chiquito al Brasil, todos con documentos falsos, en plena dictadura. “Lo llevaba en brazos yo, porque si agarraban a la mamá, por lo menos se salvaba la criatura”. Chicha tuvo lo suyo, pero en democracia: “Con Mirta Baravalle, una valiente, llevamos a un chiquito a Brasil, donde tenía familia. La mamá había muerto ese día en el ataque a La Tablada (enero de 1989). Lo hicimos en secreto. Nunca supe de él”.
 
¿Cuáles son las claves para actuar en estas situaciones donde todo parece en contra?
C: Hay que aprender a mirar para afuera de uno, de la casa, captar todo lo que hay alrededor. Aprender todo lo que quepa en el cerebro, en el cuerpo y en la memoria.
H: Es cierto. No pensar en uno. El otro soy yo. Lo que le pasa al otro me pasa a mí. Y no parar. Como hizo Chicha. Lo que está haciendo ahora es muy importante con la Asociación Anahí. Hay que conocer eso. Porque ella tiene un modo especial que le llega mucho a la gente. Hoy como funciona la política, no sirve. Hay que cambiar el estilo. A nadie le interesa hablar de marxismo, trotskismo ni peronismo. No te dan bola. Funciona que haya gente como Chicha, o las cosas que hacemos nosotros con el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, en la ex ESMA), con la Universidad, la radio y todo lo demás”.
 
Sobre el presente, Chicha dice: “El gobierno hizo avances, pero para mí falta que apuren a las fuerzas militares para que digan qué pasó con los desaparecidos y los chicos apropiados. Lo saben, tienen el material. Entonces, que digan la verdad”.
Hebe: “¿Te digo lo que te tengo que contar”. Chicha le responde “vamos” y zarpan las dos tras una puerta vaivén. La reunión no fue en el baño, sino en la cocina de la casa de Chicha. Vuelven, sin apiadarse del cronista.
Hebe: No sabés lo que te perdiste.
Chicha: Ya lo sabrás alguna vez.
Hebe: Ella sabe unas cosas. Yo sé otras. Es lo que hicimos siempre. Juntar lo que cada una sabe, y armar el mapa, para saber dónde estamos paradas.

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Orgullo

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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