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Aislamiento social y violencia machista: una respuesta crítica desde la propia Justicia

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Dos peritos -una psicóloga y una trabajadora social- de la provincia de Buenos Aires impulsaron tres conversatorios con colegas para pensar la violencia machista en contexto de aislamiento. La primera sorpresa fue la respuesta: en cada uno de los encuentros se llegó al máximo permitido de cien participantes. La segunda: la preocupación generalizada de cómo intervenir a distancia. Las acciones frente a situaciones nuevas de violencia en medio de la cuarentena y la intervención con niñes y adolescentes. Compartimos el trabajo completo.

Aislamiento social y violencia machista: una respuesta crítica desde la propia Justicia

“Ante la situación de aislamiento social en que nos encontramos en este momento, y habiendo dejado expuesto en escritos anteriores las características de la cotidianidad de las víctimas de violencias de género, el agravamiento de su situación a partir del encierro, la dificultad para acceder a los recursos y la reducción de los mismos, la limitación y el riesgo en la intervención telefónica; los profesionales nos encontramos ante algunos dilemas que nos obligan a repensar nuestras prácticas desde todos los aspectos posibles”.

Así comienza el texto que dos peritos judiciales de la provincia de Buenos Aires produjeron a partir de tres conversatorios que impulsaron para pensar de forma crítica las respuestas de la justicia a la violencia mahista en contexto de aislamiento social, prevetivo y obligatorio. En cada uno de los encuentros, los conversatorios llegaron al máximo permitido de cien participantes, lo cual evidenció una preocupación generalizada sobre cómo intervenir actualmente en situaciones a distancia.

“Me hace pensar que no estábamos todos tan tranquilos entonces”, dice a lavaca Erica Velásquez Burgos, perito trabajadora social de un juzgado de familia, y una de las impulsoras. “Más allá de que queramos hacer pasar como que está todo bien hay un sector importante que nos estamos cuestionando la situación de cómo poder dar una respuesta a la demanda institucional sin perder de vista que el objetivo principal es dar respuesta a la necesidad que tiene la gente desde un lugar metodológico pero sumamente ético”.

A raíz de los intercambios, Velázques Burgos, junto a Susana Cuadro, perito psicóloga que en este momento evalúa niños, niñas y adolescentes víctimas de delitos penales, produjeron un texto para dar cuenta de las preocupaciones y preguntas que se abrieron en los conversatorios. “Había diferentes posturas pero todos estaban pensando qué hacer en esta situación puntual, donde nuestra tarea está limitada y las violencias crecen cada vez más”.

Durante el primer mes de cuarentena, la Corte de la provincia de Buenos Aires funcionó con guardias mínimas. Con el paso de los días los peritos empezaron a trabajar de manera remota: llamadas y videollamadas. Explica Cuadro: “Ahí nos encontramos con otra cuestión que es que el Poder Judicial no es fácil, es muy patriarcal, te dicen: ‘Hay una denuncia, llamen’. Y empezamos a pensar si hacer ese trabajo podía poner en peligro a quien estaba en sus casas”. Para encontrar esas respuestas de manera colectiva fue que convocaron a peritos psicólogas, psiquiatras y trabajadoras sociales que trabajan con violencia, y armaron los conversatorios.

“Nuestro gran trabajo, además de hacer el informe, que es importante y es parte de nuestro rol, es hablar con las personas que toman las decisiones, poder historizar, correr un poquito la mirada lineal legalista”, sostiene Cuadro.

Velázquez Burgos agrega en la misma línea: “Tenemos la función de poder poner la palabra, la mirada, el sentir de la gente en un expediente que es un conjunto de papeles y presentaciones con todas las terminologías legales y jurídicas. Entiendo que nuestra mirada tiene que poder ser esa: humanizar, poder mostrar que la persona que tramita esa situación es una persona a la que le pasan cosas, que tiene una historia. Y en eso a veces aparece la contracción de las adecuaciones: si uno debería adecuar las problemáticas que le pasan a las familias a los procesos o los procesos a las familias. Nuestros primeros cuestionamientos tenían que ver con eso”.

Las inquietudes que identificaron como comunes las estructuraron en tres ejes:

  • Las intervenciones en las que hay dos realidades. Las familias o mujeres con las que ya hay un vínculo establecido y con quienes tienen que hablar por primera vez. Explica Cuadro: “Si tenemos informes previos o informes de otras instituciones, en base a eso se puede colaborar en sacar la medida de protección. Por suerte hubo una acordada de la Corte diciendo que las medidas se sacaban de manera automática con una guardia mínima y después se termina de evaluar y las que ya estaban se prorrogaban de manera automática”. Sobre el tema, Velázquez Burgos agrega: “El trabajo con las familias que uno viene trabajando es más fácil, hay un vínculo armado, entonces lo telefónico, las vías remotas, te permiten algún tipo de acompañamiento e intervención. Con las situaciones nuevas la verdad es que es muy complejo poder entrevistar y evaluar una situación de riesgo, implica un encuadre, el conocimiento a la otra persona, poder establecer un vínculo de confianza, cierta empatía que permita que la otra persona pueda estar contando cosas que son sumamente dolorosas. Son entrevistas donde se pone mucho de lo vincular más allá de lo metodológico. Las cosas que hacen a lo vincular de manera telefónica son imposibles, mucho menos pensarlo si no tenemos la certeza de si esa persona está sola o acompañada en su casa, el riesgo de que haya alguien escuchando, que no pueda decir lo que quiere decir; o si está sola, estas entrevistas son movilizantes y vos cortás el teléfono y esa persona se queda con esa angustia, sola, o con sus hijos”.
  • Las intervenciones con niñes y adolescentes. Cuadro sostiene que “es imposible” hacer una evaluación de forma remota: “No podemos garantizar que el contexto donde esté el niño, niña o adolescente sea el adecuado para tener privacidad, que pueda decir lo que tenga que decir sin que después tenga consecuencias. Va a haber situaciones de excepción: si vemos que la única manera de tomar una medida de cuidado es hacer la entrevista por medios remotos, hay que hacerla. Hay una cuestión ética que tiene que estar primero de nada. También tenemos que pensar que el acceso a la justicia no es tan accesible para todos y es importante que una vez que lo puedan hacer y acercarse a hacer la denuncia haya una respuesta ética, humana, del otro lado”.
  • Las posibilidades de trabajar de manera remota que tienen las peritos. “Uno cuando corta está con los hijos, con las parejas, no está con el equipo de trabajo que es esencial. No es lo mismo elegir trabajar en casa, que puedo tener mi espacio diferenciado, a que te impongan el trabajo con violencia dentro de la escena familiar. Hay que pensar también las posibilidades de conectarse, de privacidad, de uno estar en posibilidad de poder alojar a otro”, concluye Cuadro.

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Lucía Pérez: la trama de la injusticia

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“¿Por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles?” preguntó ayer el abogado Juan Pablo Gallego ante sucesivos cambios de carátulas, sospechosas reprogramaciones de fechas y maniobras que parecen revelar un entramado que busca la impunidad y la negación del femicidio de Lucía, que tenía 16 años. Ocurrió durante una audiencia en el que uno de los acusados pide salidas transitorias. El trasfondo de idas y venidas fue descripto por el abogado: “Lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad”.

Por Claudia Acuña

Hay que explicar lo inexplicable. Desde que el 8 de octubre de este año la Cámara de Casación modificó el segundo fallo por el crimen de Lucía Pérez para negar su femicidio se desató una catarata de maniobras –de alguna manera hay que llamarlas– para intentar liberar a sus femicidas.

El fallo de Casación confirmó la culpabilidad de Juan Pablo Offidani y Matías Farías y los condenó por los delitos de violación agravada por el uso de estupefacientes y por tratarse de una menor de edad, pero no por su crimen: Lucía simplemente se murió. Esta negación del femicidio tiene como consecuencia un disparate jurídico: por un lado, la familia apeló está decisión; pero al mismo tiempo esta apelación no puede avanzar hasta que no se determine el monto de la condena que le correspondería a Farías por esta nueva tipificación. Si es complicado de comprender, imagínense lo que significa para esta familia soportar lo que la obliga a padecer el Poder Judicial. A saber:

  1. Para poder determinar el monto de la pena que le correspondería a Farías –que en el segundo fallo y luego del juicio anulado había sido condenado por femicidio y por lo tanto a prisión perpetua– podría corresponderle entonces entre 8 y 20 años de prisión. Para establecer exactamente cuánto, de acuerdo a la evaluación de atenuantes y agravantes, se inventó un tribunal compuesto por tres jueces de diferentes juzgados. Serán los responsables de la audiencia de Cesura que, según dictaminó luego de una audiencia donde acordó con las partes –querella y defensa– cómo sería el procedimiento, se realizará el 29 de abril de 2026 y durante tres días.
Lucía Pérez: la trama de la injusticia
  1. Imagen de la audiencia. A la izquierda, el abogado Juan Pablo Gallego. Arriba, la foto principal, la movilización que acompañó a la familia.
  2. Unos días después la familia recibió una notificación que le comunicaba que esa audiencia se adelantaba a septiembre. Como su abogado, Juan Pablo Gallego, no estaba ni enterado de esta anticipación –y además se encontraba en España para la fecha pautada– se presentó un escrito denunciado esta irregularidad y solicitando se mantenga lo debidamente acordado: 29 de abril de 2026. Así será.
  3. Un mes después hubo otra novedad: el nuevo fiscal –cuyo rol se supone que es acusatorio– pidió el cese de la prisión de Farías, aun cuando las instancias de apelación y de establecimiento del nuevo monto de pena estaban pendientes de resolución.
  4. Unos días después llegó el turno de Offidani: solicitó salidas transitorias. La audiencia que se realizó este miércoles en los tribunales de Mar del Plata fue para decidir si las otorgaban o no.

En esa audiencia el doctor Gallego sintetizó lo que todo este proceder judicial despierta como duda “¿por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles? ¿Hay algo más detrás de esta causa que permite forzar tanto los procedimientos judiciales? Si nosotros, como parte querellante, no renunciamos a que se le aplique a ambos la figura de femicidio y eso está todavía en trámite, ¿qué se busca con esto? ¿Qué se fuguen antes de que se resuelva la cuestión central?”

Como respuesta la doctora Romina Merino, abogada defensora de Offidani, propuso: “Miremos para adelante”.

El doctor Gallego replicó:

“Nosotros no vamos a dejar de mirar lo que pasó porque lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad y eso implica una doble responsabilidad del Estado: por tratarse de una menor y por estar frente a una banda que vendía drogas en la puerta de un colegio, delito por el que cumplen una condena ratificada”.

El juez de garantías que debe evaluar el pedido de Offidani tiene ahora cinco días para determinar si cumple o no con los procedimientos necesarios para obtener los beneficios de la libertad transitoria.

En tanto la familia de Lucía sigue esperando justicia.

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Matías, el hermano de Lucía y sus padres Guillermo y Marta.

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Adiós a Claudia Rodríguez: la Trans andina que propuso politizar el amor

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Referente del movimiento trans latinoamericano, activista, poeta, escritora y tanto más, escribió sobre su infancia, la militancia trans, la vida sexual y se autoproclamó Miss Sida en 2007. Claudia Falleció este 29 de Noviembre. Su pelea incluyó al pueblo mapuche, la educación pública, los sin techo, y planteó siempre una filosa crítica al neoliberalismo, que quita posibilidades de vida y las transforma solo en posibilidad de consumo. En uno de sus viajes a la Argentina compartió con la revista MU sus ideas sobre el orgasmo, el feminismo sin resentimiento, la creación, y por qué hay que politizar el amor. Un modo de homenajearla, de recordarla, y a la vez de volver a estar en contacto con un pensamiento y una acción que dejan una sensible huella cultural, artística y política.  

Por María del Carmen Varela

Foto: Lina Etchesuri

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38º Encuentro Plurinacional: el regreso

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Por Claudia Acuña

Fotos Line Bankel

A las doce de la noche parte el micro que nos trae de regreso a Buenos Aires con el grupo de mujeres que lucen imborrables sonrisas y cachetes decorados con purpurina. La noche es para soñar y la mañana para compartir la transmisión de la asamblea que decide en qué ciudad se realizará el próximo encuentro: Córdoba.

Con el festejo llega la ceremonia que preparó la Comisión de Mística.

Estamos todas sentadas en el piso superior del micro mientras una voz encantadora nos cuenta el cuento La cabeza en la bolsa, mientras recorre el angosto pasillo mostrando las ilustraciones que dan vida a esta historia que escribió Marjorie Pouchet: la de una chica rabiosamente tímida que siempre sale a la calle con una bolsa en la cabeza, hasta que un día, regado por sus lágrimas, crece allí un jardín. ¿Qué hará entonces con esa timidez y con esas flores?

Consultar a una amiga.

Algunas compartirán en voz alta lo que ese cuento les resuena; otras sus lágrimas.

Luego, las organizadoras de la colecta para el viaje nos darán dos regalos. Cada una recibirá así una de las serigrafías creadas por el grupo de arte Vivas Nos Queremos y un pedido: que sean expuestas en lugares colectivos. El otro regalo está guardado en un sobre hecho a mano con papel reciclado. Contiene stickers, calcomanías y un papel amarillo donde nos piden que escribamos un deseo que acompañe a nuestras amigas de viaje hasta el próximo Encuentro. Una cajita de cartón recoge los mensajes y de allí cada una extraerá el suyo.

El mío:

“Seguí tus sueños, abrazá tu intuición, aferrate a tus compañeras: todo es posible”. Llegamos.

38º Encuentro Plurinacional: el regreso

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