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Paren de matarnos

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En lo que va de marzo, al menos 25 mujeres y una niña fueron asesinadas por sus parejas, ex parejas o conocidos. 15 mujeres más una niña fueron asesinadas por sus parejas, ex parejas o conocidos. Además hubo tres femicidios vinculados: las tres eran niñas. Y son cinco las mujeres que encontraron fallecidas sobre las que todavía no hay información precisa. Reconstruimos en esta nota las historias a partir de los datos aportados por observatorios de organizaciones sociales y medios de todo el país, para exigir al Estado que elabore medidas urgentes para frenar los femicidios durante el aislamiento social preventivo.

En lo que va de marzo de este año son en total 25 las mujeres y niñas que arrebató la violencia. 15 mujeres más una niña fueron asesinadas por sus parejas, ex parejas o conocidos. Además hubo tres femicidios vinculados: las tres eran niñas. Y son cinco las mujeres que encontraron fallecidas sobre las que todavía no hay información precisa. 

Desde que empezó la cuarentena -20 de marzo- fueron asesinadas al menos 12 mujeres y niñas. Cinco de ellas -Cristina, Claudia, Susana, Lorena y Verónica – fueron femicidios en los que están involucrados sus parejas o ex parejas. Tres fueron femicidios vinculados de niñes: Ada de 7 años, una niña de 2 años y una bebé de 2 meses. Tres casos están todavía en investigación: Haydee Salazar de 54 años en Bariloche y María Leonor Ginés de 70 años en Salta fueron halladas el 28 de marzo, una adolescente de 17 años en Tolosa el 22 de marzo y Maria Florencia Santa Cruz, 30 años, encontrada el último día de marzo ahorcada con una campera en la localidad bonaerense de Tigre. Tampoco hay esclarecimiento del contexto de las muertes de Jesica Rocío Farías de 21 años en Santa Fe, la encontraron el 13 de marzo, y el de Florencia Micaela Soto de 27 años en Neuquén hallada el 18 de marzo.

Después de estar días y semanas desaparecidas, el 28 de marzo hallaron sin vida a cinco de ellas. Cuatro mujeres y una niña encontradas muertas en un solo día.

En lo que va del 2020, de enero al día de hoy, son 87 los femicidios y travesticidios confirmados y 5 los femicidios vinculados. Un total de 92 muertes por la violencia machista. 

El machismo en Argentina se cobra, en promedio, una víctima por día. 

Además, en El Jagüel buscan sin descanso a Gabriela Lucila Monzón de 19 años. Desapareció la mañana del 14 de marzo en esa localidad. Su hermana difundió en Facebook que Gabriela venía recibiendo amenazas y que el viernes 13 hizo la denuncia a esta comisaría. La vieron por última vez el sábado 14 de marzo a las 7.30 hs. El pelo de Gabriela es colorado. Sus familiares y amigos piden que cualquier información llamen al 1140259754 o al 1122670032 o también a la Comisaría 5ta de El Jagüel. 

Las mujeres asesinadas por la violencia machista no son números. No son una estadística más en una lista que parece sin fin. Cada una de las que ya no están son madres, hijas, hermanas, compañeras, amigas, primas, mujeres queridas con identidades e historias de vida. Detrás de ellas hay familias y comunidades. Cuesta reconstruir cuáles eran sus gustos, sus habilidades, que amaban hacer, cuáles eran sus sueños, para hablar de ellas con otra perspectiva. Contar la crueldad es exponer a los femicidas, sus modus operandi y poner en relieve cómo los van a investigar, si serán juzgados por “crímenes menores” o con la contundencia del femicidio. 

Las que nos faltan este mes. Ni olvido ni perdón.

2 de marzo. Guadalupe, 8 años, Lobos, Provincia de Buenos Aires, un día desaparecida. La golpearon y prendieron fuego viva en un presunto intento de ataque sexual. El principal sospechoso es un primo de la madre de la niña, Sergio Ramón Olivera, 22 años, al que detuvieron a 33 kilómetros de la escena y le encontraron rasguños que coinciden con los signos de defensa en el cuerpo de Guadalupe. La fiscal Patricia Hortel calificó el crimen como “homicidio calificado”.

2 de marzo. Brenda Micaela Gordillo, 24 años, San Fernando del Valle de Catamarca, Catamarca. Desapareció el 29 de febrero. Según la investigación, esa noche discutieron y su pareja la asfixió, la prendió fuego en una parrilla y como no pudo deshacerse de su cuerpo la descuartizó y repartió sus restos por la Ciudad. Naim Vera (19) intentó con frialdad y crueldad encubrir el asesinato; se entregó a la policía y confesó el crimen dos días después. El fiscal Hugo Costilla calificó el crimen como “homicidio agravado por femicidio”. 

3 de marzo. Jordana Belén Rivero, 28 años, Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires. La golpearon hasta desmayarla y la tiraron por el balcón desde un séptimo piso. El departamento lo encontraron desordenado y adentro, atrapado, a Bernardo Luis Baraj, 50 años, quien fue detenido. Baraj había sido denunciado por un ataque a su ex pareja en Tierra del Fuego. El fiscal Fernando Castro investiga la causa como “homicidio agravado por la condición de género de la víctima”.

3 de marzo. Mónica Ramos, 61 años, asesinada a puñaladas en su casa de la ciudad de San Luis. La encontraron los bomberos cuando acudieron a la casa porque se estaba incendiando. No hay detenidos por el crimen pero se descartó la hipótesis de un robo y apuntan a alguien de su entorno. Los investigadores creen que fue un femicidio porque no había forzamientos de puertas ni ventanas.

3 de marzo. Octavia Colque, 39 años, Las Toninas, Provincia de Buenos Aires, cuatro días desaparecida. La golpearon, asfixiaron y enterraron en el patio trasero de la casa de la ex pareja, Balvino López, quien fue detenido sospechado del femicidio. El fiscal, Gustavo Mascioli, caratuló la causa como “homicidio agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género”.

3 de marzo. Agustina Atencio, 17 años, Catriel, Río Negro, cuatro días desaparecida. La golpearon y la arrojaron al río. El posible femicida es Ezequiel Rebolledo, 21 años, con quien compartía la tarde en las orillas de Río Colorado. Rebolledo era de su círculo de conocidos; Agustina intentó defenderse él cuando la atacó porque ella se negó a la seducción. No queda claro si murió por asfixia a la inmersión o por estrangulamiento. El fiscal, Santiago Márquez Gauna, investiga el caso como “femicidio”. 

8 de marzo. Fátima Acevedo, 25 años, Entre Ríos. Sufría violencia en manos de su pareja, Nicolás Martínez de 35 años. Lo denunció a la policía y al juzgado porque intentó quemarla con ácido, pero nadie lo detuvo. Estaba cansada de hacer denuncias que no llegaban a nada, desesperada por ella y su pequeño hijo. Les dijo en un mensaje de texto a sus amigas que ya no sabía qué hacer. Había desaparecido el 1 de marzo, siete días después encontraron su cuerpo en un aljibe.

9 de marzo. Denise Vergara, 31 años, fue asesinada por su ex pareja en su lugar de trabajo, en Villa del Totoral, Córdoba. Miguel Gutiérrez, de 40 años, había amenazado al padre de Denise con que iba a matarla. Ella lo había denunciado el 2 de marzo por violencia familiar – tenían un hijo- tras una “sucesión de hechos y conductas violentas” según contó la familia al diario La Voz. Él resultó imputado por lesiones leves y la oficina de violencia familiar de Jesús María emitió una orden de restricción. Gutiérrez premeditó el femicidio: la noche del 9 de marzo rompió el alambrado del complejo fabril donde trabajaba Denise, se ocultó en la oscuridad a esperar que ella terminara su turno y al verla pasar la golpeó en el rostro y la apuñaló en zonas vitales. Mientras las compañeras de Denise pedían ayuda, Gutiérrez huyó. Se entregó a la Justicia la madrugada del 10 de marzo. El fiscal Guillermo Monti lo imputó por femicidio.

12 de marzo. Romina Ruiz Díaz, 36 años, fue asesinada a puñaladas en su casa en la localidad de Los Pozos, partido bonaerense de Cañuelas. Detuvieron a Mauricio Wilvers, 38 años, quien era su pareja. Romina, desangrándose, pidió ayuda a sus vecinos y murió en el hospital. El hijo mayor, un adolescente de 14 años, presenció el hecho. También fue testigo el hijo de 3 años. Ambos niños vieron a su padre sobre su madre con un cuchillo en la mano, apuñalandola. La pareja, además, criaba una beba de año y medio. Romina no lo había denunciado por violencia. El fiscal Lisandro Damonte acusó a Wilvers de “homicidio calificado por el vínculo y femicidio”.

13 de marzo. Lidia Elizabeth Britez, 47 años, asesinada a golpes por su ex pareja en Formosa. César David Cáceres, 37 años, la llevó al Hospital Central de Formosa donde lo detuvieron por las heridas que Lidia presentaba, pero el juez ordenó su libertad. Al confirmarse el fallecimiento de la mujer, allanaron la casa de Cáceres y encontraron elementos que coincidían con el ataque a Lidia. Esa noche se entregó a la policía. La hija de Lidia, Yanina Aquino, contó al medio El Comercial que su madre desde hacía un año salía con Cáceres, que había cambiado su forma de ser y que su estado físico estaba deteriorado porque sufría violencia. También que el agresor había sido denunciado por una pareja anterior. Yanina intentó frenar a Cáceres pero en la policía no le tomaron la denuncia. La causa quedó caratulada como “homicidio en ocasión de violencia de género”. 

15 de marzo. Pilar Riesco, 21 años, cayó del balcón de un cuarto piso en el barrio porteño de Nueva Pompeya. Quedó imputado su novio, Patricio Reynoso, 31 años, con quien había discutido el sábado 14 de marzo. Según informó Perfil, Reynoso declaró al fiscal Martín López Perrando que ella le había dicho que no lo quería más.

21 de marzo. Susana Edith Melo, 51 años, Ingeniero White, Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires. La asesinaron a golpes en la cabeza. Fue encontrada sin vida en un camino vecinal. Detuvieron a su ex pareja Raúl Gregorio Costa, 49 años. Una de las seis hijas de Susana contó a Canal 7 que en enero había sufrido agresiones y que en general siempre fue violento. La ex mujer de Costa lo había denunciado por violencia y también tenía una denuncia por violación. Susana también lo había denunciado. El fiscal Diego Conti lo acusó de femicidio.

21 de marzo. Lorena Fabiola Barreto, 32 años, Barrio Itatí, Puerto Libertad, Misiones. La apuñalaron en su vivienda, fue trasladada al hospital, llegó sin signos vitales. Fue detenido su pareja, Roberto Rivero Medina, 74 años, quien fue imputado por el delito de “homicidio doblemente calificado por haber mediado violencia de género y por el vínculo”. Tenía dos hijos, un niño de 10 años y un adolescente de 16 años. Lorena había hecho la denuncia el año pasado por amenazas y Medina tuvo una restricción perimetral que no fue renovada.

24 de marzo. Verónica Soule, 31 años, Santa Fe. Tenía el 80 por ciento del cuerpo quemado, una semana después de estar internada falleció en el hospital. Según la versión de su esposo, Lisandro Cabral, la mujer se autolesiono. Su familia asegura que la violencia que él ejercía contra ella venía desde hacía años, que en más de una oportunidad la vieron golpeada y que ella lo denunció una vez. Se aguarda el resultado de la autopsia pero la justicia inició la investigación con los dichos de él y caratuló la causa como “intento de suicidio”. Al confirmarse el fallecimiento, el fiscal a cargo, Carlos Zoppegni, ordenó profundizar la investigación que no tendrá avances, según dijo al medio TN, “porque no puede mover a nadie por la cuarentena”. Verónica tenía una hija y un hijo, de 8 y 11 años que quedaron al cuidado de Cabral. 

26 de marzo. (Femicidio vinculado a Natalia P.) Bebé sin identificar, tenía 2 meses de vida, Puerto Iguazú, Misiones. La balearon, horas después falleció en el hospital. El culpable del ataque, quien fue detenido, sería su padre Mario D. S., 40 años. En la vivienda que compartían el detenido mantuvo una discusión con su pareja y madre de la beba, Natalia P, de 19 años, a quien también amenazó con un arma calibre 22 de aire comprimido. Según relató la joven, durante la pelea, el agresor efectuó un disparo que impactó en el cuerpo de la niña. 

28 de marzo. Claudia Repetto, 53 años, Mar del Plata, General Pueyrredón, Provincia de Buenos Aires. Desaparecida desde el 1 de marzo, diecinueve días después,  el fiscal de la causa resolvió imputar a su ex pareja Ricardo Rodríguez, 54 años, por femicidio. El cuerpo de Claudia Repetto, que falleció ahogada tras ser atacada a golpes, fue encontrado el 28 de marzo sepultado en una zona de acantilados. El dato para el hallazgo fue confesado por su expareja, quien admitió ser el autor de femicidio, luego de que los hijos de la víctima lo encontrarán andando en bicicleta por la ciudad. El fiscal Fernando Castro imputó a Rodríguez por el delito de femicidio. Claudia tenía cuatro hijos adultos. 

28 de marzo. (Femicidio vinculado a: sin registro de nombre). Víctima sin identificar, 2 años, Lules, Tucumán. La ahorcó su padre quien se suicidó luego de cometer el crimen. Leandro Almirón, 21 años, habría discutido el viernes a la noche con la madre de la niña, quien era su ex pareja, y tras advertirle que la iba a matar, se la llevó y al día siguiente encontraron a ambos sin vida en una finca limonera de esa localidad.  

28 de marzo. Cristina Iglesias, 40 años, Monte Chingolo, Lanús, Provincia de Buenos Aires. Ella y su hija Ada de 7 años desaparecieron el miércoles 25 de marzo. Fueron halladas tres días después en el fondo de su propia casa, asesinadas a puñaladas y la nena también por asfixia. Por el doble femicidio detuvieron al novio de la mujer, con quien cumplían la cuarentena. Su familia denunció en redes sociales que Cristina sufría violencia por parte de Abel Romero (25), quien fue capturado y confesó el crimen, aunque dijo que tres hombres lo obligaron. El fiscal Jorge Grieco lo acusa de doble femicidio.

31 de marzo. Maria Florencia Santa Cruz, 30 años, Tigre, Provincia de Buenos Aires. Durante la madrugada un patrullero la encontró. Estaba semidesnuda, colgada ahorcada con una campera en un alambrado. Detuvieron a Santiago Ezequiel Hernández, 32 años, a quien se lo ve con ella en las cámaras analizadas. Al momento de la detención Hernández presentaba excoriaciones en los brazos producidas en las últimas 24 horas.

La reconstrucción fue posible gracias a los datos aportados por observatorios de organizaciones sociales y medios de comunicación de todo el país. El resultado es escalofriante e implica que el Estado adopte medidas concretas y urgentes para frenar la violencia machista.

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91 femicidios y ninguna respuesta

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“Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia” dice la 2ª carta del colectivo que nuclea a familiares de todo el país, dirigida a Javier Milei. Este 8 de abril las Familias Sobrevivientes de Femicidios se reunieron en Plaza de Mayo, como todos los primeros lunes de cada mes, mientras el mundo seguía el eclipse de sol. Denunciaron en un documento –también presentado en la Casa Rosada– que hasta el domingo 7 se produjeron 91 femicidios en el año, que dejaron además 9 víctimas menores asesinadas y 52 huérfanos. Hay, en lo que va de 2024, 18 mujeres desaparecidas. Luego las Familias hablaron sobre las causas, el factor narco y la responsabilidad del Estado.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta, madre de Lucía Pérez y Facundo, el papá de Luna Ortiz. La lectura del documento que exhibe el nivel de violencia contra las mujeres en el país.

En sintonía con el eclipse de sol de este lunes, la Plaza de Mayo presentó de pronto un clima desapacible, frío, ventoso, mientras las Familias Sobrevivientes de Femicidios volvieron a presentarse allí para visibilizar el reclamo sobre las mujeres asesinadas y para solicitar por carta (la 2ª en el año) que el presidente Javier Milei las reciba.

El grupo, alineado en sillas negras de espaldas a la Casa Rosada, aguantó la ventolera y leyó un documento del que se desprenden distintos datos:

  • º Hubo 91 femicidios en los 98 días del año hasta el domingo 7 de abril, registrados por el Observatorio Lucía Pérez.
  • º Además, 9 víctimas menores fueron asesinadas en el transcurso de esos femicidios.
  • º Otro saldo: 52 huérefanxs.
  • º Se contabilizaron otros 62 intentos de femicidios.
  • º Hay en el país 18 mujeres desaparecidas en lo que va de 2024.
91 femicidios y ninguna respuesta

Mariela, y el reclamo por su hija.

Genocidio por goteo

Sobre estas cifras –que revelan lo que Marta Montero (madre de Lucía Pérez) define como “genocidio por goteo”– no ha habido respuesta alguna por parte del Estado.

El texto de la misiva fue presentado por la propia Marta, su esposo Guillermo Pérez, Susana Reyes (madre de Cecilia Basaldúa), Mariela Quintanilla (madre de Iara Nardelli), Facundo Ortiz y Marisa Rodríguez (padres de Luna Ortiz) en nombre del colectivo.  

El texto: “Señor Presidente de la Nación Argentina. Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia. Creemos necesario y urgente ser escuchados por usted. Desde ya, muchas gracias”. En marzo se había presentado la primera carta en la Casa Rosada y les dijeron que sería derivada a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.

91 femicidios y ninguna respuesta

Susana con imágenes de su hija, Cecilia Basaldúa.

Asesinadas en democracia

Susana Reyes, con una foto de su hija y las palabras “Verdad y justicia”,   recordó que hace cuatro años desaparecía Cecilia Basaldúa en Córdoba, cuyo cuerpo apareció el 25 de abril de 2020. “Y todavía estamos luchando para tener un fiscal en la causa por el crimen de mi hija, porque hubo un primer juicio en el que metieron preso a un inocente. Hay muchas causas armadas en Córdoba. Ahora estamos esperando que nos nombren nuevo fiscal, porque el que nos habían designado se jubiló el año pasado en agosto. Y no salió el decreto del nuevo.  Nosotros vamos a seguir siempre. Estamos luchando no solo por Cecilia sino por todas y todos los asesinados en democracia”.

Susana agrega: “Queremos que nos reciban para ver si nos pueden escuchar, si pueden hacer algo. Cada vez son más muertes que se siguen sumando. Hay niños huérfanos y las madres también quedamos huérfanas por la muerte de nuestras hijas. Así que vamos a seguir peleando hasta las últimas consecuencias”.

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Marisa y Facundo, los padres de Luna Ortiz. El caso de su hija (drogada y muerta por sus captores) fue calificado como “homicidio imprudente”. Las familias reclaman justicia.

Homicidios imprudentes

Facundo suma sobre la historia de su hija, Luna Ortiz (19 años cuando fue asesinada el 2 de junio de 2017): “Hace ya siete años que asesinaron a Luna y todavía no podemos llegar a conseguir justicia, es una lucha interminable. La causa está en Casación, la Sala I. Es algo muy importante. Necesitamos que estos jueces nos escuchen y tomen una buena decisión condenando a Villarreal por femicidio”.

Para comprender: Luna fue contactada por Isaías Villarreal el 2 de junio de 2017 mediante Facebook. Se encontraron y él la llevó a su casa, donde la esperaban otros dos hombres: ahí la drogaron, la alcoholizaron y la trasladaron en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. Un día después, el 3 de junio de 2017, encontraron el cuerpo de Luna sin vida en la casa del propio Villarreal. Los jueces Ariel Introzzi Truglia y Sebastián Hipólito Urquijo y la jueza Verónica Mara Di Tommaso lo condenaron finalmente al máximo posible solicitado por un delito menor: 4 años y 11 meses por “suministro gratuito de estupefacientes destinado al consumo personal en concurso real con homicidio imprudente”.

Marisa, la madre de Luna, agrega: “El femicidio sigue impune, nos encontramos en la etapa de Casación otra vez planteando un femicidio. Apelando lo después de siete años de impunidad porque los jueces liberaron a uno de los femicidas de Luna. Vamos a seguir luchando porque queremos justicia por Luna y por todas nuestras hijas”.

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Lucía Pérez y Carla Soggiu. “Luchamos por justicia para todas”.

¿Cuál es la responsabilidad del Estado?

Guillermo (el padre de Lucía Pérez): “Hace 8 años que venimos buscando justicia por nuestra hija (el femicidio ocurrió el 8 de octubre de 2016 y provocó el Primer Paro Nacional de Mujeres). Ahora el 29 de abril tenemos el recurso de Casación”. En el caso de Lucía, en marzo de 2023 hubo sentencia a perpetua en un caso (Matías Farías), y el otro acusado (Juan Pablo Offidani) terminó con una condena menor, 15 años en total, como “partícipe secundario” del crimen, que incluye la condena a ambos por la venta de drogas en la puerta de una escuela secundaria, lo que desencadenó toda la tragedia. La familia apeló la sentencia a Offidani, y las defensas de los acusados apelaron sus condenas. Es lo que comenzará a debatirse en el tribunal de Casación bonaerense.

“Queremos justicia” dice Guillermo, “y que nuestras hijas puedan descansar”.

En el documento presentado el mes pasado al gobierno junto a la solicitud de audiencia, se planteaba una mirada amplia y a la vez profunda de lo que ocurre: “No podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar, sin nombrarlo, de ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social”.

Marta Montero habla sobre el rol estatal: “El Estado es responsable, por eso hablamos de genocidio, con un Estado que no hizo ni hace nada por evitarlo. Y decimos que son narcofemicidios, porque muchísimas veces tienen que ver con esa cuestión de lo narco, donde el Estado no solo está ausente sino que muchas veces está presente, porque ¿quién es el que no hace nada cuando venden droga en la puerta de una escuela? La policía, que es parte del Estado. ¿Y quién deja impunes muchos de estos crímenes? El Poder Judicial, que es parte del Estado”.

¿Y en los casos en que el origen es la violencia dentro de una pareja? “El Estado también es responsable al no avanzar en las investigaciones, al ocultar pruebas muchas veces, al dejar impune al asesino, al no atender a las víctimas, a los huérfanos, a las familias. Pero además, muchas veces esa violencia se genera por lo que hablábamos antes: el tema de la droga, la violencia que se genera territorialmente y en la gente que está en eso, que termina golpeando y matando a las mujeres”.

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Marta y Guillermo, los padres de Lucía.

El caso de Lucía implica una ruptura y un precedente, porque la familia logró que se anule el primer y vergonzoso juicio que absolvió a Farías y Offidani por el femicidio, acusándolos solamente de vender droga en vereda de la escuela marplatense a la que iba Lucía, que tenía 16 años cuando la mataron. Esa anulación permitió el segundo juicio (el que ahora irá a Casación por las respectivas apelaciones) y motivó además un jury: un juicio a los jueces de aquel primer proceso. “Estamos esperando que se concrete, porque ya está todo listo” explica Marta.

El rol de Marta Montero en Mar del Plata generó la invitación a participar con una ponencia en la 5º Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos que se está llevando a cabo en esa ciudad hasta el 11 de abril. Marta intervendrá este martes 9 en una sesión que tratará “Justicia de género en salud. Praxis feminists por la justicia en salud”. En el panel coordinado por Melanie Alperstein (Sudáfrica) intervendrá Marta (Femicidio, luchas por la justicia de género y rendición de cuentas), Julie Dale, de Brasil (Violencia y discriminación contra LGBTQI+), Zahira Bouhabra (en conexión desde Marruecos), y hablará sobre Resistencia a los sistemas violentos y respuesta a las crisis de violencia de género Rawia Mahmoud (en conexión desde Sudán).

Lo crucial del trabajo de la familia continúa en Mar del Plata con La Casa de Lucía, punto de encuentro, de conferencias, recitales, eventos culturales y lugar además de acompañamiento para otras familias víctimas de violencia o de femicidios.

O sea que allí se reúne lo académico con lo barrial y la solidaridad concreta, no discursiva. Sostiene Marta: “Para nosotros es una alegría, porque hay un enorme movimiento alrededor de las cosas que se hacen allí. Vienen mujeres, familias, también estudiantes, abogados, de todo. Estamos empezando un curso de huerta, pero también va a ser lugar para que terminen la secundaria quienes no pudieron hacerlo. Y el acompañamiento a otras familias es fundamental, porque a todos nos pasa que ante la justicia estamos desorientados, te hablan de modos que no entendés muchas veces. Con la experiencia que lamentablemente hemos tenido, ahora podeos ayudar a otra gente que pasa por lo mismo para que conozca y entienda sus derechos, y cómo llevar adelante las causas”.

Vuelve a hablar sobre la casa, y la cantidad y calidad de eventos que allí suceden: “Eso sorprendió incluso a los vecinos. Nos decían que era una casa que había estado siempre cerrada, oscura, abandonada (había pertenecido a un grupo narco, según puede verse en MU 190). Y la gente del barrio nos dice que hoy pudimos transformar esa oscuridad en una luz muy linda, que les da entusiasmo. Imaginate la alegría que es para nosotros” dice Marta, cuando se iban de Plaza de Mayo habiendo presentado la carta y el informe y –sorprendentemente- el lunes frío, ventoso, desapacible y eclipsado se transformaba en un día de otoño cálido y luminoso.

El próximo encuentro está previsto para el 6 de mayo.  

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En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

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Nuevo informe mensual del primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal.

En lo que va del año el Observatorio Lucía Pérez registró  85 femicidios y travesticidios en todo el país. Solo durante marzo ocurrieron 18, con el agregado de 3 infancias asesinadas: Alma, de 11 años; Mateo, de 2; y Zamir, de 9. El total en lo que va del año es de 9.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Otro dato que surge del relevamiento es que, como resultado de estos crímenes de mujeres, se registraron 47 huérfanxs.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

En este 2024, se llevan registradas 53 tentativas de femicidios.

Hay 18 mujeres desaparecidas.

Y llevamos 1.144 días preguntándonos ¿dónde está Tehuel de la Torre?

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Por otra parte, se realizaron 105 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal que exigen justicia ante los crímenes que no cesan. 

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

El número de funcionarios denunciados que ha registrado el Observatorio asciende a 482.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Esos datos, esos crímenes, no son solamente cifras: por eso en nuestros padrones se visualiza cada nombre, la edad, el lugar donde vivían las víctimas y cómo sucedió cada femicidio, entre otros muchos datos que permiten dimensionar la violencia.

El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran una serie de padrones que compartimos en la web de manera libre, los cuales comenzaron a confeccionarse en talleres que realizamos con víctimas de violencia, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans. Los datos así reunidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.

Todo la información que producimos es de público y libre acceso en en www.observatorioluciaperez.org

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8M: Estamos

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En otro Día Internacional de la Mujer el movimiento feminista volvió a llenar las calles de Buenos Aires, frente al Congreso, como supo hacer durante las movilizaciones a favor del aborto, en medio de algunas novedades: un gobierno que ataca al feminismo, que cree que lo puede contener con un protocolo antipiquetes y que enfrenta la agenda de derechos que las mujeres y disidencias volvieron a poner hoy en la calle. La desigualdad como eje. Las principales reinvindicaciones y palabras de hoy. Los testimonios que hablan de emergencias de hambre (con comedores sin comida y con el triple de gente), a la conexión con las banderas de derechos humanos. Les Nietes de personas desaparecidxs, y el lema de la bandera que salió hoy por primera vez a la calle: “Soy feminista porque tengo memoria”.

Texto: Anabella Arrascaeta

Fotos: Lina M. Etchesuri

“Soy feminista porque tengo memoria”, dice la bandera que Ana, nieta de detenidos desaparecidos en la última dictadura cívico militar, pintó para marchar junto a sus compañeres de Nietes. Es la primera vez que esta frase sale a la calle, en este 8M, a días del 24, el primer marzo de la era de Javier Milei. 

8M: Estamos
Les Nietes en la puerta de Mu Trinchera Boutique. Foto: Lina Etchesuri

Argentina, 2024. Sobre Callao la Policía Federal intenta mantener cortada la Avenida para la foto que da cumplimiento al protocolo de la ministra Patricia Bullrich. No pueden. Los autos circulan solo esa cuadra y doblan a la izquierda por Avenida Rivadavia. Hacia la plaza Congreso las calles están cortadas porque el músculo de los feminismos está entrenado y volvió a llenarla. Partidos políticos, organizaciones sociales, sindicales, culturales, asambleas, deportistas, músicas, periodistas, y miles de grupitos de amigas, madres, abuelas, hijas, vecinas, nietes, en un largo y cada vez más inabarcable etcétera.  

A las cuatro de la tarde el hit sacude el pasto: “El que no salta votó a Milei”. 

La Plaza, una vez más, está llena.

¿Por qué?  

Límites

Cristina, 80 años, abre los ojos grandes desde abajo de la gorra que la protege del sol y dirige la mirada hacia sus amigas (otra Cristina de 72 años, y dos Lilianas, 67 y 70 años). Dice: “Peleamos mucho por este momento, y lo tenemos que defender”. Llegaron temprano, con sus remeras del grupo de teatro comunitario al que pertenecen y con el que en el último tiempo hicieron una obra sobre la Semana Trágica, y otra que es un homenaje a Azucena Villaflor, Madre de Plaza de Mayo desaparecida. “Tenemos una edad donde vivimos a full el patriarcado, y vemos en nuestras hijas ese cambio de paradigma: no son las mismas mujeres y yo me alegro profundamente por eso. Y aprendo todos los días de las generaciones nuevas, necesitamos acompañarlas porque debemos lograr ese cambio que de a poco se va modificando. No es que se haya logrado todo, nos falta, pero tenemos que estar unidas”. 

“Estar” y “juntas” son de las palabras que más se repiten hoy en Congreso. Y que se sienten: todas las generaciones, de los centros a los bordes. Dice una de las Cristinas: “Te voy a decir una frase peronista: unidos o dominados. En este momento, con este gobierno estamos en un retroceso, y nosotras tenemos que poner un límite: hoy, todas en las calles, estamos poniendo ese límite concreto en la calle”. 

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Comedores

Claudia, 54 años, vino de San Miguel y señala a una compañera: “Ella trae una papa”, y después apunta a otra: “Ella trae una cebolla”. Después mira a otra: “Ella trae fideos”. Así explica cómo están sosteniendo en los barrios las ollas desde que no reciben alimentos tras la asunción del nuevo gobierno.

Dice que lo hacen porque, cuando hay una emergencia, “el pueblo es solidario”. Y porque saben cómo hacerlo. “Nosotras echamos a los ingleses: las mujeres. Hicimos la bandera para Belgrano, organizamos la campaña para San Martín, y ahora tenemos que organizar la campaña para sacar a este loco. Las compañeras muchas son de programas sociales, todas trabajan, sirvieron cuando estaba la pandemia pero ahora las quieren descartar”. 

Según su termómetro, la gente que asiste a los comedores se triplicó. No son solo niñes: ahora son familias enteras. 

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri

“El barrio ahora se está dando cuenta que la casta somos nosotros” dice a lavaca. “La gente estaba cansada de los políticos comunes corrientes, pero ahora las mujeres del barrio están preocupadas porque no les alcanza para comer. Muchas no pudieron comprar útiles de sus hijos, y en los comedores no hay mercadería”. 

Claudia, que es militante del Movimiento Evita, dice que la organización está haciendo una autocrítica interna, pero ella ya tiene clara una posición: “Aunque sea un gobierno nuestro, si hay que hacer un reclamo, hay que hacerlo. No hay que esperar. Aprendimos que si un funcionario o compañero no está haciendo las cosas como corresponde, hay que protestar”. 

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

En los comedores de La Boca que tiene el MST también se triplicó la demanda. “Muchos vecinos que no iban, ahora van. En diciembre ya teníamos escasez de variedad pero ahora la situación está cada vez peor. No tenemos alimentos, hace varios meses no llegan”, dice Susana. Para sostener la olla organizan actividades: rifas, hay quienes arreglan cosas, otras que hacen las uñas: “Nos la rebuscamos”. Ese es el reclamo que llegó hoy hasta el Congreso. 

Susana explica: “Los comedores están compuestos por mujeres: somos las que los mantenemos. Pero hoy hay muchas compañeras grandes que no pudieron venir; son mayores y hace mucho calor; otras tienen muchos chicos. Antes podíamos venir, pero ahora no, porque se reprime. Es una decisión que muchas compañeras que tienen muchos hijos se quedan cuidando los comedores y las demás que podemos venir, venimos”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Aguante

Paula está con un cartel que clama: “Nuestros derechos no se negocian”. Del otro lado sentencia: “Milei nunca”. Llegó sola a Plaza Congreso, pero se encontró con amigas en el camino. Tiene 52 años, y dice: “Viví muchas crisis, pero hoy veo que estamos cada vez peor, tenemos un gobierno que no tiene idea de lo que es la empatía, de cómo se lleva adelante un país con todos los sufrimientos que hemos tenido, con una dictadura todavía reciente, con cosas nefastas que nos han pasado. Y en ese contexto, las mujeres somos las que hemos luchado”. 

Paula afirma que así como hubo y hay crisis, hay salidas: “Salimos primero organizándonos; somos las que podemos sacar este país adelante, porque somos empáticas. Hoy tenía miedo que no haya gente pero para sorpresa y alegría veo que todavía hay mucho aguante. Seguimos acá”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Tensión

Cuando los bombos de ATE dejan de tocar, Marina, a quien llaman “La capitana”, descansa. Están al frente de la masiva columna de trabajadoras del Estado, aún cuando se anunció que se les iba a descontar el día a quienes pararan. El efecto fue el contrario: “Estamos acá justamente por eso, a pesar que nos quieren guardadas en nuestros lugares y casas, aunque estén avasallándonos con que nos van a descontar el paro, con tomar represalia, venimos a poner el cuerpo más que nunca porque no vamos a permitir que se retroceda en ninguno de los derechos que hemos conquistado y están tratando de poner en riesgo”. 

¿Cómo los resguardamos? “Con esto”, dice y mira alrededor una marea de gente. “Animándonos entre nosotras a salir a la calle, fortaleciéndonos entre nosotras en los lugares que ya habíamos conquistado, perdiendo el miedo, entendiendo que si estamos juntas vamos conseguir la fuerza para defendernos, que ninguna se va a salvar sola, que es muy necesario que los feminismos puedan poner una voz en lo que está sucediendo y poder decir cómo impacta sobre nosotras el hambre que está generando este gobierno. Las voces están, las compañeras estamos: hay que animarse a levantarlas porque los lugares están todavía en tensión”. 

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa, joven asesinada en Capilla del Monte. Foto: Lina Etchesuri

Transversal

Las integrantes de Nietes posan con su bandera que lleva la insignia con la que comienza esta nota. Ana cuenta que escribió esa frase para recuperar “las luchas que hacen a las libertades que tenemos hoy y la memoria de los derechos que tenemos: esa es la conciencia que hoy reivindicamos”. 

¿Cómo se conectan el movimiento feminista y el de derechos humanos?

Lucía: No lo hemos charlado con tal profundidad en el organismo, podemos darte nuestras perspectivas; yo considero que empezaron a tener puntos de conciliación a partir del 2017-2018, con todo el movimiento que generamos las feministas jóvenes junto con las feministas históricas, contra la violencia hacia las mujeres que después se pudo darle muchísima fuerza a lo que fue la legalización del aborto. Solemos tener mucho vínculo con sobrevivientes, construcción política fraternal y compañerismo; hablando con una compañera de la Asociación de Detenidos Desaparecidos, de Tucumán, nos contaba cómo le influyó el movimiento desde el 2017 en adelante, para tener el valor de poner en palabras la violencia sexual como parte de las torturas. A partir del 2017 se pudo retomar de otra manera porque también había más herramientas para problematizar un montón de cosas y para que también las nuevas generaciones acompañen procesos de históricas luchadoras.

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

¿Por qué les parece que esas dos banderas, la de feminismos y derechos humanos, son las más atacadas hoy? 

Ana: Creo que son los dos movimientos que han tenido la masividad, que han logrado interpelar al conjunto de la sociedad; tanto el movimiento de derechos humanos como el movimiento feminista ha logrado ser transversal a todas las tendencias. Y esa fuerza constituye una amenaza muy fuerte y ellos lo saben. Yo creo que los esfuerzos en desarmar todo esto es por la potencia que tiene en términos de transformación social, económica, subjetiva; por la fuerza y la potencia que tiene de interpelar al conjunto de sociedad, que se involucren personas que por ahí en la política no se meten tanto y en temas como derechos humanos y feminismos, sí. Eso es una fuerza muy grande. 

Después de marchar, les Nietes tocan en el piano de nuestra trinchera “Los dinosaurios” de Charly García. Y cuando terminan, aplauden y brindan por lo que están haciendo juntes. Historia, futuro, y presente.

Fotos: Lina Etchesuri

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